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Publico hoy una versión transcrita de la charla que di el jueves 23 de mayo sobre la ópera rock Jesus Christ Superstar, en el marco del conversatorio sobre esta obra, y que constituía parte de la puesta en escena a cargo de la compañía Broadway Bolivia, que se presentará en el teatro Achá de Cochabamba, los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio, a las 19:30. Disfruté conversar sobre esta creación musical, escénica y cinematográfica que tanto ha marcado nuestras vidas desde hace más de 50 años.

La invitación para hablar sobre Jesucristo Superstar es para mí muy emocionante, porque como muchos de nosotros, he tenido la oportunidad de ver algunas puestas en escena de la obra, también la película, escuchar la música, y claro, es una obra que trasciende la música de una época, y también trasciende a la imagen reciente,  contemporánea de la pasión de Cristo, que es el tema de la obra, de esta extraordinaria ópera rock de Lloyd Weber y de Rice, que se estrenó comenzando la década de 1970, en Broadway, y que luego fue llevada al cine.

Nos toca muy profundamente Jesucristo Superstar, porque tiene que ver con dos tiempos, o con dos sensibilidades. Por un lado, está esta que ya tiene más de 2000 años, que es el cristianismo, y la imagen de Jesús, que ha marcado la historia de Occidente y buena parte del mundo, desde, bueno, desde estos sucesos, especialmente la pasión de Cristo, aunque también partes de su vida, que están en los Evangelios, en el Nuevo Testamento, y en tradiciones posteriores. Esta es una tradición muy larga, de la que todos nosotros, de alguna manera, así seamos ateos, o pertenezcamos a otra religión (por ejemplo, una religión oriental, por decisión propia), marca la cultura del mundo. El cristianismo tiene una impronta fundamental en la conformación de nuestras personalidades, de nuestras maneras de entender la vida, la muerte, el bien, el mal, en fin, que no podemos pasar por alto. La imagen de la cruz es fundamental en nuestras vidas, nos persignamos, bueno, en fin: está presente como una idea, como un símbolo permanente de nuestras vidas, y entonces Jesucristo Superstar está reconstruyendo, retoma esta larga tradición del cristianismo, en una época de grandes transformaciones en el mundo, que fueron los años 60 y los años 70.

Ese periodo final de los 60, del 65 al 69, al 70, probablemente tenía una de las eclosiones más brutales de música popular, de eventos de la cultura popular, como nunca se había visto antes en la historia –en los años 50 había pasado algo parecido, con el rock n’ roll, con Elvis Presley, en fin, con algunos movimientos como los beatnicks— pero es este periodo final de los 60 cuando hay una impresionante cantidad de productos de la industria musical y cultural de los países centrales, especialmente Estados Unidos e Inglaterra, que han impactado de manera muy duradera a nuestras identidades y nuestras sensibilidades.

El tomar la vida de Cristo, pero especialmente los últimos días de Cristo como motivo de una obra musical, ¿no? teatral musical, ha demostrado su gran importancia, porque, estaba leyendo, por ejemplo Andrew Lloyd Weber es el segundo músico más rico de Inglaterra,  después de Paul McCartney, en parte, obviamente por sus royalties, por ser tan exitoso, entre otras cosas, con Jesus Christ Superstar, que, con permiso o no, de manera legal o no, se monta en prácticamente todo el mundo:  incluso hay una versión japonesa en kabuki. Ya el año 72, ya hubo una versión sueca donde una muy joven Agnetha Fältskog, la cantante rubia de ABBA, participó en el papel de María Magdalena, y en América Latina se empezaron a hacer puestas en escena ya desde el año 74, más o menos. Entonces tiene una importancia, una trascendencia cultural que no es solo de esta ópera rock, sino de todo el movimiento del que estaba hablando Marcelo [Guardia], que tiene que ver con el rock y con las culturas juveniles de los años 60 y 70.

Claro, a nosotros en América Latina, nos ha marcado de una manera muy profunda, la versión montada y producida, y además protagonizada por Camilo Sesto, probablemente uno de los cantantes en español más importantes de todos los tiempos, una extraordinaria voz, que se animó a montar Jesucristo Superestrella en España, a fines del periodo franquista, ¿no? [y enfrentando la censura de los funcionarios del régimen]. En noviembre de 1975 se estrena Jesucristo Superstar,  y el 20 de noviembre fallece el “generalísimo” Francisco Franco, es decir, que justo en el quiebre de la dictadura de 40 años del franquismo a la España moderna, democrática, en fin,  se está poniendo en escena Jesucristo Superstar.

Como la traducen al español, entonces esto además facilitó el acceso del público hispanohablante a la obra,  a  esta versión de Nacho Artime y Jaime Azpilicueta, que son los que hacen esta adaptación, y en América Latina la tenemos de manera casi tan importante como la versión original, que en principio era cantada por Ian Gillan de Deep Purple, pero pues tanto la versión original de Lloyd Weber y Rice, como la de los españoles Azpilicueta, Artime y Camilo Sesto, van a llegar a formar parte de nuestras vidas.

Esto también porque la música de cada una de las partes, pero especialmente algunas importantes, como esta de “Getsemaní”, “No sé cómo amarlo”, “Jesucristo Superstar” mismo, “Todo está en paz”, en fin, funcionan muy bien sin pertenecer a la obra, se pueden escuchar como piezas, como canciones rock/pop sueltas, y la película evidentemente logró que esta obra se distribuyera por el mundo, y el impacto fue tal que muchos artistas latinoamericanos decidieran montar ya la obra en los años 70.

Es sobresaliente la versión chilena, de TV Chile del año 1977, que se llama Jesucristo Superstar andino, o Jesucristo Andino, que incorporó (y no lo hacemos en Bolivia, esto es muy interesante), instrumentos andinos, ¿no? el charango, las zampoñas, y le dio un cierto toque “andinizado” a este Jesucristo, de manera muy creativa.

Por cierto, a mi me llama mucho la atención lo que ocurrió [en 1973] con el primer estreno de la obra, que nunca llegó a ser, que iba a ser,  en Buenos Aires, dirigida por Alejandro Romay, y que contó con un vasto elenco de artistas entre los que estaban Horacio Fontova o Valeria Lynch. Pero lo significativo de esta puesta en escena, que además estaba respaldada directamente por productores musicales de Broadway, que llegaron de Estados Unidos, fue que en la mañana del día en que se iba a estrenar en el Teatro Argentino, un grupo [de embozados] entró al teatro y lanzaron 25 bombas molotov, incendiaron el teatro, y pues nunca se estrenó. ¿A nombre de qué? De la moral, del respeto a la doctrina católica, a la imagen de Cristo, considerando, como ya había pasado en el estreno en Broadway el año 70, que era una obra pues blasfema, sacrílega, y que atentaba contra la pureza de las creencias católicas, ¿no? Es verdad que Paulo VI la aceptó, que Radio Vaticano había difundido la música del disco original; no era, realmente, una posición de todos los católicos, sino de grupos muy radicales, pero sí tiene sentido, porque la iglesia católica ya había tenido problemas de aceptar no solamente pues Jesucristo Superstar, sino, por ejemplo, el rock n’ roll, en los años 50, aquí en América Latina, y también en los años 50, el mambo, que eran considerados [géneros] muy pecaminosos, o que llevaban a la juventud por un camino por lo menos “dudoso”, y entonces teníamos un problema permanente entre estas oleadas musicales juveniles de los 50/60, especialmente en relación al rock n’ roll, pero también a ciertas formas de la música tropical/cubana,  y las posturas no solamente de la iglesia católica, sino de todos aquellos sectores conservadores de la sociedad.

Al aceptarse Jesucristo Superstar por el Vaticano [lo que terminó de consolidarse en el año 2000], se daban pasos (y lo hizo Juan XXIII, y lo hizo Paulo VI), para una apertura hacia estas oleadas juvenilistas y contraculturales que venían de la mano del rock n’ roll y del rock en las sociedades contemporáneas: es decir, no se podía ir en contra de la corriente, ¿no? Y grupos como este, de Buenos Aires, que habían puesto bombas, pues bueno, quedaron ahí; siempre ban a aparecer estos grupos, pero quedaron sobrepasados por la fuerza del rock. Argentina es el país de Sudamérica donde el rock se ha desarrollado más, entonces no necesariamente esto logró parar que Jesucristo Superstar, la película, los montajes, las puestas en escena, se terminaran.

Yo creo, y en esto retomo a un youtuber [Music Radar Clan] que me parece que tiene un análisis muy bueno, que una de las grandes virtudes (aparte que musicalmente y en la poesía es una obra maestra), lo que me parece muy interesante [es] lo que él señala como el elemento central de la manera nueva de contar la pasión de Cristo. Y esta es su profunda reflexión o búsqueda sobre la vida psíquica, las personalidades de cada uno de los personajes fundamentales: obviamente Cristo, Judas (probablemente Judas es el personaje más importante de la obra), María Magdalena, Pilatos, Simón y otros de los personajes, ¿no? Hay una reflexión interna, sobre lo que está pasándoles, lo que podía haberles pasado en esos días tan conmovedores, tan violentos que fueron la aprehensión en la llegada de Jesús a Jerusalén, la última cena, la reflexión en la huerta de los olivos, bueno, todas estas escenas que las conocemos desde niños, tienen una profundidad psicológica impresionante en la obra, que probablemente se entiende bien cuando se puede leer el libreto, y seguir cada uno de los parlamentos cantados al estilo de la ópera, y además la actuación de cada uno de los actores, que nos hacen sentir de manera muy humana a los personajes, ¿no? De hecho, una de las críticas contra la obra, y que hacía que todas estas personas quisieran atentar y prohibirla,  era que Jesús aparecía mucho como un ser humano, y no como “el hijo de Dios”, pero esto también acercaba a la doctrina católica al público en general,  y especialmente estas nuevas sensibilidades juveniles que buscaban este entendimiento más profundo de lo que, una persona como Jesús, o sus allegados en esos días, el mismo Pilatos, el mismo Herodes, estuvieran sintiendo, ¿no?

Hay una conexión, yo siento, con la obra de Scorsese, con la película de Scorsese, de fines de los 80, La última tentación de Cristo, también en esta búsqueda, y la idea de que en el fondo Cristo pues no es más que… tiene que cumplir un designio, ¿no? Hay algo que está más allá de lo que un ser humano puede hacer,  y este designio tiene que ver con la salvación de la humanidad o con algo muy largo que también está puesto en escena, sobre la mesa, en la obra.

El papel de Judas, sigue siendo probablemente el más interesante de todos, porque él busca entender aún mejor a Jesús, a Jesucristo. La relación con María Magdalena,  que en la obra siempre está muy cercana al amor, pues de pareja, cosa que en la Biblia no está tan presente, y sí lo está, por ejemplo,  en los evangelios apócrifos; pero todas estas cosas, tienen que ver con nuestras sensibilidades modernas, contemporáneas, posteriores a los años 60, de los que todos nosotros somos, de una u otra manera, herederos, y forman parte de nuestras sensibilidades y nuestras personalidades actuales.

Yo creo que el montaje que están haciendo ahora, se suma a una serie de montajes anteriores, como el que se hizo el año 2006 por la Sociedad Filarmónica, bajo la batuta de Augusto Guzmán, y con la actuación, entre otros,  de Cayo Rojas [del grupo de rock A Pie], el mismo Chino Jiménez [del grupo Proyección] y Marcos Veizaga [del grupo María Juana] que hacía de Jesús, se suma entonces a una serie de montajes que se han hecho previamente, con mayor presupuesto, con mayor o menor profesionalidad, pero creo yo que el montaje que se está presentando ahora va a ser uno de los más sobresalientes de la pequeña y dificultosa historia del musical en Bolivia. Me alegra que además lleven adelante otros musicales, pero Jesucristo Superstar siempre va a brillar por encima, es una obra, con The Wall de Pink Floyd, Evita, digamos,  y alguna más, que tiene un lugar en la historia de la música,  que probablemente no pase de moda nunca, por su belleza, por su profundidad, y por el hecho de ir más allá de una doctrina católica y de una sensibilidad de época, sino porque habla de temas humanos profundos, de temas humanos permanentes, ¿no? que son el sufrimiento, el amor, la traición, la trascendencia, el cumplir, el obedecer, el sufrimiento interno, el miedo, una cantidad de cosas que están presentes en Jesucristo Superstar. Por todo esto, felicito a la compañía Broadway Bolivia por llevar a escena esta maravillosa obra.

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