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Carlos Prado Mendoza** //

El desafío permanente para las sociedades globalizadas y no globalizadas del siglo XXI es y será el tema de la salud.

Hay una larga lista de enfermedades como el asma, la gripe, el VIH, el ébola, todas las enfermedades autoinmunes, el cáncer incurable, etc., que son de preocupación actual y mundial no sólo para las instituciones de salud, sino para toda la sociedad en su conjunto.

Frente a estos problemas, los ´expertos facilitadores` del sistema de salud elaboran nuevos paradigmas para enfrentarlos con nuevas ideas, nuevas reformas y políticas estratégicas que infelizmente fracasan, en poco tiempo. ¿Por qué fracasan los paradigmas en salud?

Una respuesta inmediata podemos encontrar en las limitaciones que tiene el actual modelo médico de carácter intercultural tanto en el contexto latinoamericano como a nivel mundial. Sabemos que las instituciones administradoras de la salud, tanto a nivel mundial como local se preocupan en elaborar nuevos paradigmas que les permiten encarar los nuevos retos en salud, justificar su autoridad y al mismo tiempo evitar la pérdida de su protagonismo político, pero lamentablemente no enfrentan la verdadera raíz del problema.

El problema radica principalmente en las contradicciones que existen entre las visiones occidentales y las cosmovisiones de nuestras culturas sobre la salud. Por un lado, la medicina facultativa cientista, racionalista reduccionista y, por el otro, la medicina de los pueblos indígenas de visión holística, de tradición oral, con diferentes conceptos sobre la salud y la enfermedad.

Los resultados negativos de estos nuevos paradigmas efímeros no pueden ser fruto de la casualidad, es que en la práctica tratar de buscar una complementariedad entre estos modelos con visiones opuestas e irreconciliables es sólo ´nadar contra la corriente`, aun cuando las pretensiones sean ´de buenas intenciones` o ´demasiado interesantes`.

En esta mezcla de enfoques, metabolizar la visión antropocéntrica del modelo de salud occidental o académico con la visión cosmobioecoteocentrica multicultural como el nuestro, es inviable.

A pesar de que nuestras culturas siempre están y estarán predispuestas a prestar un servicio de salud de carácter comunitario para un bienestar general sin exclusiones de modo recíproco; el carácter hegemónico de las políticas neoliberales de salud en la práctica no lo permiten, porque hay intereses económicos y políticos diferentes de por medio.

Este ´cuello de botella` nos muestra claramente que los enfoques de salud que se elaboran con falsas premisas y con datos estadísticos de oficina no permiten ver el ´bosque` de las verdaderas necesidades sociales, desde y a partir de la realidad. Por tanto, es necesario e imprescindible plantear medidas políticas reales, acorde a la realidad socio-económica y cultural de cada sociedad en particular para conseguir propósitos de bienestar social sustentables a largo plazo.

Puede que los resultados de estas políticas mediáticas todavía no sean visibles ni comprobables; sin embargo, en términos de salud, la sociedad es muy sensible y no puede esperar resultados ni siquiera a mediano plazo, mucho menos a largo plazo. Las necesidades sociales no se dejan esperar, son impostergables, de carácter inmediato y obligatorio.

Los índices alarmantes de suicidios en los últimos tiempos han generado una serie de especulaciones en cuanto a las causas que los originan. Sean cuales fueran las respuestas de uno o de otro sector de la sociedad, lo cierto es que estos hechos lamentables están acorde a la marcha globalizadora de la economía, de la sociedad de consumo, de la competencia, y no son sólo casos aislados, es un problema generalizado que está aconteciendo en cualquier lugar del planeta con grandes pérdidas de vidas humanas y requiere una respuesta y explicación claras, urgentes y éticas.

Los conocimientos médicos tradicionales en nuestro medio todavía son vigentes, pero lo cierto es que se van perdiendo debido a la globalización económica y política. Esta pérdida es gradual e irreversible en la medida de que las políticas de los modelos de salud en nuestro medio continúan siendo hegemónicas.

En un país pluricultural como Bolivia, también y todavía estamos sujetos a los nuevos paradigmas de salud con características colonialistas y pro capitalistas de la sociedad de consumo. Ante esta situación, los practicantes de la medicina tradicional en particular creemos que es necesario replantear un servicio de salud acorde a las necesidades sociales, respetando las tendencias culturales y creencias filosofías diferentes. De hecho, la Medicina Tradicional de nuestros pueblos andinos amazónicos, a pesar de las pérdidas graduales de las prácticas y conocimientos, todavía puede ser recuperada a través de una educación intercultural y puede convertirse en una opción de servicio de salud de carácter intercultural en un marco de reciprocidad antihegemónica y de respeto mutuo.

Este texto, a modo de ensayo, muestra ejemplos concretos de atención en salud mental o espiritual como la PICHARA, técnica que recupera conocimientos ancestrales al servicio de la sociedad contemporánea. Los médicos tradicionales quechuas y aymaras afirman que "es más fácil curar a una persona que conoce o está informada sobre la enfermedad que la aqueja o las causas que la han provocado, porque la duda, el desconcierto, el desconocimiento en algún grado vulneran el espíritu, por tanto, no ayuda ni coadyuva en su sanación". De esta afirmación podemos decir que, hay personas que mueren rápidamente más por causa del trastorno espiritual que mantiene en su mente, que por la misma enfermedad física que las aqueja. O lo que es peor, hay personas que empeoran o mueren en poco tiempo cuando escuchan, del médico del hospital, frases como: "Tu enfermedad es incurable", "te quedan 30 días de vida", "tienes un cáncer incurable", "debes tomar este medicamento por el resto de tu vida", etc.

El aporte del presente trabajo es ampliar un poco más sobre lo que significa el mal del susto, aun cuando por definición es el MANCHARISQA. Se advierte y constata que este trastorno mental no es sólo el susto como tal que provoca la desarmonía, sino enfoca de acuerdo a la cosmovisión y el principio de relacionamiento que todo está interconectado y todos nos encontramos en el planeta dentro de una red de interacciones permanentes que no permite tomar en cuenta al MANCHARISQA como un evento personal ni mucho menos aislado de otras disfunciones espirituales presentes en cualquier comunidad.

Por ello, el susto puede referirse también a otros estados de desequilibrio espiritual que tiene el ser humano como por ejemplo el temor a lo desconocido, el ignorar sobre el origen de las enfermedades que padecen si éstas son de origen natural o sobrenatural, si serán fáciles o difíciles de curar, la falta de conocimiento o información sobre cuál es el mejor camino a elegir para restaurar la armonía, la inseguridad para poder afrontar gastos económicos que demandará el tratamiento, lo mismo pasa con deudas económicas contraídas, etc.

Todas estas características en particular hacen que el MANCHARISQA como trastorno espiritual en forma general, sea al mismo tiempo el común denominador de todos los trastornos físico-mentales de todas las culturas y de todos los tiempos. Por eso, desde la visión de la medicina indígena de nuestras culturas, los tratamientos siempre serán casi los mismos. Por tanto, comprender y entender desde la cosmovisión de los pueblos indígenas, facilitaría la curación pronta de muchas enfermedades psicosomáticas supuestamente ´incurables` de este mundo caótico y globalizado.


Sachasunka, un extraordinario inmunoestimulante ***

Ya habíamos visto que el sistema inmunológico es una especie de guardián que a través de una red de células, tejidos y órganos nos protege constantemente y de él depende el estado general de la salud. Cuando el sistema inmunológico no funciona bien estamos expuestos a enfermedades.

En esta ocasión compartimos una receta hecha a base de una planta con propiedades muy poderosas: la Sachasunka (Tillandsia usneoides), también llamada Barba de Viejo. Esta planta es una fanerógama de la familia de las bromeliáceas, es un tipo de musgo que crece en los árboles viejos o en faldas de montañas cercanas al agua, por eso su nombre común de “barba de árbol”. Esta planta es la misma que se utiliza como decoración en pesebres navideños.

Es utilizada la Sachasunka para la ansiedad; antitumoral; cólicos menstruales; depresión clínica-espiritual; epilepsia; escalofríos; esquizofrenia; eyaculación precoz; hemorroides; hipertensión arterial; histerismo; insomnio; obesidad; terapia coadyuvante del VIH SIDA y supuración de oídos.

Sachasunka, planta muy conocida en los arreglos navideños como Barba de Viejo.

Su aspecto y potencialidad puede variar según la región y el tiempo de cosecha al igual que sus propiedades no están estrictamente relacionadas a una composición química, sino más bien dependerán de la configuración que se produce en interacción con otras plantas. Este comportamiento simbiótico hace que su uso pueda encontrarse vinculado a otras enfermedades, trastornos o malestares, pues dependerá de con qué otras plantas se la combine y la dosificación con la que se prepare la medicina.

Receta con Sachasunka

(Para el uso interno en infusión)

Ingredientes

1 litro de agua hervida tibia

2 cucharadas de hoja de Guanábana (Annona muricata)

1 cucharada de Sachasunka (Tillandsia usneoides).

1 cucharada de Qaqasunka (Tillandsia microphylla)

Preparación

  1. En 1 litro de agua hirviendo, agregar durante 5 minutos: 2 cucharadas de hoja de Guanábana (Annona muricata); 1 cucharada de Sachasunka (Tillandsia usneoides); 1 cucharada de Qaqasunka (Tillandsia microphylla)
  2. Colar y beber tibio el líquido, 3 tazas por día durante 15 días. Después de hacer una pausa de 1 semana, continuar con el tratamiento.

Ojo, tome en cuenta: Este tratamiento está contraindicado en personas con algún tipo de alergia. Además, se debe lavar y secar previamente las plantas, sobre todo la Sachasunka, pues contiene una gran cantidad de metales pesados, pues en su hábitat natural funciona como un purificante del ecosistema.

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*El título de este artículo forma parte de las reflexiones del libro "'Mancharisqa' no es depresión. Aporte etnomédico quechua para la salud mental intercultural" de Carlos Prado, traducido al holandés y alemán.

** Carlos Prado Mendoza, autodidacta y jampipachaqamayuq quechua. Es Director del Centro Cultural Kuska de Sabidurías Ancestrales y Vicepresidente de la Sociedad Boliviana de Historia Natural. Ha sido reconocido por la Cámara de Senadores del Estado Plurinacional de Bolivia y también es considerado Sabedor en el Proyecto de los Cuatro Pilares de Ikwashenduna (Unesco).

** Con información del Libro “1.000 Maneras de Prevenir y Curar Enfermedades. Memoria de Medicina Tradicional Andino Amazónica”, de Carlos Prado, jampiri y director ejecutivo del Centro Cultural Kuska de sabidurías ancestrales. Referencias: https://hotmart.com/es/marketplace/productos/1000-maneras-de-prevenir-y-curar-enfermedades-memoria-de-medicina-tradicional-andino-amazonica/X85716282W

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