0

A lo largo de la historia de Bolivia, la profundización y ejercicio de los derechos políticos de las mujeres se han constituido en conquistas progresivas fruto de la acción movilizada de las propias mujeres, en un contexto “democrático” caracterizado por excluirlas por considerarlas no aptas para el ejercicio del poder político, por lo tanto, históricamente, nada ha sido concebido por simple y sola voluntad política, ni antes, ni ahora.

En los últimos años, los avances en torno a la demanda de paridad en Bolivia, impulsados por el movimiento de mujeres, han logrado constitucionalizar como principio la paridad y ratificarlo en normativa electoral, iniciando en este sentido un ciclo político en la ampliación democrática, posicionando a Bolivia en el tercer lugar a nivel mundial con paridad democrática.

Sin embargo, en los últimos meses y bajo la coyuntura política departamental de Tarija, se puso en evidencia que la paridad, a pesar de ser un principio constitucional, no se constituye en garantía suficiente para ser respetada, menos aun cuando las lógicas de hacer política continúan siendo patriarcales y varias decisiones en el poder político aún son tomadas con sesgos y prejuicios de género desde mentalidades machistas que ocupan espacios de poder político.

Lo que pasó en Tarija es reflejo de aquello, puesto que al debatirse la Ley Electoral Departamental en mayo de 2019, asambleístas departamentales votaron en contra de la paridad y alternancia de género, en listas de candidatos y candidatas a Gobernador o Gobernadora o Vicegobernador o Vicegobernadora, lo cual evidenciaba un retroceso en el debate político para la profundización de la democracia en el contexto local, y el incumplimiento de lo que establece la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, la Ley de Régimen Electoral y el propio Estatuto Autonómico Departamental, desenmascarando, en este sentido,  expresiones machistas que  bajo ninguna circunstancia jurídica podrían dar razón del voto emitido contra la paridad.

En este contexto, la fuerza de la lucha histórica de las mujeres, caracterizada desde siempre por su acción movilizada, se trenzó nuevamente desde Tarija junto a diferentes organizaciones e instituciones para exigir respeto a la Constitución,  a la paridad y, en consecuencia, reconsideración de aquella determinación que era el reflejo de un retroceso en cuanto a los derechos políticos de las mujeres. Por ello se realizó una vigilia que duró más de dos meses, tiempo en el que también se resistió a una serie de estrategias que buscaba cansar a las mujeres y desmovilizarlas, como sesiones convocadas y que eran suspendidas, argumentando que las movilizaciones en defensa de la paridad “asustaban” para el tratamiento de la ley; sin embargo, desde nuestro análisis político, podemos deducir que aquellas acciones y argumentos no eran más que estrategias para mantener la posición contra la paridad y, en ese término, aprobar la normativa.

Ratificando nuevamente lo que señalo al inicio, nada ha sido concebido por simple y sola voluntad política, ni antes, ni ahora. La firmeza de las mujeres en la vigilia a las sesiones legislativas, así como diversas estrategias de lobby político, permitieron que el primero de agosto, con el apoyo de dos tercios de las y los asambleístas, la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija cesara en su intento de retroceso en torno a la paridad y aprobara la Ley Electoral Departamental que incluye “la paridad y alternancia de género en las listas de candidatos y candidatas a Gobernador o Gobernadora y Vicegobernador o Vicegobernadora”, lo cual refleja tres aspectos fundamentales a ser destacados:

  1. Se marca un nuevo hito en la historia de la paridad en Bolivia para la participación política de las mujeres, puesto que lo que establece la Ley Electoral Departamental de Tarija permite que la democracia paritaria llegue ahora también al nivel ejecutivo (Gobernador o Gobernadora, Vicegobernador o Vicegobernadora), siendo en ese sentido Tarija pionera en el contexto político nacional, avance que será reflejado en las próximas elecciones subnacionales de 2020.
  • Nuevamente la fuerza movilizadora de las mujeres articuladoras y con capacidad de incidencia marcó precedentes en la línea de una lucha histórica que debe ser profundizada en todos los niveles del Estado.
  • Se destaca la alianza y compromiso con la paridad de asambleístas mujeres que defendieron esta conquista desde el debate político al interior de la Asamblea Legislativa Departamental, incluso en contra de sus propias bancadas políticas en algunos casos; pero con la seguridad y firmeza del momento decisivo para la profundización de la democracia boliviana desde el contexto local.

Tras este momento histórico en el que las mujeres continúan encabezando luchas para la conquista de sus derechos, estas se mantienen movilizadas aguardando la promulgación de la Ley Electoral Departamental por parte del ejecutivo departamental y, en ese sentido, continuar pugnando por transformaciones en el espacio político, constituyendo un nuevo horizonte político de lucha la transición hacia una democracia paritaria.

Nación, la trampa del origen

Noticia Anterior

Debate presidencial: estrategia (in)necesaria de marketing

Siguiente Noticia

Comentarios

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *