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Por Mauricio Cabrera y foto portada de WWD

Martes 22 de febrero de 2022.- Morning Brew, valuado en 75 millones de dólares y vendido hace unos meses a Insider, nació de un par de estudiantes universitarios inconformes con el modo en que los medios cubrían los negocios.

FOS, antes Front Office Sports, surgió de la inquietud de un estudiante que no se sentía representado por la forma en que los medios daban cuenta de lo que ocurría en la industria del deporte y hoy tiene una valuación de 25 millones de dólares.

The Newsette, newsletter de estilo de vida y negocios, fue creado por Daniella Pierson cuando cursaba el segundo año de universidad. Siete años después, lo ha convertido en un negocio que genera 40 millones de dólares de ingresos al año.

Daniella Pierson fundó The Newsette, un boletín para mujeres, cuando era estudiante de segundo año en la universidad. Cuatro años después, The Newsette tiene 500.000 suscriptores y un promedio de 4 millones de visitas mensuales.

En los tres casos o hubo inconformidad con la oferta existente, como en el caso de Alex Lieberman y Austin Rief en Morning Brew y Adam White en FOS, o hubo la conciencia de que emprendía o acabaría teniendo problemas para conseguir trabajo por ser una mala estudiante, como curiosamente ocurrió con Pierson, quien ha anunciado un nuevo negocio enfocado en salud mental de la mano de Selena Gomez.

Aquí la historia de Pierson: https://spoti.fi/34XOXCT

Se trata de jóvenes que revientan el statu quo desde la universidad. De creadores que se saltan las estructuras convencionales para conformar lo que a su juicio deben ser los medios en la actualidad.

En este punto se dirá lo de siempre, que no podemos comparar los medios en Estados Unidos con la realidad del mundo hispanoparlante y latinoamericano en lo particular.

Pero hacerlo sería poner pretextos a una de las más grandes oportunidades para transformar nuestra industria de raíz.

Tres factores clave

1. La necesidad de las universidades se convierten en auténticos semilleros de nuevos medios de comunicación

Desde el primer día de clases se tendría que inculcar a los periodistas que creen su propio camino en vez de esperar a que un medio, por lo general en decadencia, se convierta en su fuente de empleo.

La mejor inversión de un estudiante no pasa por cumplir con las asignaciones que se le pidan, sino en tener la consistencia necesaria de crear algo durante tres o cuatro años con el apoyo de una serie de mentores, más que maestros, que lo acompañan en el desarrollo de comunidad, en la definición de sus valores y propósitos, y en su modelo de negocio.

Durante cuatro años, los estudiantes se sienten obligados a obtener un grado académico que para efectos de la vida real podría significar muy poco, sobre todo cuando la creación de contenido está al alcance de cualquiera.

Si dejáramos de ver la calificación y las asignaturas como factores clave y, en cambio, abrazáramos la creación de un programa que ponga en el centro el desarrollo de una identidad periodística y conceptual de cada uno de los estudiantes, acabaríamos con una ola de emprendimientos que, como mínimo, incrementarían las posibilidades de que el estudiante egresado encontrara mejores condiciones laborales.

Sobre este tema platiqué con José Alberto García Avilés hace unas semanas: https://spoti.fi/3s3sugC

Y en los casos de mayor éxito, esa universidad tendría la mejor publicidad posible por haber sido pieza clave, guía y acompañamiento de la nueva ola de medios de comunicación de la que todos hablamos.

2. Fomento al Insider como creador de contenido

Guste o no, una buena parte de los medios de nueva generación han sido construidos por insiders más que por periodistas.

Ocurre tanto en niveles de hiperespecialización por parte de gente experimentada de una industria que crea contenido sobre aquello que ya conoce, como René Lankenau con Whitepaper o Enzo Cavallie con Startupeable en México y Latinoamérica, o con estudiantes de determinada carrera que sienten que pueden ofrecer algo distinto y quizás mejor que lo que hacen los medios tradicionales, como los casos ya mencionados.

El problema es que en el mundo de habla hispana no ha sido tan recurrente el emprendimiento de estudiantes de otras carreras que vean la posibilidad de vivir de la creación de contenido.

Influyen, por supuesto, factores sociales y económicos que hacen que para los hispanoparlantes la Creator Economy no parezca una forma garantizada de vida.

Repercute también una sociedad basada aún más en los contactos profesionales y en las fortunas que se heredan, lo que lleva a que la creación de nuevos medios pase casi siempre por gente adinerada, que tiene ya los recursos financieros para emprender.

En lo que respecta a las universidades, parte de su labor tendría que ser la de entregar las herramientas necesarias para que cualquier estudiante, sea o no un futuro periodista, comprenda el potencial de la creación de contenido para encontrar un lugar, dar a conocer su trabajo y mejorar el entendimiento de su industria al tiempo que construye su marca personal.

Sobre eso y otras cosas hablé en su momento con Jesús Martín, director de marketing del Tec. de Monterrey. https://open.spotify.com/embed/episode/64RjOzwehIEFDTvPWUKczE

3. Los jóvenes también escriben, no sólo hacen videos para Tik TokInstagram o YouTube

La tendencia natural es imaginar a los más jóvenes creando contenido en Tik Tok o YouTube.

En Tik Tok, sobre todo, es factible que se dé un crecimiento exponencial en el número de seguidores, gracias al modo en que funciona el algoritmo.

También es cierto que es ahí donde más están, que el reciente estudio que les compartí sobre consumo de medios por parte de la generación Z habla de la hegemonía de Tik Tok y YouTube sobre cualquier otra fuente de información.

Que en Tik Tok ahí hay una promesa de fama y notoriedad acelerada, de interacción que se cuenta en millones.

Que ahí está Ac2ality como un gran caso de éxito a nivel mundial, que ahí es posible encontrar creadores de contenido para todo.

Pero la palabra escrita sigue presentando aún oportunidades de emprendimiento y disrupción que no están siendo aprovechados como es debido.

Morning Brew, Front Office Sports y The Newsette fueron creados por estudiantes que apostaron por la palabra escrita y el newsletter antes que por otro formato.

A su modo reventaron el statu quo y se hicieron de un lugar.

Por eso es tan relevante lo que hace Mar Manrique con Fleet Street dando su perspectiva y atendiendo sus curiosidades sobre el mundo del periodismo y las historias.

Es una joven recién egresada, pero su contenido es universal, para todos.

Y eso también es clave, los jóvenes no sólo pueden escribir o hablar para los jóvenes, también pueden ser escuchados y leídos por otras generaciones.

Ese intercambio generacional se da, sobre todo, en la palabra escrita, el lenguaje más común para la humanidad en términos de cómo lo entregamos y lo consumimos.

Por eso también es tan relevante que los universitarios monten organizaciones de medios en toda forma.

Sí, con las bondades del posicionamiento individual abanderado por la Creator Economy, pero también con el rigor que promueve un newsletter hecho de forma artesanal, con atención al detalle de principio a fin, hecho de puño y letra (o quizás debamos decir teclas) de una persona joven, que ha hecho una pausa en medio de la tempestad para poner en orden sus ideas y expresarlas a una audiencia que la leerá con atención.

Y de ahí, quizás, a la creación de nuevos medios, a que se dé por fin el movimiento que muestre que los medios sí sobrevivirán a la crisis de confianza por la que atraviesan, pero que lo harán reformulándose en su esencia.

El periodista de treinta, cuarenta o cincuenta años suele estar atrapado entre los malos sueldos, la necesidad de supervivencia y, hemos de reconocerlo, los pretextos.

Para un joven no hay derrota posible en la creación de contenido. Como mínimo construye una marca personal y un laboratorio de producción en vivo que lo hará mejor; como máximo, crea los modelos de medios que imperarán en los próximos años.

Bien harían las universidades en dejar de pensar en calificaciones y alumnos para hablar de emprendimientos.

Para emprender no se requieren grandes presupuestos. Se requiere tiempo, creatividad y consistencia. Recuerden que vivimos en la era de las historias mínimas viables.

¿Qué iniciativas para salvar el periodismo están funcionando?

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