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Por Ryan Lee en Sostenibilidad de Medios

A dos años del comienzo de la pandemia de Covid-19, medios grandes y pequeños siguen enfrentándose a serios desafíos: flujos inestables de ingresos, cambios en el comportamiento de los lectores y represión gubernamental. La pandemia se prolonga y, con ella, los efectos de la ayuda de emergencia y los esfuerzos para lograr la sostenibilidad a largo plazo —sean o no exitosos— han comenzado a manifestarse en la industria del periodismo a nivel mundial.

En un nuevo informe publicado por la Fundación alemana Konrad Adenauer, "Saving Journalism 2: Global Strategies and a Look at Investigative Journalism", se profundiza en qué intervenciones han progresado y qué necesidades u obstáculos persisten. El informe se basa en una investigación realizada en 2021 que analizó el despliegue inicial de numerosas intervenciones de apoyo al periodismo, incluyendo filantropía, nuevos modelos de negocio, impuestos sobre las plataformas tecnológicas y subvenciones públicas.

A continuación presentamos algunas conclusiones y comentarios de los líderes del sector entrevistados para el estudio.

Exigir a las plataformas tecnológicas que paguen a los medios de comunicación. El precedente legal de Australia

En febrero de 2021, Australia aprobó el News Media Bargaining Code (Código de negociación de los medios de comunicación) que exige a las empresas tecnológicas —en particular a Meta, la empresa matriz de Facebook, y a Google— que paguen a los medios por los contenidos informativos publicados en sus plataformas. Aunque los acuerdos oficiales se han mantenido en secreto, Rod Sims, presidente de la Comisión Australiana de la Competencia y el Consumidor, estimó que los medios en Australia recibieron al menos AU$200 millones.

A pesar de las considerables presiones y amenazas de los dos gigantes tecnológicos de cerrar el negocio en el país, el economista jefe del Instituto AustralianoRichard Denniss, dijo que la medida funcionó. "Google y Facebook no abandonaron Australia como amenazaron. Mucho dinero cambió manos y se anunciaron numerosos puestos de trabajo en periodismo. Eso demuestra que el cielo no se cayó".

Sin embargo, la iniciativa no benefició a todas los medios por igual, señaló Denniss. "El Código no tiene nada de igualitario. Google y Facebook se vieron obligados a negociar, y los medios más grandes están recibiendo mucho más dinero que los más chicos".[Lee más: ¿Los medios nativos digitales se han vuelto demasiado dependientes de las subvenciones?]

Esta discrepancia refleja una tensión persistente entre los medios de comunicación más grandes y establecidos y las organizaciones más pequeñas y especializadas. Aunque la financiación del periodismo ha aumentado en los últimos años, las empresas más grandes y tradicionales suelen beneficiarse más de estos nuevos programas o políticas. Uno de los principales desafíos a la hora de diseñar políticas públicas efectivas es abordar las diversas necesidades, a veces contrapuestas, de los grandes medios y de los medios locales más pequeños.

Más allá de Australia, la amenaza de nuevas medidas legales empujó a Facebook y Google a comprometer más fondos para el periodismo en países que buscan adoptar sus propias versiones del Código australiano. En Francia, Google acordó pagar más de US$76 millones a 121 publicaciones durante tres años, además de una multa de US$593 millones por no negociar de buena fe con los medios. En Canadá, Meta anunció una inversión de CA$8 millones durante tres años para apoyar el periodismo canadiense, además de asociarse con 18 medios en una iniciativa para "contribuir a la sostenibilidad a largo plazo del periodismo en Canadá".

Reconociendo que esos desembolsos de Meta y Google son mejores que nada, los expertos entrevistados afirmaron que un impuesto sobre la tecnología sería una iniciativa más eficaz que el defectuoso acuerdo vigente en Australia. De acuerdo con ellos, la aplicación de más impuestos a estas empresas o a la publicidad online, con algunos ingresos destinados a apoyar el periodismo de calidad y de carácter cívico, ofrecería más transparencia y una supervisión independiente de esos fondos. "Un impuesto sobre Google y Facebook habría sido mejor, pero el gobierno conservador no va a gravar a Google y Facebook", dijo Denniss. "Teníamos una oportunidad única para forzar su accionar a nivel mundial".

Como alternativa, en lugar de impuestos gubernamentales, Andrew Jaspan, de The Conversation, propuso "un acuerdo voluntario con Google y Facebook para pagar una 'tasa' a un fondo independiente", que se ocuparía de los fracasos de mercado, como la cobertura de noticias rurales o regionales, los tribunales, la policía, los gobiernos locales y la información especializada en temas como ciencia, salud y medio ambiente.

Créditos fiscales y medidas gubernamentales: Francia e Indonesia

En Francia, el gobierno aprobó en julio de 2020 una bonificación fiscal única para los nuevos abonados, con el fin de apuntalar la decadente industria de los medios de comunicación con ingresos adicionales. Sin embargo, el crédito no entró en vigor hasta mayo de 2021, casi 10 meses después. Complementó un conjunto más amplio de medidas de emergencia, esfuerzos económicos transversales y un plan de recuperación que sumaba EUR483 millones.

Si bien las medidas han ayudado a sostener una industria periodística en dificultades, un informe del Senado francés le pidió un cambio filosófico para adaptarse a los cambiantes hábitos de los lectores y para mitigar la continua dependencia de la financiación pública como un riesgo para la independencia de los medios. Antes del plan de recuperación, las ayudas públicas a la industria periodística representaban ya más del 20% de los ingresos del sector, lo que supone un aumento de seis puntos en la última década. Tal y como subraya el informe, es necesaria una gran evolución para evitar que las ayudas públicas a la industria periodística se conviertan en una fuente de ingresos cada vez más vital que enmascare problemas estructurales más profundos, como la disminución de la distribución y el énfasis excesivo en las noticias impresas en lugar de las digitales.

En Indonesia, como informó mi colega Matthew Reysio-Cruz, el gobierno anunció un estímulo al periodismo en julio de 2020 con créditos fiscales y subsidios directos. Las políticas suprimieron el impuesto sobre el valor añadido para la prensa escrita, suspendieron las tasas de electricidad para los medios de comunicación, redujeron el impuesto de sociedades en un 50% y eximieron del impuesto sobre la renta a los empleados que ganaran hasta 200 millones de rupias (US$14.000) al año. Además, el gobierno subsidió a los medios con pagos directos, condicionados a la publicación mensual de un determinado número de coberturas sobre el COVID-19, como las relativas al distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas.

Estas políticas fueron controvertidas. Mientras que algunos les atribuyen el mérito de haber salvado a la industria periodística durante la pandemia, otros critican la influencia directa del gobierno sobre los temas que se cubren. M. Taufiqurrahman, redactor jefe de The Jakarta Post, el mayor diario en inglés de Indonesia, pensaba que la inyección de dinero a cambio de contenidos era útil para el medio. "Desde el punto de vista organizativo, nos ayudó a superar la pandemia", dijo.

Pero por otro lado, desde la perspectiva de Abdul Manan, ex presidente de la Alianza de Periodistas Independientes de Indonesia, las subvenciones del gobierno "no fueron saludables" para la industria de la información. "El gobierno y los medios son dos entidades diferentes con funciones distintas. Es muy importante que haya una clara separación entre ellas", dijo.[Lee más: Lecciones de un medio ucraniano que volvió de las cenizas]

Otros aspectos clave

La libertad de prensa es lo primero

Aunque es necesaria una mayor financiación, no es suficiente para mantener un periodismo independiente de calidad. La dimensión más importante de un ecosistema mediático próspero debe ser el respeto a la libertad de expresión. "Si no se respetan los derechos fundamentales y la libertad de los medios, ningún tipo de financiación o abordaje futuro garantizará un periodismo genuinamente independiente", explica un reciente informe del Foro sobre Información y Democracia.

Para crecer, el apoyo público y la voluntad política son vitales

Se necesitan grandes inversiones para ampliar cualquier negocio, y el periodismo no es diferente. Los programas con apoyo público eficaces no son fáciles, y debe haber un reconocimiento social suficiente de la necesidad del periodismo como bien público. En Estados Unidos, Nueva Jersey reunió a un grupo de universidades públicas y fundaciones para crear un Consorcio de Información Cívica —el primero de este tipo en el país— con el fin de dedicar fondos públicos a abordar los desiertos de noticias y la desinformación en el estado. Tras conceder US$500.000 en subvenciones en 2021, el consorcio aumentará su financiación en 2022.

Transformar el periodismo desde la base

Para Angelica Das, directora asociada del Fondo para la Democracia, es fundamental generar confianza y ofrecer a los lectores la información que realmente necesitan. "No existe una única herramienta o proceso para salvar o transformar el periodismo, sino que es necesario dar un giro al guión y mirar desde la base", dijo. "¿Te estás ganando la confianza? ¿Eres inclusivo? ¿Eres culturalmente relevantes? ¿Satisfaces las necesidades básicas de información? Si no satisfaces las necesidades básicas de la vida cotidiana, no puedes crear una audiencia para tus noticias ni generar ingresos".


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