Al menos 1.628 periodistas fueron asesinados por cumplir con su labor de informar al público en la última década, hubo 47 crímenes sólo el 2023, según el Observatorio de Periodistas Asesinados de la Unesco. La impunidad trae consigo más asesinatos y, a menudo, es síntoma de un recrudecimiento del conflicto, del quebrantamiento de la ley y del desmoronamiento del sistema judicial.
El 18 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU proclamó el 2 de noviembre como el “Día Internacional para poner fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas”. La fecha se eligió en conmemoración del asesinato de dos periodistas de Radio France Internacional en Malí, en noviembre de 2013: Ghislaine Dupont y Claude Verlon.
Desafortunadamente, nueve de cada diez casos los asesinos salen impunes, sólo el 14% de los casos de crímenes contra periodistas se consideran actualmente resueltos judicialmente.
Desde 1993 la Unesco monitorea los casos de periodistas asesinados en el mundo. De acuerdo a los registros de la Unesco (2022) hubo 117 periodistas asesinados entre 2020 y 2021. América Latina y el Caribe concentraron el 38% de los asesinatos, seguidos de Asia y el Pacífico, con el 32% de los crímenes.
De forma alarmante, en 2021, el porcentaje de mujeres entre todos los periodistas asesinados casi se duplicó, pasando del 6% del año anterior al 11%.
Aunque los asesinatos son la forma más extrema de censura de los medios, los periodistas también están sujetos a innumerables amenazas, que van desde los insultos, los ataques físicos, la violencia sexual, las amenazas de violación o muerte, el secuestro, la tortura y/o el acoso digital. A pesar de no ser un fenómeno nuevo, se ha intensificado la cantidad de muertes y agresiones a periodistas en países que se denominan democráticos.
El portal web de Naciones Unidas expresa que es importante recordar que el rol del periodismo y la labor de las y los periodistas consiste en dar a los ciudadanos información veraz y oportuna para hacer valer sus derechos ante la sociedad.
En Bolivia, Carlos Quispe de radio municipal de Pucarani (2008) es el único periodista asesinado en los registros de la Unesco; no obstante, el Observatorio de la Libertad de Prensa del portal Infoamérica tiene registro de otros 9 periodistas asesinados o desaparecidos, ellos son: Alfredo Jordán (1970), Jaime Otero (1970), Leslie Andreuzzi (1971 desaparecida), Rodolfo Quinteros (1971), Luis Espinal (1980), Marcelo Quiroga Santa Cruz (1980), Emilio Mendiola (1976), Juan Carlos Encinas (2001) y David Niño de Guzmán (2011).
No cabe duda de que se han incrementado la cantidad e intensidad de las agresiones a periodistas. El Observatorio de Defensoras y Defensores de Derechos de Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social (Unitas) registró 1.722 vulneraciones a los Derechos Humanos de enero de 2020 a julio de 2023.
Para Zulema Alanes, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia: “La libertad de prensa en Bolivia se encuentra en una preocupante espiral ascendente, con nuevas denuncias de agresiones a periodistas cada dos días”. Esta situación afecta a la libertad de expresión y la libertad de prensa en un contexto de inestabilidad política y social. Además, la desinformación en redes sociales se suma a los ataques cibernéticos a periodistas en el intento de silenciar su labor informativa (Erbol, 16/05/2023).
Esas vulneraciones se dan con mayor frecuencia en La Paz (953 o 55%), Santa Cruz (460 o 27%) y Cochabamba (101 o 6%). Hubo 391 (21%) de vulneraciones a la libertad de prensa y 171 (9%) casos contra la libertad de expresión (Unitas, 2023).
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) activó una investigación por la violencia contra periodistas y vulneración a la libertad de prensa. El proceso surge a partir del caso Las Londras, en octubre de 2021, cuando periodistas fueron secuestrados y torturados por avasalladores de tierras en el departamento de Santa Cruz. En ese contexto, activó la fase “de estudio inicial” para recibir evidencias a través de los canales digitales de la institución (El Deber, 11/05/2023).
Para la Unesco, la celebración de este 2023 busca sensibilizar a la opinión pública y a la comunidad internacional ante el alarmante número de ataques y restricciones a la prensa en el contexto de la cobertura de protestas sociales, la activación de mecanismos judiciales contra periodistas por motivos relacionados con su labor periodística sobre asuntos de interés público.
Desde este espacio me permito recordar que la labor de las y los periodistas está ligada al derecho a la libertad de expresión, libertad de prensa, libertad de pensamiento, al derecho de acceso a la información pública y al derecho a la comunicación. La información es un bien público que debe estar al servicio de los intereses de la ciudadanía porque la desinformación sólo alienta la polarización, la división y el deterioro de la democracia.
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