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El fuego acabó con la vida de un joven de 22 años el último sábado. Jorge Hinojosa Vela fue con su familia hasta el cerro de Bella Vista en Sacaba para ayudar a apagar un incendio que había comenzado ese día. No regresó a su hogar. Lo reportaron desaparecido. Lo buscaron hasta que el domingo encontraron su cuerpo ya sin vida.

El incendio que lo mató no fue el primero ni único del año, ni siquiera de la semana ni siquiera de esos días. Ese es uno de los problemas… Desde el WhatsApp denominado Tunari sin Fuego y en el que se encuentran voluntarios, bomberos, empresarios y periodistas, entre otros, se puede observar cómo en el último mes y casi a diario se presenta uno y hasta más focos de calor en Cochabamba.

Las y los voluntarios y bomberos tienen que correr a apagar cada incendio como pueden y en lo que pueden, muchas veces en taxi o minibús. No importa si es sábado, domingo o feriado. Es lo de menos. Ellas y ellos están a ahí y con la ayuda de gente del lugar apagan uno a uno los focos de calor.

Hasta el 26 de agosto, Cochabamba perdió 4.707 hectáreas de vegetación por 49 incendios que se registraron desde enero, según la información del jefe regional de la Unidad de Cambio Climático, Riesgos y Desastres, Oscar Soriano. En agosto se volvió a elevar la cantidad de incendios a 19, con un daño que se extendió a 1.988 hectáreas de vegetación.

¿Hasta cuándo las autoridades van a mirar de palco el infierno?, ¿dónde está la estrategia de prevención?, ¿dónde están los militares que debieran estar protegiendo al Parque Tunari y otros sitios?, ¿por qué esperan todos los años a que se les haga recuerdo para sacar a los uniformados a vigilar?, ¿dónde están los implementos de trabajo y carros en perfecto estado de voluntarios y bomberos?, ¿cuántos años se tiene que pedir lo mismo de una y mil maneras?, ¿cuándo y en qué año funcionarán las campañas educativas de prevención?

No puede ser que se mire de palco cómo se queman hectáreas de hectáreas. No es una película. ¿Por qué creemos que respirar aire contaminado todos los días está bien? ¿Quién nos ha hecho creer que no pasa nada si una autoridad no hace su trabajo?

También hay que atrapar a los responsables. Y tenemos que exigir que se cambie la normativa. Hay que hacer varios ajustes. Es necesario, por ejemplo, aumentar la cantidad de años para este tipo de delito. La ley contempla actualmente hasta seis años de cárcel para quien incendia. No puede ser. No es cualquier delito afectar a la Madre Tierra. No es cualquier delito obligar a los seres humanos a respirar aire contaminado todos los días. No es cualquier delito arrebatar la vida de voluntarios o bomberos por la imprudencia de quien prendió el fuego.

¡Ya basta, ha llegado el momento de actuar para agarrar a los fósforos humanos y educar a la gente para que ni uno más se prenda!

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