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Cáncer es un término genérico que se usa para referirse a enfermedades en las cuales algunas células se reproducen y crecen en forma anormal (cambio maligno) y pueden invadir diferentes partes del cuerpo. Cuando el cáncer se dispersa a otras partes del cuerpo se dice que es metastásico. El cuello uterino conecta la parte superior del útero con la vagina (vía del parto). El útero (o la matriz) es donde crece el bebé cuando una mujer está embarazada. Si el cáncer se origina en el cuello uterino, se denomina cáncer de cuello uterino. El cáncer de cuello uterino es un crecimiento anormal de células en el cuello uterino de una mujer. Si no se trata a tiempo, el cáncer cervicouterino puede extenderse a otras partes del cuerpo. Cuando el cáncer de cuello uterino se detecta temprano, puede ser tratado e incluso curado, brindando a las mujeres la posibilidad de continuar sus vidas normalmente.

Bolivia tiene la tasa de cáncer de cuello uterino más alta en Latinoamérica según indicadores de la OMS, donde 26.3 por cada 100 mil mujeres mueren por esta causa y la tasa de incidencia más alta de América también es para nuestro país con 55.56 por cada 100 mil mujeres. El cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte de las mujeres adultas; según estimaciones, entre 4 y 5 mujeres mueren al día en Bolivia por esta enfermedad, ocasionando la desestructuración de las familias y comunidades.

Datos actuales de la OMS muestran que las regiones más afectadas en el país con cáncer de cuello uterino son Oruro y Potosí, con incidencias de 93.5 y de 60,9 por cada 100 mil mujeres, respectivamente, en cifras generales, las mujeres de entre 25 y 46 años de edad registran las más altas tasas de incidencia (157,4 por cada 100 mil).

¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de cuello uterino?

Todas las mujeres están en riesgo de contraer cáncer de cuello uterino, casi todos los cánceres de cuello uterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH), un virus que se transmite de persona a persona durante las relaciones sexuales. Hay muchos tipos de VPH, algunos producen verrugas genitales y otros pueden ocasionar cambios en el cuello uterino de una mujer y convertirse en cáncer. Si usted adquiere el VPH en algún momento de su vida, este generalmente no causa síntomas, por lo tanto, una mujer puede desconocer que está infectada por este virus.

Afortunadamente, actualmente hay una vacuna (vacuna contra VPH) que en el país se aplica en niñas preadolescentes que puede prevenir adquirir estas infecciones y por lo tanto prevenir el cáncer de cuello uterino hasta en un 70% (en otros países incluso vacunan a varones).

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino son:

  • Ser portadora del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA u otra afección que debilite el sistema inmunitario.
  • Fumar (según algunos estudios, fumar incrementa el riesgo de todos los cánceres en general).
  • Tomar pastillas anticonceptivas durante mucho tiempo (cinco años o más).
  • Haber dado a luz a tres bebés o más.
  • Tener varias parejas sexuales.
  • Inicio temprano de relaciones sexuales

Pero también se han estudiado factores protectores contra el cáncer como una dieta balanceada que incluya consumo de frutas y verduras (rica en Betacaroteno, que son los alimentos ricos en vitamina A, generalmente de color amarillo intenso), no así consumir vitaminas en tabletas.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de cuello uterino?

Generalmente, en su etapa inicial, el cáncer de cuello uterino no presenta signos ni síntomas. El cáncer de cuello uterino en etapas avanzadas puede causar sangrado o flujo vaginal anormal, por ejemplo, después de tener relaciones sexuales, sangrado anormal fuera de la menstruación, sangrado después de la menopausia, fiebre, pérdida de peso; pero otras enfermedades también pueden producir los mismos síntomas. Si usted tiene alguno de estos síntomas, consulte con su médico.

¿Cómo se puede prevenir?

Las principales medidas descritas para prevención primaria son la educación a la población en relación a la importancia de esta enfermedad en las mujeres, sus factores de riesgo (es decir que las mujeres que tienen factores de riesgo deben obligatoriamente realizarse exámenes) y de prevención (detección oportuna en etapas iniciales del cáncer, mediante exámenes sencillos), como también la vacunación contra el virus papiloma humano, disponible en Bolivia de forma gratuita para todas las niñas entre 10 y 12 años.

La prueba de Papanicoláu y la prueba para detectar la infección por VPH pueden ayudar a prevenir el cáncer de cuello uterino o a encontrarlo en etapas iniciales.

  • La prueba de Papanicoláu (PAP o citología vaginal) busca precánceres, que son cambios en las células del cuello uterino que podrían convertirse en cáncer si no se tratan en forma adecuada y precoz. Consiste en una citología exfoliativa del cérvix para el cual se raspa suavemente la superficie del cuello uterino con una espátula de madera para desprender células y extenderlas en una lámina portaobjetos de vidrio, este es observado por un médico especialista en patología, que informa si existen células sospechosas de cáncer.
  • La prueba del VPH busca el virus (virus del papiloma humano), que puede causar este tipo de cambios celulares.  Una prueba de VPH es similar a una prueba de Papanicolaou. La prueba se realiza en una muestra de células del cuello uterino. Ciertos tipos o cepas de VPH, como VPH16 y VPH18, se denominan VPH de alto riesgo. Estas cepas se observan con mayor frecuencia en personas con cáncer de cuello uterino y pueden ayudar a confirmar un diagnóstico. Si el médico dice que la prueba de VPH es “positiva”, significa que la prueba detectó la presencia de VPH de alto riesgo. Muchas personas tienen VPH pero no tienen cáncer de cuello uterino, por lo que la prueba del VPH por sí sola no es suficiente para un diagnóstico de cáncer de cuello uterino

Las pruebas de Papanicolau están cubiertas por el seguro de salud, por lo cual cualquier centro de salud en Bolivia las hace en forma gratuita.

¿Quiénes deben realizarse los exámenes y cada cuánto tiempo están recomendados?

La edad de inicio y término de tamizaje varía entre los diferentes programas de cada país, pero en general, se recomienda entre 25 y 64 años. Esto basado en que, para mujeres menores de 25 años, la incidencia de cáncer de cuello uterino es muy baja y un gran porcentaje de las lesiones en este grupo pueden ser atribuidas a infección transitoria por VPH y regresionan espontáneamente. Sin embargo, otros programas indican el tamizaje una vez que la mujer ha iniciado su vida sexual activa, justamente para detectar lesiones tempranas precancerosas.

Una recomendación adecuada es un PAP cada tres años a partir de los 25 años. Se estima en un 93% la reducción de la incidencia acumulada de cáncer invasor, al realizar PAP anual y 90.8% en PAP cada tres años, es por esto que se recomienda el tamizaje trianual.

Resultados de las pruebas

Si su prueba indica resultados anormales, su médico se comunicará con usted para determinar la mejor forma de hacer seguimiento. Los resultados de las pruebas pueden ser anormales debido a varios factores y por lo general estos resultados no significan que usted tiene cáncer.

Si el resultado de las pruebas indica la presencia de células anormales que pueden convertirse en cáncer, su médico le informará si necesita un tratamiento. En la mayoría de los casos, el tratamiento evita que las células se conviertan en cancerosas. Es importante que se comunique inmediatamente con su médico para obtener información sobre sus resultados y recibir el tratamiento adecuado.

Si sus resultados son normales, tiene muy poca probabilidad de contraer cáncer de cuello uterino en los próximos años. Es posible que en ese caso su médico le diga que puede esperar hasta dentro de 3 años para hacerse su próxima prueba de detección de cáncer de cuello uterino. Sin embargo, usted debe seguir consultando a su médico periódicamente para un chequeo.

¿Cómo se trata el cáncer de cuello uterino?

Los tratamientos para el cáncer de cuello uterino pueden consistir en cirugía, quimioterapia y radioterapia. Si su médico determina que usted tiene cáncer de cuello uterino le enviaran con un médico especialista en oncología, que determinará la mejor forma de tratamiento para su caso.

El cáncer de cuello uterino se puede tratar de varias formas. Esto depende del tipo de cáncer de cuello uterino y de cuánto se haya extendido. Los tratamientos pueden consistir en cirugía, quimioterapia y radioterapia. Las mujeres con cáncer de cuello uterino suelen requerir más de un tratamiento.

  • Cirugía: El médico extirpa el tejido canceroso por medio de una operación.
  • Quimioterapia: Tratamiento que utiliza medicinas especiales para reducir el tamaño del tumor o eliminarlo.
  • Radioterapia: El uso de radiación de alta intensidad (similar a los rayos X) para matar el cáncer.

La medicina alternativa o complementaria no ha demostrado beneficios en el tratamiento del cáncer, por lo tanto, no debería perder el tiempo con estas opciones, pues cuanto más precozmente es tratado correctamente el cáncer le da mayores opciones de sobrevivir.

Antes de terminar esta pequeña información para las mujeres bolivianas, quiero hacer énfasis en la importancia de la vacunación contra el virus del papiloma humano, que es el principal factor asociado al cáncer de cuello uterino. La vacuna contra VPH ha sido suficientemente demostrada como la mejor forma de prevención contra la infección por estos virus que obviamente luego pueden desarrollar el cáncer. Muchos estudios han demostrado que puede reducir las lesiones precancerosas de alto grado hasta en 86%, las de bajo grado en 87% y la infección por VPH en un 88%. Por otro lado, la seguridad de la vacuna ha sido plenamente evaluada, con muy pocos efectos adversos leves como todas las vacunas, por esta razón no debería existir una sola niña boliviana sin las dos dosis de la vacuna contra VPH, todos los padres deben exigir esta vacuna de forma gratuita y de esta manera muchas mujeres a futuro estarán libres del cáncer de cuello uterino que se lleva la vida de tantas mujeres.

*Agradezco por la revisión de este documento al Dr. Ronald Vargas, médico ginecólogo obstetra, Jefe del Depto. Materno Infantil y profesor titular de la Cátedra de Obstetricia de la UMSA.

Dr. Héctor Mejía Salas, M.Sc.

Pediatra, Magíster en Epidemiología Clínica

Profesor Titular de Pediatría UMSA

Jefe de Enseñanza e Investigación del Hospital del Niño

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