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Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), seis de cada siete personas a nivel global tienen sentimientos de inseguridad, incluidas las que viven en los países desarrollados, probablemente influenciadas por la pandemia que redujo la esperanza de vida a nivel mundial. A pesar del avance de la ciencia, aspectos como las desigualdades sociales, los conflictos bélicos y el cambio climático parecen ponernos al frente de nuevos retos en el tema de salud y nos muestran la fragilidad de los sistemas de salud para enfrentarlos como fue el caso de la Covid-19, del cual parecemos salir, pero ¿nos acechan nuevas entidades como la viruela del simio?, es decir, ¿la pesadilla no acabará nunca? La intención del presente artículo es orientar a la población y aclarar algunos aspectos de esta nueva entidad, manejada de forma mediática por los medios de información en forma poco clara.

Viruela del simio

La viruela del simio se descubrió por primera vez en 1958 cuando ocurrieron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de simios mantenidos para la investigación, de ahí el nombre "viruela del simio". El primer caso humano de viruela del simio se registró en 1970 en la República Democrática del Congo, demostrando así que es una enfermedad zoonótica (es decir enfermedades de animales que pueden transmitirse a los humanos por contacto cercano). Desde entonces, cada año ocurren algunos miles de casos en África occidental y central, pero muy pocos casos fuera de África, relacionados todos a visitas al continente o por importación de animales infectados como el ocurrido en Estados Unidos el año 2003 por importación de una especie de roedores, brote que fue fácilmente controlado. Pero ahora se informa sobre casos fuera del África en más de 31 países de Europa, América del Norte, América del Sur, Asia y Australia, y seguramente irán incrementando en las siguientes semanas.

¿Qué produce la viruela del simio?

La viruela del simio la ocasiona un virus (pox virus) muy parecido al virus de la viruela de los humanos que ha sido erradicada del planeta. A diferencia del coronavirus, es un virus de ADN con poca capacidad de mutar. El 19 de mayo se cargó el primer borrador del genoma del virus que aparentemente se relaciona con una cepa viral de África occidental que produce enfermedad leve y mortalidad baja (1%), en comparación con la cepa de África central.

¿Cómo se transmite?

La viruela del simio se propaga por el contacto cercano con fluidos corporales como la saliva al toser por parte de personas infectadas. Las erupciones, los fluidos corporales (como fluidos, pus o sangre de lesiones en la piel) y las costras son particularmente infecciosos. El contacto con objetos que han estado en contacto con la persona infectada como la ropa, ropa de cama, toallas u objetos como utensilios para comer también pueden representar un foco de infección. A diferencia de la Covid-19, que puede propagarse sin causar síntomas, la viruela del simio no suele pasar desapercibida cuando infecta a una persona, en parte por las lesiones cutáneas visibles que provoca.

¿Qué síntomas presenta?

En los seres humanos, los síntomas de la viruela del simio son similares, pero más leves que los síntomas de la viruela. La viruela del simio comienza con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y agotamiento. La principal diferencia entre los síntomas de la viruela humana y la viruela del simio es que la viruela del simio hace que los ganglios linfáticos se hinchen (linfadenopatía), mientras que la viruela no. El período de incubación (tiempo desde la infección hasta los síntomas) de la viruela del mono suele ser de 7 a 14 días, pero puede oscilar entre 5 y 21 días. Después de 1 a 3 días (a veces más) de la aparición de la fiebre, el paciente desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, que aparecen en el siguiente orden: máculas (una especie de pequeñas manchas rojas en la piel), luego pápulas (lo mismo que la anterior, pero sobreelevados como granos), pústulas (ampollas con contenido parecido a pus) y finalmente costras. La enfermedad suele durar de 2 a 4 semanas.

¿Cómo puedo protegerme?

Puede disminuir el riesgo de contagio limitando o evitando el contacto con personas que se sospecha tienen la enfermedad o sean casos confirmados. Si es necesario el contacto físico con alguien infectado porque es un trabajador de la salud o vive junto a la persona enferma, se debe aislar a la persona infectada y cubrir cualquier lesión en la piel si puede (por ejemplo, usando ropa sobre las lesiones). Debe llevar un barbijo cuando esté físicamente cerca, especialmente si tosen o tienen lesiones en la boca. Evite el contacto piel con piel y si tiene algún contacto directo use guantes desechables. Use máscara si tiene que tocar la ropa o ropa de cama de una persona infectada.

Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón o use un desinfectante para manos a base de alcohol, especialmente después de haber entrado en contacto con la persona infectada, o con su ropa (incluyendo sábanas y toallas) u otros elementos o superficies que haya tocado o que puedan haber estado en contacto con sus lesiones de piel o secreciones respiratorias (por ejemplo, utensilios o platos).

Lave la ropa, toallas y sábanas de la persona contagiada y los utensilios para comer con agua tibia y detergente. Limpie y desinfecte cualquier superficie contaminada y elimine los desechos contaminados (como los apósitos) de manera adecuada.

Los niños pueden contraerla y suelen ser más propensos a tener síntomas más graves que los adolescentes y los adultos. El virus también lo puede transmitir la mujer al feto o a un recién nacido durante el nacimiento o por contacto físico.

¿Quiénes tienen más riesgo?

Todas las personas que no tienen inmunidad contra el virus tienen riesgo de adquirir la infección. Se informó en algunos estudios que los vacunados contra la viruela humana pueden tener una protección de hasta del 85% contra la viruela del simio, es decir, las personas de más de 40 años que recibieron la vacuna hasta los años 80, luego de eso fue suspendida porque la viruela se considera una enfermedad erradicada del planeta.

Otro enigma es por qué casi todos los grupos de casos incluyen hombres de 20 a 50 años, muchos de los cuales son hombres que tienen sexo con hombres. Aunque no se sabe que la viruela del simio se transmita sexualmente, la actividad sexual ciertamente constituye un contacto cercano per se que pone en alto riesgo de contagiarse.

¿Existe una vacuna?

Hay varias vacunas disponibles para la prevención de la viruela que también brindan cierta protección. Recientemente, se desarrolló una vacuna para la viruela (MVA-BN, también conocida como Imvamune, Imvanex o Jynneos), que fue aprobada en 2019 para su uso en la prevención de la viruela del simio y aún no está ampliamente disponible. La OMS está trabajando con el productor de la vacuna para mejorar su acceso.

¿Existe algún tratamiento?

En la mayoría de las personas los síntomas a menudo desaparecen solos sin necesidad de tratamiento; sin embargo, la gravedad de la enfermedad puede depender de factores como el tener vacuna contra la viruela humana (protección de 85%), presencia de comorbilidades (es decir padecer de enfermedades que comprometen las defensas). Actualmente el CDC Center for Disease Control and Prevention de los EEUU recomienda el tratamiento en los siguientes casos: enfermedad grave, personas con inmunocompromiso (pacientes con cáncer, SIDA, personas con quimioterapia u otras drogas que reducen las defensas), niños menores de 8 años, embarazadas, personas con complicaciones (infecciones en piel, neumonía, etc.).

Actualmente está disponible un antiviral denominado tecovirimat (comercializado como TPOXX) para el tratamiento de la viruela humana en niños y adultos, y también se lo aprobó para el tratamiento de la viruela del simio en enero de 2022.

En conclusión, como se habrá podido colegir de la lectura de este artículo, la viruela del simio es menos probable que pueda propagarse como la Covid-19 que puede contagiarse incluso de personas sin síntomas. Quienes padecen la viruela del simio tienen una enfermedad con lesiones en piel muy obvias y la forma de contagiarse es estar en contacto muy cercano con estas personas. Por otro lado, la enfermedad parece ser de baja mortalidad y, por fortuna, las personas de más de 40 años que recibieron o padecieron viruela en el pasado están protegidas hasta en un 85% contra la viruela del simio. Los jóvenes y niños o personas de alto riesgo para padecer enfermedades graves probablemente sean vacunados para evitar un brote mayor de la enfermedad. Esto está sujeto al análisis del comportamiento de los casos en el mundo. Por ahora, las medidas no farmacológicas ya conocidas durante la pandemia siempre protegen contra varias enfermedades, incluida esta nueva amenaza.

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