Una de las escenas más significativas de estos días ha sido aquella marcha encabezada por jóvenes universitarios que, rezando el rosario y cantando el himno patrio, invitaron a la Policía Nacional a acompañarlos pacíficamente en sus manifestaciones.
¿Cursi? ¡Para nada! Es solo una muestra de que una nueva generación está tomando la posta. Una nueva generación con identidad y personalidad propias. Cibernética e hiperconectada, la generación del meme, del vídeo, del post y del WhatsApp resultó ser, al mismo tiempo, una generación responsable socialmente con fe, valor y la patria en el corazón. Son jóvenes que poseen su propia visión de futuro, que escudriñan el pasado para comprender el presente y que no se callan ante los abusos de poder.
Sin duda, esta generación es la que se hará cargo del país dentro de cinco años. Sí, cuando pase el cuarto y fraudulento período presidencial de Evo.
Y es que en esta coyuntura el Gobierno tiene todo a su favor. Aunque los indicios de fraude son suficientes para dudar de la legitimidad de esta elección, los resultados manifestados por el OEP le dan la victoria con más del 10 por ciento. Además, el pronunciamiento del Órgano Electoral hace que las elecciones sean un hecho consumado. Finalmente, la voluntad de someterse a cualquier tipo de auditoría sustenta las razones institucionales y constitucionales para que Evo no tenga ningún motivo válido que dé paso a una segunda vuelta.
Los movimientos ciudadanos que se han manifestado en todo el país, todavía no han demostrado su fuerza. No cabe duda de que son grandes pero ¿por cuánto tiempo más podrán resistir en las calles? Si hablamos de un movimiento de clase media asalariado o comerciante, ¿cuánto tiempo podrá sostener bloqueos sin asistir a sus fuentes de trabajo o sin generar el ingreso económico diario? ¿Cuánta musculatura tienen estos movimientos?
En todo caso, sabemos que el Gobierno del MAS es especialista en el manejo de conflictos sociales. Su estrategia de desgaste nos ha demostrado muchas veces. Veamos solo cómo tiene al Magisterio que no ha sido capaz de frenar ninguna iniciativa gubernamental. Por otro lado, recordemos el accionar del Gobierno en 2006 cuando mineros de Huanuni se enfrentaron entre ellos o en 2007 cuando cochabambinos nos enfrentamos en las calles con el saldo de dos muertos.
En esas situaciones, el Gobierno apareció después de los hechos como un mediador pacífico. Por tanto, Evo no escatimará recursos para generar desgaste o confrontación, situaciones que le permitirán actuar en escenarios favorables para su Gobierno.
Tomemos en cuenta también que Evo utiliza muy bien a su favor los discursos de racismo y discriminación. Baste recordar eso de que esperaba el voto campesino o aquello de que los jóvenes universitarios acuden a las manifestaciones por notita o por platita. Tiene a su favor todo un aparato mediático no solo por el canal estatal, sino por otros medios y periodistas cooptados. En este contexto, el trabajo honesto de los periodistas es invaluable.
Ahora bien, si realmente el movimiento ciudadano demostrara su resistencia civil y pusiera en jaque al Gobierno, este tiene aún la posibilidad del uso constitucional de la fuerza. Recordemos que Paz Estenssoro derrotó al movimiento minero con un contundente Estado de Sitio. Ciertamente el uso de la fuerza puede convertirse en un arma de doble filo puesto que la violencia podría jugarle en contra. Dependerá entonces de la habilidad política de los estrategas del MAS y de la pertinencia en el uso de un recurso tan importante como ese.
Por lo que se refiere a los pronunciamientos de países vecinos y de organismos internacionales cabe la siguiente pregunta: ¿El respaldo de organismos internacionales como la OEA o la UE tiene un peso específico o es solo retórica que no imprime ningún tipo de presión al Gobierno? ¿Se trata solo de una condena discursiva? En caso de que la respuesta a estas preguntas sea positiva, nada cambiará el resultado electoral. En lo que sí podrán influir más adelante es en la política exterior de nuestro país.
El peor escenario de todo este laberinto político es el del enfrentamiento entre hermanos. Si el pueblo es inteligente no caerá en el juego racista y de intolerancia al que le invita el oficialismo. El enfrentamiento podría abrir la posibilidad de una dictadura en el país. Con ella todos perderíamos.
Debemos reconocer que como sociedad hemos ayudado a alimentar al monstruo cuando no pasó nada después del 21F, cuando aceptamos el discurso de la repostulación como derecho humano, cuando vimos unas primarias con un solo frente al interior del MAS, cuando no hicimos nada ante el binomio inconstitucional.
Evo también cometió el error de aferrarse al poder, basta ver qué sucede en Venezuela con un loco aferrado a una silla que le impide ver lo que está pasando en ese país hermano, basta recordar que Fidel lo detentó prácticamente hasta la muerte, basta recordar que Goni, enceguecido por el poder, pretendió silenciar a un pueblo a fuerza de bala, basta acordarse del político más importante del Siglo XX en nuestro país, Víctor Paz Estenssoro, a quien su ambición por el poder lo llevó al derrocamiento y al fracaso del proyecto revolucionario del 52.
El poder enceguece, Evo ya no ve.
Por todo esto, el cuarto y fraudulento mandato de Evo será solo un Gobierno de transición y difícil, porque no tiene los dos tercios que le permitieron hacer y deshacer en estos 14 años, desgastado por todas las arbitrariedades cometidas, ilegítimo por esta elección fraudulenta, acorralado por la comunidad internacional.
Vienen años duros en los que debemos preparar nuevos liderazgos, verdaderamente nuevos y jóvenes, que nos permitan ingresar a Bolivia en el Siglo XXI.
La Dirección de Guardiana da la bienvenida a Néstor Ariñez Roca, quien es licenciado en Filosofía. Actualmente es docente en la Universidad Católica Boliviana. Sus convicciones sobre la construcción de una cultura de paz y la educación lo han llevado a desempeñarse profesionalmente en esos ámbitos tanto en la Fundación UNIR Bolivia como en diversas casas de estudios.
Su columna se llama Agorazein, un verbo en griego, intraducible con una sola palabra en otras lenguas. Quiere decir "ir a la plaza para saber qué dice la gente". A los griegos les gustaba tanto salir a pasear por la plaza a debatir sobre las cosas que pasaban, que tuvieron que inventarse este verbo. Su participio es agorazonta que sería algo así como reflexionado en la plaza.
"Me gustaría que esta columna sea un espacio de reflexión sobre sobre lo que pasa en el ágora, en el espacio público, es decir, en la ciudad. Ojalá que a partir de estas líneas los lectores puedan esgrimir sus propios participios".
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