Para los huérfanos no adoptados, cumplir 18 años no suele ser buena noticia

Por Guardiana (Bolivia)

Miércoles 3 de noviembre de 2021.- Cumplir los 18 años no es un motivo de alegría para los chicos del centro de acogida Félix Méndez Arcos, en la ciudad de La Paz. Al contrario, la mayoría de edad para ellos significa quedarse nuevamente solos y buscar un empleo para sostenerse por sí mismos, pues la norma boliviana limita la protección del Estado hasta esa edad. Cristhian y Elvis se sumarán pronto a los cientos de egresados, razón por la que buscan un trabajo con el apoyo del Sedeges, que pide solidaridad a las empresas e instituciones.

Elvis nació en el norte del departamento de La Paz. Fue llevado al hogar Alalay ante el abandono de su familia, que legalmente ya perdió todo derecho sobre él. Anoticiado de que en el Méndez Arcos enseñan un oficio y ayudan a la inserción laboral tras cumplir la mayoría de edad, él mismo solicitó su cobijo en este hogar. A principios de este año se cumplió su deseo y desde entonces aprende panadería y artes gráficas. Él se prepara para enfrentar solo los azares de la vida, lo hará en un mes y medio más, cuando en diciembre cumpla los 18 años.

Detrás de él está Cristhian, quien deberá enfrentar este mismo destino a partir de mayo del 2022. A diferencia de Elvis, Cristhian no recuerda a ningún miembro de su familia, él vivió prácticamente toda su vida en centros de acogida. Al morir su mamá, su padre lo entregó a una casa hogar cuando tenía apenas seis años y desde entonces no sabe nada de su familia. Tal vez esta situación sea causa de su timidez y sus inseguridades, comenta Reynaldo Luna, el educador más antiguo de Méndez Arcos, con 22 años de trabajo.

Cristhian vive desde sus 12 años en este hogar. Le gusta jugar fútbol, pero más aún hacer pan y tortas. Él es parte de los jóvenes que cada fin de año elaboran panetones navideños con la esperanza de reunir dinero y ahorrar para cuando les toque salir del hogar. Sus deseos de superación y su gusto por las masas lo llevaron a invertir sus ahorros en la carrera de Gastronomía, en la escuela Manq’a. Él ya tiene práctica en gastronomía, sin embargo, aún siente miedo de dejar la casa que lo cobijó casi seis años.

“Con Cristhian hablé tres o cuatro veces sobre su egreso. Tiene miedo dar ese paso y ese sentimiento es bastante común entre los chicos que están cerca de cumplir los 18 años. A muchos les da miedo empezar de cero, de estar solos, y ahí es donde tengo que ser como un papá, tengo que hablarles con la miel y la hiel, porque también hay que formarlos para la vida. A veces se desaniman por cualquier cosa y hay que motivarlos”.

Reynaldo Luna, el educador más antiguo del hogar Méndez Arcos, con 22 años de trabajo.

Sin oportunidad de adopción

Elvis y Cristhian no tuvieron la oportunidad de conocer a una segunda familia con la adopción, al igual que los otros 16 adolescentes que cobija el Méndez Arcos. La directora del Sedeges La Paz, Beatriz Churata, lo atribuye a un problema cultural de los bolivianos, pues asegura que los solicitantes prefieren a los niños más pequeños.

“Cristhian -dice Churata- se crió desde pequeñito en los hogares, pero no fue adoptado y las posibilidades ahora ya son casi nulas. Lo mismo pasa con Elvis. Los dos saldrán pronto del hogar, mientras que al resto aún le quedan más años. Es muy lamentable que en Bolivia prefieran más a los niños de cero a seis años; los bolivianos no quieren adoptar a los adolescentes y ese es un problema cultural que tenemos”.

La Constitución Política del Estado garantiza la protección de niños y adolescentes en estado de vulnerabilidad en los centros de acogida. El Código Niño, Niña y Adolescente define el término de la adolescencia al cumplir los 18 años, cuando un ciudadano boliviano adquiere la mayoría de edad. Por esa razón, las casas hogares con tutela de población adolescente deben tramitar su salida a esa edad.

Pero no es que salen al día siguiente de cumplir los 18 años y son dejados a su suerte, aclara Churata. El equipo técnico del Méndez Arcos los prepara, se encarga de ver posibilidades laborales según la formación que recibieron e instalarlos en un lugar seguro con los elementos indispensables. También realiza un seguimiento hasta que ellos cumplen los 20 años, los visitan en sus hogares y se cercioran de que vivan en condiciones aceptables.  

“Tampoco los despachamos sin nada. Les compramos un catre, un colchón, una garrafa y una cocinita, lo más esencial para que estén bien. Acá tenemos un fondo precisamente para eso; aunque a veces no alcanza, pero ahí es donde buscamos apoyo de las instituciones solidarias. Hay muchas instituciones que nos abren los brazos y nos colaboran para comprar estas cosas”.

Reynaldo Luna, educador del hogar Méndez Arcos

Proyecto de vida

En el Méndez Arcos, que cobija a varones de 12 a 18 años, se sigue un procedimiento que comienza cuando los chicos cumplen los 16 años, lo denominan “proyecto de vida” y consiste en orientar al menor en lo que desea para su futuro y en sus gustos por algún oficio. Esta casa de acogida los forma con talleres de Panadería, Corte y Confección, y Artes Gráficas. Actualmente, Churata trabaja en la apertura de Carpintería y otras opciones variadas.

Cuando los adolescentes cumplen los 17 años, el equipo técnico del hogar comienza a canalizar apoyo para su inserción laboral cuando cumplan los 18 años. En los últimos años colaboraron la Gobernación de La Paz, Hipermaxi y La Paz Limpia, pero se requiere de más empresas solidarias, señala Luna. Algunos adolescentes ayudan en esta parte y buscan por su cuenta algún trabajo relacionado a sus habilidades.

“Ahora estamos en busca de un trabajo estable para los chicos, ojalá las empresas puedan darnos una mano. Estamos hablando con dos restaurantes y un emprendimiento de chocolates, a ver cómo nos va. Tenemos un equipo técnico que se mueve en este apoyo laboral. Nuestros muchachos son hábiles en lo que hacen”.

Reynaldo Luna, educador del hogar Méndez Arcos.

Apoyo laboral mediante ley

En medio de esta necesidad de apoyo surge la iniciativa de contar con una ley nacional que establezca la inserción laboral del 1, 2 o 3% por parte de las empresas e instituciones públicas y privadas, tal como ocurre con las personas con discapacidad. Luna recuerda que en el país hay bastante población adolescente en casas hogares que se beneficiarían con este tipo de norma.  

Churata apunta incluso a incluir en la misma norma un paquete de apoyo para estos adolescentes, como el acceso a becas en universidades e institutos privados y el ingreso directo a universidades e institutos públicos. Para ello tiene previsto acercarse a algún legislador nacional para coordinar la redacción de este documento.

El informe “Estado de Situación de Niñas, Niños y Adolescentes en Acogimiento Institucional”, presentado en julio por el Ministerio de Justicia, reveló que hay 5.678 menores de edad que viven institucionalizados en 180 centros de acogida del país. Del total, el 34% (1930) tiene entre 12 y 18 años.

Si está interesado en ayudar a Elvis y Cristhian puede acudir a las oficinas del Sedeges La Paz, en calle Rigoberto Paredes #1299 esquina final Almirante Grau, o llamar al 2493142.