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Guardiana (Bolivia)

Lunes 18 de mayo de 2020. Existe toda una teoría sobre la educación a distancia para adultos, pero no para los jóvenes. Ahora los docentes tienen que dar clases virtuales a estudiantes universitarios, jóvenes en su mayoría, por lo que es necesario adecuarse a su edad, a sus necesidades y condiciones, recomienda René Zeballos, docente de la Universidad Católica Boliviana (UCB) de La Paz.

Solo en el sistema universitario boliviano —que comprende a las 11 universidades públicas, junto a la UCB y la Escuela Militar de Ingeniería, entre otras— existen más de 500 mil estudiantes que desde el mes de marzo pasan clases a distancia, en la modalidad virtual. A esta cifra se debe sumar a estudiantes de las universidades privadas del país.

Es por ello que Zeballos, quien fue director de las Escuelas Radiofónicas Bolivia (Erbol), entre 2000 y 2008, que promueven la educación a distancia, diseñó un “itinerario” para que docentes y estudiantes enfrenten la educación virtual, para ello se apoyó en documentos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España, de la guía del Curso de Formación en Educación Abierta y a Distancia del Ministerio de Educación y Ciencia de España, además de su experiencia personal.

Guardiana entrevistó a René Zeballos por la experiencia que tiene en educación a distancia, además de ser docente de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana San Pablo (unidad La Paz), dio clases en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), y tiene un doctorado en Comunicación y Educación de la Universidad de Huelva, España. También se desempeñó como Gerente de Comunicación y Ciudadanía de la Fundación UNIR y Coordinador del Proyecto de Comunicación Educativa en Lenguas Nativas de la Organización de Estados Ibearoamericanos (OEI).

“Nos han tirado a la piscina y no nos vamos a ahogar”, asegura Zeballos, quien explica que, al igual que en un viaje, los docentes deben hacer un “itinerario” educativo muy claro, con fechas, etapas, plazos, tareas, actividades, clases virtuales y el resto de acciones. Esto implica planificar con rigor. Esta planificación debería ser transmitida a los estudiantes para que todos entren en sintonía.

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René Zeballos, doctor en Comunicación y Educación, docente en dos universidades y exdirector de las Escuelas Radiofónicas Bolivia (Erbol).

“Nos han tirado a la piscina y no nos vamos a ahogar”

René Zeballos

A continuación va el itinerario para emprender la educación a distancia:

El posible abandono

En la educación a distancia, por su naturaleza, la probabilidad de abandono de los estudiantes es más alta que en la educación presencial.

  • Es preciso que todos contribuyan a que los estudiantes no abandonen sus estudios a distancia.
  • Dependiendo de cada caso, la calidad de la tarea de la institución y del docente pueden ser decisivas para que no se den abandonos. Sería muy delicado, por ejemplo, que el desempeño de un docente genere desánimo en los estudiantes por proseguir en sus estudios.
Indagar por los estudiantes ausentes

En caso de identificar si algún o algunos estudiantes han dejado de estar o participar en las actividades o sesiones virtuales es apropiado ubicarlos y consultarles del porqué de su ausencia. Es necesario saber lo sucedido para intentar superar las dificultades y que consigan retomar sus estudios, siempre, obviamente, que esto esté al alcance.

Se ha visto, por ejemplo en los últimos meses, que algunos universitarios que no asistían a clases era porque debían comprar megas y no contaban con los recursos para tal efecto.

Excelente comunicación, confianza y empatía

Aunque la comunicación y la confianza se construyen mutuamente, es preciso indicar que en la educación a distancia es el docente quien sobre todo tiene en sus manos construir una buena comunicación y confianza con las y los estudiantes.  

  • Sin confianza y buena comunicación no hay una buena educación o la misma es muy deficiente.
  • Es recomendable en la educación a distancia que el lenguaje que use el docente sea el coloquial, dialogado, cordial, sea en las sesiones grupales virtuales o en los contactos individuales.
La flexibilidad

En educación a distancia se puede admitir cierta flexibilidad acorde con las particularidades de los estudiantes.

  • La situación actual plantea que hay estudiantes con dificultades de conectividad, algunas limitaciones respecto a recursos informáticos, falta de experiencia sobre aprendizaje a distancia y responsabilidades familiares producto de la cuarentena.
  • Ello debe ser considerado para no tratar a todos los estudiantes por igual cuando se presentan ciertas situaciones particulares; sin embargo, esto no debe hacer perder de vista el logro de las competencias y saberes de forma individual en cada estudiante.
  • Es bueno recomendar a los estudiantes que se organicen bien, en horarios, tiempos y espacios físicos para el estudio. Incluso que esta organización llegue a resolver situaciones de acceso y uso de equipos tecnológicos.
  • Es apropiado señalarles que “aprendan” a “aprender” a distancia.
Animar, alentar e incentivar

Seguramente en todos los textos de educación a distancia está muy claro que la institución a cargo y el cuerpo docente siempre deben alentar y animar a que el estudiante siga adelante en sus estudios. Hay que hacerlo.

Los materiales o medios digitales didácticos
  • Pueden ser elaborados por los docentes o ser de otra autoría e incorporados con una intención pedagógica.
  • Los mismos pueden ser enviados por los docentes o puede solicitarse que los estudiantes los busquen por cuenta propia.
  • Una máxima de la educación a distancia es que estos materiales o medios sean claros y comprensibles en su contenido para los estudiantes. Eso hace que sean accesibles para ellos, sino no serían accesibles, aunque los tengan en sus manos.
  • Debe considerarse el tiempo que implicará la revisión y comprensión de los materiales que se envíen.
  • Cabe recordar que la elección de los materiales depende de las competencias y saberes que se pretende promover. Un audiovisual, por ejemplo, es más apropiado para desarrollar un saber procedimental.
  • Es conveniente también recordar que el material debe ayudar al autoaprendizaje o aprendizaje autónomo.
  • La calidad de los materiales puede ser hasta influyente para el ánimo o desánimo del estudiante con respecto a continuar en sus estudios.
La facilitación o tutoría a distancia

La tutoría o facilitación está a cargo del docente y es todo el conjunto de acciones y recursos que él puede utilizar en su comunicación con los estudiantes. Estos elementos podrían ser:

  • Los materiales o medios educativos que seleccione y envíe. Estos materiales o medios son soportes clave de los procesos a distancia.
  • Los documentos, mensajes o guías de trabajo con indicaciones o instrucciones para que el estudiante desarrolle cierta actividad o prueba.
  • Las sesiones virtuales grupales por videoconferencias, que pueden tener variados objetivos y con-tenidos.
  • Los contactos individuales con cada estudiante, para distintos propósitos educativos.
  • Los mensajes de ánimo y de aliento constante al estudiante.
  • Los mensajes informativos de aspectos organizativos institucionales del proceso de educación a distancia.
Tener claras las competencias y saberes

El docente debe tener siempre clara cuál es la competencia central de su asignatura y los saberes conceptuales, actitudinales y procedimentales que debe desarrollar en los estudiante. Esto es algo fundamental.

- Para elegir los materiales, definir las tareas y actividades o diseñar los controles o exámenes, no debe perder de vista la competencia y los saberes que pretende alcanzar.

Es preciso recordar que en las asignaturas las competencias deben ser desarrolladas en cada estudiante.

  • Si bien en educación a distancia los destinatarios son grupo o grupos de personas, es imprescindible de parte del docente una atención individualizada y personalizada de cada estudiante para alcanzar en él la competencia y los saberes.
  • Hay que pensar bien si se dan tareas grupales. Si se presenta este caso, no vaya a ser, como a veces sucede, que solo alguno o algunos estudiantes hagan el trabajo, todos tengan el mismo puntaje y nadie haya desarrollado la competencia.
  • Para esa atención personalizada a distancia es propicio crear mecanismos comunicacionales para contactos individuales -paralelos a las videoconferencias-, de modo que los estudiantes que vean preciso puedan exponer cualquier momento su situación, realizar preguntas, formular opiniones, efectuar sugerencias o tomar iniciativas. Incluso pueden presentarse casos que ameriten mayor atención y reserva.
Las videoconferencias o sesiones virtuales en simultáneo

Es conveniente que el docente planifique apropiadamente los contenidos y tiempos de las videoconferencias. Hay que tener claras las etapas o partes de las sesiones. No cabe la improvisación.

Una videoconferencia en la UCB

Además, muchas veces los tiempos son limitados en estas intervenciones. Es preferible realizar y enviar de la manera más inmediata a los estudiantes ayudas memorias de lo abordado en estos encuentros virtuales.

La complementariedad prudente de recursos

En la educación a distancia, la complementariedad se da en la diversidad de recursos digitales educativos y comunicacionales que se utilizan, en la variedad de contactos que se puede tener con los estudiantes y en la diversidad de procedimientos de evaluación.

  • Es bueno que los docentes acudan a estas herramientas virtuales considerando las necesarias y adecuadas, sin caer en un uso excesivo innecesario solo de alguna de ellas. Para ello se requiere una buena planificación y claridad de lo que se quiere lograr en cuanto a la competencia y los saberes.
Las tareas y actividades deben ser "viables" a distancia

En la educación presencial seguramente el docente tenía planeadas tareas y actividades para ser resueltas por los estudiantes sobre la base de un accionar fuera de casa y en contacto grupal o colectivo cara a cara entre compañeros de clase.

  • Ahora habrá que cambiar la mirada y adecuar estas actividades para ser resueltas sin tener contacto personal con los demás, de modo individual y sin salir de casa.
  • Estas actividades a solicitarse y evaluarse pueden ser diversas; ahí se podrían ubicar pedidos de investigaciones, reflexiones sobre textos enviados, resúmenes de documentos, ejercicios prácticos respecto a uno o más procedimientos y conocimientos, resolución de problemas propuestos, estudios de casos y su esclarecimiento, y propuestas o proyectos de intervención, entre otras.
Claridad en las instrucciones

Al no estar cara a cara con los estudiantes, el desafío más importante para los docentes a distancia es dar todas las explicaciones e indicaciones con total claridad, con un lenguaje sencillo y comprensible. Justo una de las máximas de la educación a distancia es esta.

  • Dentro de los datos a considerar están el “volumen” y características de lo solicitado, las fechas, plazos y medios de envío.
  • Es importante que el docente indique qué aspectos serán ponderados y el puntaje que tiene la actividad o prueba.
  • Es bueno que esto se señale antes de desarrollar estas tareas, actividades o pruebas.
  • El docente no debería causar confusión en estas indicaciones e instrucciones.
Consolidar lo enseñado y aprendido

En el proceso de educación a distancia es un poco más difícil para el docente constatar de forma fehaciente lo aprendido por el estudiante y cuándo debe pasar de un tema a otro. Es preciso que el docente busque consolidar un determinado tema antes de pasar a otro. Esto ayudará a la comprensión de los contenidos desarrollados.

Respuesta pronta a los estudiantes

Al no tener el contacto personal es preciso que las respuestas de los docentes a dudas o cualquier otra inquietud de los estudiantes sean prontas y claras. Siempre es necesaria la paciencia porque podrán reiterarse.

La información de los avances de materia

Para eliminar otra posible incertidumbre es aconsejable ir indicando a los estudiantes el grado de avance de contenidos de la asignatura.

Algunos elementos de la evaluación

Para precisar el qué, cómo, cuándo y para qué evaluar, nuevamente es necesario que el docente considere cuál es la competencia central de la asignatura y los saberes a ser evaluados (conceptuales, actitudinales y procedimentales).

  • Está claro que para evaluar deben usarse diversos instrumentos, dependiendo de los saberes a verificar. No es sencillo, pero en la educación a distancia hay que elegir y adecuar estos instrumentos de acuerdo al acceso y las posibilidades.
  • Es pertinente recordar que hay una evaluación continua o progresiva y una evaluación final.
  • En la modalidad presencial se tienen ciertos criterios para calificar el puntaje de las distintas actividades o pruebas. Ahora quizá sea preciso modificar estos criterios. Hay que hacerlo a tiempo y en lo posible compartir y explicar estas decisiones a los estudiantes.
  • En los momentos de evaluación nuevamente se apela a que los docentes usen el lenguaje sencillo y comprensible. Sería complejo si el lenguaje es ambiguo y confuso, y los estudiantes entiendan lo que se les demanda de manera diferente, ya sea en una prueba o trabajo. Incluso ello dificultaría una calificación por parte del docente.
  • Es conveniente recordar que la competencia y sus tres tipos de saberes deben ser desarrollados en cada estudiante, por lo tanto, la evaluación debe ser individual para verificar este cumplimiento. Por lo mismo, se debe recurrir a los recursos pertinentes para garantizar la validez y confiabilidad de la evaluación.
  • Es apropiado avisar las fechas de evaluación, considerando que los estudiantes tienen más de una asignatura.
  • La evaluación sirve para replantear o consolidar el trabajo del docente, y también es útil al estudiante para reconducir o consolidar su proceso de aprendizaje.
  • En la educación a distancia se hace mucho más necesario informar al estudiante de las calificaciones que obtiene y de la acumulación de puntaje que va logrando en el tiempo.
Pruebas, controles o exámenes

Las pruebas, exámenes o controles que habitualmente se “tomaban” en aula, ahora podrían ser hechos a distancia.

  • Para ello puede recurrirse a los cuestionarios digitales, posibles de crear, para una resolución simultánea o diferida por parte de los estudiantes.
  • Ha de ser bueno tener claro que si se toma una prueba debe verse este último aspecto, vale decir si será simultánea o diferida; los pros o los contras de cada caso.
  • No debe haber confusiones respecto a la fecha de la prueba.
  • En este camino, indudablemente debe garantizarse que el resultado de la prueba refleje la capacidad real del estudiante.
  • Es correcto hacer conocer a los estudiantes los resultados de la evaluación en un tiempo prudente.

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