Guardiana (Bolivia), foto ONU
Miércoles 25 noviembre 2020.- ONU Mujeres propone trabajar en cuatro pilares o ejes para superar la pandemia de la violencia hacia las mujeres, considerada una violación a los derechos humanos desde 1994 y que deja secuelas de corto y largo plazo en las víctimas, sus familias y la comunidad.
Ese organismo internacional plantea poner atención a la prevención de las agresiones; atender de manera oportuna y efectiva a las víctimas y sobrevivientes; acabar con la impunidad de los agresores y construir un pensamiento con tolerancia cero a la violencia.
La propuesta está incluida en un documento elaborado por ONU Mujeres, a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer que se recuerda cada 25 de noviembre y que marca el inicio de una campaña internacional para poner fin a este problema. Son identificadas 10 maneras con las que todas y todos pueden contribuir a lograr un cambio seguro y efectivo.
El 25 de noviembre de 1960, las hermanas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron asesinadas por la dictadura de Leónidas Trujillo. Después de que organizaciones feministas tomaran en cuenta esa fecha para sus reivindicaciones, ONU marcó esta fecha en el calendario para recordar a esas mujeres convertidas en símbolos de la lucha contra la violencia de género.
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Acciones como base de los pilares
Sin embargo, para trabajar de manera adecuada en los cuatro pilares, ONU Mujeres propone las siguientes acciones:
- Colocar a las mujeres en el centro de la transformación de las políticas, las soluciones y la recuperación a la crisis por la COVID – 19.
- Incluir la lucha contra la violencia en todos los planes para enfrentar la Covid-19.
- Asignar mayor presupuesto a las instituciones que brindan atención a mujeres afectadas por la violencia.
- Aplicar la legislación nacional y fundamentalmente los plazos que se dan para el proceso que inician las mujeres víctimas de violencia sin revictimizarlas.
- Generar sistemas de evaluación del personal que atiende a mujeres víctimas de violencia para asegurar la aplicación de la norma y la perspectiva de género y de derechos humanos en la gestión de los casos.
- Desarrollar estrategias de prevención que incluyan a los sistemas de comunicación y educación.
- Mantener registros actualizados sobre la violencia hacia las mujeres y las niñas que permitan la generación de evidencia.
¿El por qué de los cuatro pilares?
Cuando la ONU menciona a los cuatro pilares citados se refiere, en realidad, a ejes de la lucha contra la violencia no del todo atendidos desde que se aprobó la Ley 348, a pesar de que esta los menciona. En el primer caso de la prevención, poco se ha hecho en el país en relación a campañas de prevención desde el Estado en general y desde el Gobierno en particular.
Se esperaba que tal como lo señala la Ley 348, el Ministerio de Comunicación lanzara campañas de prevención lo suficientemente grandes e importantes como para incidir en la población y, para tal efecto, incluso se había indicado que el monto destinado a las mismas debía ser igual al que se invierte en otros temas importantes. No sucedió en Bolivia.
La prevención también implicaba la suficiente transversalización de la problemática en la educación en los diferentes niveles, desde el colegio. Sin embargo, desde que se aprobó la Ley 348 poco se avanzó al respecto y fue una de las críticas de organizaciones que vigilan estos temas.
Pero la prevención y la tolerancia cero a la violencia no es un asunto solo de Estado o gobiernos de turno, sino también de la suficiente concientización en los hogares para que desde ese lugar la violencia no encuentre cabida. Por ello, una mujer no debe permitir que en su hogar la llamen "loca", "vieja" o de otro modo. Tolerancia cero... Empero, tampoco se ha trabajado lo suficiente al respecto porque en los hogares la violencia sigue naturalizada y no solo hacia las mujeres, sino también hacia las niñas, niños y adolescentes e, incluso, hacia los adultos mayores.
Finalmente para hablar de acabar con la impunidad que tiene que ver con la justicia y la pertinencia y rapidez con la que se manejan los casos de violencia, aún queda mucho trecho por andar porque no hay juzgados suficientes y los que existen siguen tratando, también, los casos de corrupción. El personal no es especializado y cuando ya lo es, lo cambian de destino. El trato que se da a las víctimas que logran sobrevivir sigue siendo revictimizante. Y las sentencias que conocen por año siguen siendo escasas. Solo en Cochabamba, de 14 feminicidios registrados entre el primero de enero y el 5 de noviembre de 2020 se habían producido dos sentencias.
Datos y registros
Los datos registrados en los últimos años llevan a ONU Mujeres a colocar el sello de pandemia en las agresiones hacia mujeres y niñas.
ONU Mujeres da cuenta de que 18 de cada 100 mujeres y niñas que tienen entre 15 y 49 años han tenido alguna relación de pareja, pero acompañada de violencia física y sexual.
Añade que en el último año hubo 243 millones de víctimas en el mundo. De ese total, 40 de cada 100 denunciaron o pidieron ayuda por miedo a ser señaladas como culpables de los hechos.
El aumento de casos, la falta de denuncias por temor a las represalias y la crueldad en las agresiones, dice ONU Mujeres, “obliga a considerar este fenómeno como una pandemia, una pandemia que está en la sombra y que precede a la Covid-19”.
La situación en Bolivia
En Bolivia, la Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia (2016) da cuenta de que 75 de cada 100 mujeres alguna vez en su vida fueron víctimas de algún tipo de violencia. Cada dos días y medio se registra el asesinato de una mujer. Entre 2013 (año de promulgación de la Ley 348 que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia) y 2018 solo fue emitido el 1,13 por ciento de las sentencias condenatorias.
Entre enero de 2013 en que se aprobó la Ley 348 y diciembre de 2019, los feminicidios en Bolivia subieron en 450 por ciento en vez de bajar como se esperaba (ver infografía). La Fiscalía da cuenta de que desde enero hasta el 10 de noviembre de este 2020, fueron registrados 104 feminicidios.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), esas cifras colocan a Bolivia en el tercer lugar de los países con los índices más altos de feminicidio en la región.
Solo en el departamento de Cochabamba, entre el primero de enero y el 5 de noviembre de 2020 fueron asesinadas 14 mujeres, la mitad en la provincia Quillacollo. Ellas y sus supuestos agresores, además, bastante jóvenes. En ese período de tiempo, solo dos agresores recibieron sentencia y esta fue de 30 años de prisión.
Y los datos siguen. Más de 30 de cada 100 mujeres son asesinadas por su pareja actual o anterior. En el caso de los feminicidios en Cochabamba, esta es una tendencia.
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