Fiebre, congestión nasal, dolor de cabeza, estornudos, secreción nasal… síntomas muy molestos que se deben a muchos virus que aumentan su circulación entre la población a medida que se acerca el invierno.
¿Por qué resfriados e infecciones respiratorias son más frecuentes en invierno?
Los virus respiratorios se replican mejor entre 33 y 35 grados centígrados, que es la temperatura de las vías respiratorias como la nariz cuando respiramos aire frío en el invierno. Otro factor que aumenta el número de personas con infecciones respiratorias es que durante los meses fríos existe la tendencia a permanecer en espacios cerrados con otras personas, lo cual aumenta el intercambio de virus respiratorios por el hacinamiento. El uso de dispositivos para calentar los ambientes como las estufas (peor aún si usan combustibles), provocan que el aire se seque, por lo tanto, la mucosa de la nariz que está húmeda naturalmente para protegernos y servir de barrera contra los gérmenes también se seca y facilita el ingreso de diferentes microorganismos.
En promedio los niños pequeños sufren entre cuatro y cinco resfriados cada año (los pequeños que asisten a guarderías pueden tener el doble de episodios por el hacinamiento al que están expuestos), mientras que los adultos sufren entre dos y tres episodios anuales. La gravedad con la que afectan estos virus depende de la edad y del tipo de virus. Los niños más pequeños (menores a seis meses) y los ancianos pueden presentar cuadros más graves con riesgo de hospitalización. Los primeros porque su sistema inmune (de defensa) aún no está bien desarrollado y los ancianos porque el sistema inmune envejece y cada vez funciona con menos eficacia (inmunosenescencia).
Los virus de invierno más comunes
SARS-Cov-2 o virus de la Covid-19
Actualmente este virus se está convirtiendo en un virus endémico como los muchos otros virus respiratorios. Tiene un periodo de incubación de dos a 14 días y es altamente contagioso. Las últimas mutaciones del virus han hecho que las infecciones se centren en la vía respiratoria alta (nariz y garganta), produciendo fiebre, dolor de garganta, tos seca y a veces puede ir acompañado de síntomas digestivos como diarrea y vómitos. En niños pequeños puede producir obstrucción importante de la vía respiratoria, requiriendo a veces el uso de medicamentos antinflamatorios como los corticoides. Las personas mayores o con comorbilidades (otras enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades que comprometan el sistema de defensa), tienen riesgo aún de que la enfermedad ataque a los pulmones produciendo enfermedad más grave.
Adenovirus
Afecta sobre todo a menores de 15 años y puede producir fiebre, faringitis, conjuntivitis, tos, secreción nasal y a veces diarrea. En niños pequeños puede llegar a producir neumonía. Como todos los virus respiratorios se transmite por gotitas de saliva o por contacto con objetos contaminados por una persona enferma.
Virus de la Influenza
Este virus aparece de forma epidémica cada año principalmente en el invierno, afecta de manera súbita con fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza y tos seca. La diferencia con los resfríos comunes es que los síntomas son más intensos y la fiebre más alta, dejando muy comprometida a la persona afectada (en promedio se calcula que puede producir ausentismo laboral por aproximadamente cuatro días). Los grupos en los cuales la enfermedad puede ser más grave son: menores de dos años, mayores de 65 años, diabéticos, obesos, personas con VIH, personas con cáncer, mujeres embarazadas. Por esto es importante la vacunación anual contra este virus un par de meses antes de cada invierno.
Rinovirus
Es el virus que causa los resfriados comunes, produce una enfermedad leve pero molesta con fiebre leve, secreción nasal líquida, tos, dolor de garganta. Se resuelve en alrededor de una semana, ocasionalmente en niños puede complicarse con otitis, sinusitis y menos frecuentemente con neumonía.
Virus respiratorio sincicial (VRS)
Este virus es el principal agente infeccioso viral causante de infecciones respiratorias bajas (es decir que ataca bronquios pequeños y el pulmón), aparece en otoño e invierno. Se contagia a través de secreciones respiratorias eliminadas al toser, estornudar o hablar, también puede sobrevivir hasta seis horas en superficies, por lo cual es posible contagiarse al tocar objetos contaminados. Los niños menores de un año y los ancianos hacen infecciones más graves, pero actualmente estamos observando casos graves incluso en niños preescolares, probablemente porque en los años de la pandemia no tuvieron contacto con el virus y tienen escasa o ninguna inmunidad contra este virus.
Los síntomas frecuentes son fiebre leve, tos y congestión nasal, pero cuando la infección se presenta por primera vez en niños pequeños puede producir un cuadro denominado bronquiolitis que a veces requiere internación. En general puede afectar de forma grave a menores de tres meses, prematuros que nacen cerca al invierno, cardiópatas, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas. Actualmente (2023) han sido aprobadas vacunas eficaces contra este virus para adultos mayores de más de 65 años, se espera autorización para mujeres embarazadas y aún continúan estudios para aplicarse en niños.
¿Qué hacer cuando estamos resfriados?
Existen muchos mitos y remedios caseros recomendados para los resfriados; pero lo mejor que puede hacer es ¨disfrutar su resfriado¨, es decir guardar reposo, beber abundante líquido y dejar que su sistema inmune se haga cargo de defenderlo. Existen medicamentos como el ibuprofeno y paracetamol para aliviar los síntomas de fiebre y dolor. Otro tipo de medicación que contenga antitusivos o antigripales para niños no están recomendados, especialmente en menores de dos años, debido a sus efectos adversos. Los antibióticos no deben prescribirse jamás para los resfriados (no tienen efecto sobre ninguno de los virus). Tomar grandes cantidades de vitamina C no previene los resfríos. Lo mejor que puede hacer es lavarse las manos frecuentemente, si asiste a lugares cerrados use el barbijo, no salude de beso y no de la mano en esta época de alta circulación viral y no olvide vacunarse contra la influenza o gripe estacional.
Dr. Héctor Mejía Salas, M.Sc.
Pediatra Magíster en Epidemiología Clínica
Profesor Titular de Pediatría UMSA
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