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Los individuos comparten sentimientos, valores y cultura en comunidades que se tornan sociedades cada vez más complejas. Ese compartir construye la interacción comunicativa que se convierte en esa comunicación intercultural que permite la expresión misma de la cultura (Rodrigo, 1999).

Para Laruta (2010), en Bolivia “tenemos una inconclusa construcción nacional y prácticas culturales poco reflexionadas que, sin embargo, son el masivo entramado de la interculturalidad básica ya lograda y que debería ser un excelente punto de arranque para continuar el proceso”.

El pluralismo cultural es entendido como interculturalidad primaria porque establece que una sociedad plural no es simplemente tolerante. No se trata de sólo “aguantar” al diferente, sino de que la diversidad sea reconocida como valiosa y el disenso como base de la democracia. Ni consenso pleno ni conflicto abierto, sólo discrepancias reguladas.

Desgraciadamente hay demasiadas voces dispuestas a que el diálogo no funcione y en ese punto los medios de comunicación desempeñan un papel muy importante en el modelo democrático y responsable.

Desde una perspectiva democrática, los medios pueden y deben contribuir a garantizar el suministro de información veraz, ecuánime y plural para atender el interés público. El pluralismo se caracteriza por la variedad temática y de fuentes en las noticias. Si no existe una diversidad, se restringe o anula la libre elección de los individuos o del público a formarse un criterio completo y real de su entorno.

En ese sentido, el pluralismo informativo implica la diversidad de voces y actores que se puede apreciar con la presencia de fuentes informativas primarias, secundarias, pero también fuentes gubernamentales, locales, municipales y ciudadanas.

Un estudio sobre el discurso de prensa sobre provincias y municipios (Villegas, 2012) constató que los intereses políticos pueden dividir e impedir visibilizar a la interculturalidad como un espacio de respeto e igualdad entre bolivianos para enfrentar los problemas compartidos debido a la pobreza y buscar sus soluciones a través de la colaboración entre autoridades y pobladores.

La agenda mediática visibiliza la violencia y la necesidad de atender los desastres causados por la lluvia, los incendios o la sequía, pero sólo en ocasiones profundiza desde un periodismo de investigación sobre prevención, los actos de corrupción en la administración económica de los municipios o llama la atención sobre la pugna por el poder político que perjudicó la planificación y ejecución de proyectos de desarrollo local y regional.

En ese sentido, se evidenció que la cobertura informativa sobre provincias y municipios en la prensa prioriza con frecuencia tres enfoques informativos para valorar y elaborar las noticias:

  1. Enfoque de responsabilidad por la apelación a las autoridades locales y nacionales para atender las demandas de atención en salud, educación, caminos, abastecimiento de agua y ejecución de proyectos productivos.
  2. Enfoque de interés humano por la gran cantidad de noticias sobre las consecuencias de desastres naturales y la pobreza de las regiones afectadas.
  3. Enfoque de conflicto que es el menos observado, pero que estuvo presente en todas aquellas noticias sobre conflictos políticos por el poder entre los representantes del oficialismo y otras autoridades locales.

La solidaridad y la cooperación mutua no siempre se visibilizan en el discurso periodístico. Sólo algunas noticias reflejan los escasos esfuerzos para trabajar por el desarrollo local; en general, existe escaso intercambio de información entre zonas y regiones rurales del país, falta diálogo y construir alianzas productivas.

Con frecuencia, se leen más notas informativas que reflejan una visión de país indefenso y sin norte ante los conflictos por intereses políticos, se carece de un enfoque de bienestar común. Además, se reconstruye una visión intercultural local que muestra pobladores y comunarios del área rural como víctimas incapaces de dar respuesta a sus problemas por la pobreza y los desastres más allá de la ayuda de los poderes y autoridades instituidos. ¿Será que eso es cierto en todos los casos?

Un aporte de los medios de comunicación en la cobertura informativa consistiría en promocionar el enriquecimiento cultural mutuo y el énfasis en la preservación de la diversidad porque forman parte de la comunicación intercultural propositiva.

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