El 2020 nos tomó por sorpresa, no nos permitió reaccionar de la manera que hubiéramos querido. La humanidad no olvidará el año que acabamos de dejar. Para no cometer los mismos errores, me atrevo a sugerir 10 consejos para el año que inicia. Tal vez no todos sean adecuados para todos los lectores, pero si alguno de ellos le parece prudente, le sugiero que lo adopte.
- Durante este año no perdamos la memoria. El 2020 nos hizo olvidar la lucha política y social del 2019. Hoy creemos en los relatos sobre un supuesto Golpe de Estado y un gobierno de facto. Perder la memoria, en muchos casos, supone traicionar las convicciones.
- Tomemos en serio las medidas de bioseguridad. Recordemos que el virus sigue entre nosotros y que una nueva ola ya ha empezado. Nadie quiere volver a los días de hospitales colapsados y de muertos en las calles. No queremos seguir perdiendo a quienes amamos.
- No clausuremos el año escolar. Ha sido un error tan grande que le costará la carrera política al exministro Cárdenas. Por esto preveamos todas las medidas de bioseguridad necesarias y también todas las alternativas a la educación presencial. Autoridades del Ministerio de Educación y dirigencias de los magisterios: la educación no puede volver a detenerse durante este año.
- Creamos más en la ciencia que en la política. La pandemia nos ha llevado a volver a confiar en los criterios científicos más que en los cálculos políticos. Las decisiones estatales tienen que tomar como criterio fundamental la palabra de las autoridades en salud. No se puede jugar con vidas humanas por efímeros triunfos políticos.
- Seamos solidarios con los enfermos. No solo con aquellos infectados por el coronavirus, sino con todas las personas que padecen alguna enfermedad. Actos de corrupción como los hechos de los respiradores no pueden volver a repetirse porque atentan contra la vida y la dignidad de personas indefensas. No podemos lucrar con el sufrimiento de los enfermos y sus familias, los sobreprecios en la atención por parte de algunas clínicas privadas son tan inaceptables como inhumanos. No burocraticemos la atención a los enfermos. Respetemos, valoremos y aplaudamos el trabajo de los sanitarios en primera fila.
- Valoremos el teletrabajo y sus beneficios para las empresas. Hasta el año pasado, parecía que marcar tarjeta era más importante que la eficiencia en el trabajo. El hecho de trabajar desde casa permite dar el salto a la valoración de los resultados, más que al tiempo de permanencia en la oficina. Esto es irreversible, hemos dado un salto cualitativo que algunos calculan que nos hubiera tomado por lo menos una década.
- Cuando sea su turno hágase vacunar contra el Covid-19. Esperemos que para entonces tengamos la posibilidad de elegir al menos entre dos vacunas. Pero espere su turno, no vaya a ser que por “motivos personales” le quite la vacuna a personal sanitario o gente con alto riesgo.
- Aprecie la vida. Recuerde que muchos la perdieron inesperadamente debido al virus. Pregúntese: ¿Qué es lo verdaderamente importante para mí? ¿Qué es lo que le da sentido a mi vida?
- Valore su trabajo. Muchos lo han perdido o no han podido desarrollarlo debido a la pandemia. Adáptese a los cambios, innove, pruebe nuevos caminos, investigue.
- Siga luchando. Crea y confíe en que llegarán tiempos mejores, esto le permitirá ver el vaso medio lleno, no le quitará el sueño y podrá seguir sonriendo.
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