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La intoxicación por medicamentos es uno de los accidentes del hogar más frecuentes en niñas y niños. A lo largo de mi carrera como pediatra, pude observar muchos errores y dudas en la administración de medicamentos, los que expongo a continuación:

¿Qué son los medicamentos OTC?

El nombre de medicamentos OTC proviene del inglés: Over the Counter (OTC), que en español correspondería a medicamentos de venta libre; es decir, aquellos que no necesitan la receta de un profesional de la salud y suelen ser comprados en las farmacias como consecuencia del consejo de un amigo, el uso de una receta anterior para síntomas parecidos o porque una persona acude a la farmacia e indica los síntomas y el farmacéutico le vende lo que considera más apropiado.

¡Cuidado! Estos medicamentos de venta libre pueden ser peligrosos si no se toman adecuadamente. En esta categoría están principalmente antitérmicos como el paracetamol e ibuprofeno, antigripales, analgésicos, antitusivos, antidiarreicos, etc. Todos estos fármacos de venta libre tienen una etiqueta o prospecto donde se brinda información acerca de la composición, dosis, el espacio entre dosis y posibles efectos adversos (efectos indeseables que a veces pueden ser peligrosos, por ejemplo el ibuprofeno puede empeorar los síntomas de la gastritis o aumentar el riesgo de sangrado). Algunos medicamentos vienen combinados con más de un fármaco en el mismo frasco como por ejemplo los antigripales que contienen antialérgicos, descongestionantes y antitérmicos como el paracetamol. Si hubiese sido administrado uno de estos medicamentos, ya no se necesita administrar paracetamol para la fiebre porque estaría duplicando la dosis con riesgo de intoxicación.

Antes de administrar estos medicamentos de venta libre sin receta, debe leer cuidadosamente la información adjunta o preguntar en la farmacia acerca de la composición, dosis, espacio entre dosis y efectos adversos.

¿Cómo administrar adecuadamente un medicamento?

Los medicamentos vienen en diferentes concentraciones del principio activo (ingrediente principal de un medicamento, responsable del efecto deseado). Aun siendo de la misma marca, en el caso de las y los niños, los medicamentos deben ser administrados basados en el peso de ellas o ellos, por lo cual los niños no son pequeños adultos a los cuales se les puede administrar la mitad de lo que a usted le corresponde como adulto.

Frecuentemente escuché la recomendación (incluso por parte de personal de salud) de que los medicamentos en gotas pueden usarse “dos gotas por Kg de peso”, nada más falso, por ejemplo, el paracetamol en gotas, dependiendo de la marca, puede venir en concentraciones diferentes de 80mg/mL, 100mg/mL o 120mg/mL, por lo cual la cantidad de gotas que debe administrar a su niño, dependiendo del peso, variará sustancialmente de acuerdo con la concentración que compró.

Nunca utilice utensilios de cocina como cucharas o cucharillas para calcular las dosis, pues no tienen un tamaño estándar. Los medicamentos en jarabes vienen provistos de cucharillas dosificadoras o vasitos que indican diferentes cantidades. Sin embargo, si su médico le prescribió una dosis como, por ejemplo de 3 mL, es mejor administrarlo con una jeringa para mayor precisión, pues los vasos y cucharillas insertos en las cajas de medicamentos harán difícil esta tarea.

Generalmente los medicamentos por más saborizados que se encuentren no son fácilmente tolerados por los niños y pueden provocar vómitos. Si el vómito ocurriera hasta una media hora después de la administración, debe repetir la dosis. Respete los horarios indicados por su médico para la administración de un medicamento.

No es aconsejable mezclar el medicamento en volúmenes grandes de líquido para disfrazar su sabor (por ejemplo, en un biberón con leche) porque es fácil que no se ingiera la dosis completa recomendada. Por otro lado, algunos medicamentos ven alterada su eficacia cuando se dan de forma simultánea con determinados alimentos u otros medicamentos.

En el caso de medicamentos como los antibióticos cumpla con el tiempo recomendado por su médico, frecuentemente los padres suspenden estos al observar cierta mejoría.

Medicamentos para la fiebre y el dolor

Estos medicamentos pueden aliviar la fiebre y el dolor, los dos medicamentos autorizados para niños son el paracetamol y el ibuprofeno (pueden tener diferentes nombres comerciales y concentraciones dependiendo de la marca), son muy similares en su eficacia y efectividad. Es preferible no usar ibuprofeno en niños con historia de enfermedad renal previa, enfermedades de la sangre y diarrea. El ibuprofeno no debe ser administrado a niños menores de 6 meses.

Generalmente recomendamos que estos medicamentos se usen con fiebres de 38.5⁰ C y más, recuerde que la fiebre es una señal de que su niño se está defendiendo de la infección.

Nunca use aspirina para tratar la fiebre o el dolor en niños, su uso ha sido asociado a una enfermedad grave denominada síndrome de Reye, especialmente cuando esta cursando enfermedades virales como la varicela o un resfriado.

Medicamentos antigripales y antitusivos

Estos fármacos tienen generalmente mezclas de dos o tres principios activos y en general no están recomendados en menores de 6 años y jamás deben ser administrados a menores de 2 años, por el riesgo de efectos adversos y porque no afectan la duración de los síntomas y de ninguna manera curan la enfermedad (es decir, su resfrío durará lo mismo si toma o no el medicamento, solo tendrá un alivio temporal de los síntomas mientras dura el efecto de la droga).

Los medicamentos antigripales y antitusivos pueden ya contener en su composición paracetamol o ibuprofeno, por lo cual fíjese en la composición, si lo contienen ya no debe administrar medicamentos para la fiebre (estaría doblando la dosis).

Recomendaciones para evitar intoxicaciones por medicamentos en niños
La intoxicación por medicamentos es frecuente como causa de internación en los hospitales, esto generalmente asociado al descuido de los padres, por lo cual valen las siguientes recomendaciones:
  • Deje todos los medicamentos en un lugar seguro con llave y lejos del alcance de los niños.
  • Siempre deben conservarse en el envase original.
  • Deseche sobras restantes de medicamentos usados, especialmente de drogas potentes para el dolor o sedantes.
  • En el momento de administrar el fármaco asegúrese de que da la dosis correcta.
  • No prepare ni administre medicamentos a oscuras, dado que aumenta el riesgo de error en la dosificación.

Dr. Héctor Mejía Salas, M.Sc.

Pediatra Magíster en Epidemiología Clínica

Profesor Titular de Pediatría UMSA

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