Entre el 6 y el 9 de agosto de 1945, EEUU lanzó bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, dejando miles de muertos y heridos. Así puso fin a la Segunda Guerra Mundial. "Vi una gran multitud de gente agonizando. Hombres, mujeres y niños estaban casi desnudos con la ropa quemada. Caminaban en silencio, con los brazos extendidos, la piel quemada les colgaba de las puntas de los dedos", recuerda Toshio Tanaka, una sobreviviente.