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La poliomielitis es una enfermedad grave producida por un virus altamente contagioso. Por fortuna, la mayoría de las infecciones son leves o no presentan síntomas, pero uno de cada 200 casos puede presentar parálisis permanente en piernas y brazos e incluso la muerte. Afecta principalmente a niños menores de 6 años sin vacuna. Se calcula que hace 30 años la polio dejaba paralíticos a 1.000 niños cada día en 125 países. Pero, desde hace casi 70 años gracias a las vacunas, el 99.9% de los casos a nivel mundial fueron controlados progresivamente, es así que, de casi 300.000 casos al año en 1998, se redujeron a solo unos 300 casos para el año 2008, centrándose los pocos casos anuales solo en algunos países africanos, Pakistán y Afganistán.

El territorio americano se constituyó en el primer continente en ser declarado libre de la polio en 1994, habiéndose reportado el último caso en Perú en 1991, le siguieron Europa en 2002 y África en 2020. Nuestro país gracias al intenso trabajo del PAI (Programa Ampliado de Inmunizaciones), logró registrar el último caso de polio en nuestro territorio el año 1986, desde entonces hemos vivido libres de este flagelo.

Dos vacunas se usaron con éxito para el control de la polio, una es la vacuna Salk de virus inactivados (muertos) que se usa por vía intramuscular y la otra es la vacuna oral o Sabin que contenía 3 tipos de virus vivos debilitados (virus de la polio tipo 1, 2 y 3). El rol de la vacuna oral fue fundamental para reducir la transmisión del virus salvaje de la polio, especialmente en países de bajos ingresos. Es así que el virus tipo 2 de la polio fue declarado erradicado el año 2015 y el tipo 3 el año 2019, restando erradicar solamente el tipo 1 que circula solo en dos países (Pakistán y Afganistán).

Desde hace casi dos décadas se están reportando casos de polio por virus derivados de la vacuna oral, especialmente el tipo 2 contenido en la vacuna, razón por la cual el 2016 la OMS decidió retirar el tipo 2 de la vacuna, para continuar vacunando solo con una vacuna que contiene los virus tipo 1 y 3. Los casos derivados de virus de la vacuna se deberían a una mutación del virus vivo debilitado que recuperaría sus propiedades para lesionar los nervios. Muchos de los países no usan la vacuna oral causante del problema, por lo cual inyectan la vacuna de virus inactivados, pero esta tiene menos potencia que la vacuna oral para reducir la diseminación viral y detener la transmisión, especialmente en países con bajos ingresos y sistemas sanitarios débiles. Los casos de polio derivados de la vacuna se centran principalmente en países africanos con bajas coberturas de vacunación. Por otro lado, el virus salvaje de la polio (que no deriva de la vacuna) circula solamente en dos países (Afganistán y Pakistán), donde hasta junio de este año ya se han notificado nueve casos.

La pandemia de Covid-19 dejó a muchos países vulnerables a un resurgimiento de la poliomielitis: interrumpió las campañas de vacunación durante meses y desvió personal y recursos de los programas de prevención, lo que provocó el peor retroceso en las tasas de inmunización en 30 años a nivel global, nuestro país no está exento de este problema, muchos niños bolivianos no tienen vacunas actualmente, lo cual los pone en un peligro inminente de esta terrible enfermedad si no nos “ponemos las pilas” como comúnmente se dice en lenguaje coloquial. La Organización Mundial de la Salud con base en las coberturas de vacunación y otros indicadores clasifica como países de muy alto riesgo para tener casos importados de la polio a Perú, Venezuela, Haití y República Dominicana. Otro grupo de países clasifican como de alto riesgo, entre los que está Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Panamá y Argentina.

Actualmente en zonas con bajas coberturas de vacunación, todas las personas no vacunadas (no solamente los niños) están en riesgo de infectarse por el virus de la poliomielitis. Este año se encendieron las alarmas al reportarse el mes de junio polio paralítica en un hombre de 20 años en Nueva York, un caso en Jerusalén y recientemente en el Brasil después de muchos años de eliminada esta enfermedad en estos países. Por otro lado, los funcionarios de salud del Reino Unido han informado de la presencia del polio virus en aguas residuales de Londres. El tipo detectado en Londres y Nueva York es una cepa derivada de la vacuna, una rara mutación que se origina en vacuna oral contra la poliomielitis. A diferencia de la inyección utilizada en los países occidentales, que se basa en un virus inactivado, la vacuna oral contiene una cepa debilitada del virus vivo. Todavía se usa en los países de bajos o medianos ingresos por varias razones. En primer lugar, es más barato y fácil de administrar. En segundo lugar, una persona que toma la vacuna oral puede transmitir inmunidad a través de la "inoculación pasiva": eliminan el virus debilitado en sus heces durante algunas semanas después de la vacunación. Adicionalmente la vacuna oral es particularmente una vacuna más potente para inducir inmunidad porque está hecha con virus vivos debilitados y es administrada por la misma vía de ingreso que la enfermedad natural, lo cual confiere una inmunidad duradera y altamente eficaz.

Según la opinión de varios expertos en el área, esto era cuestión de tiempo, pues ningún país del mundo es inmune a la polio, en este mundo globalizado donde todo está interconectado. Si bien el virus del polio derivado de la vacuna circula causando brotes en algunos países africanos, actualmente las bajas coberturas de vacuna pueden permitir el reingreso de esta enfermedad a cualquier país que no vacune intensamente y recupere las brechas dejadas por la pandemia.

Hoy se debe dar una prioridad muy alta a la interrupción de la transmisión de la polio derivada de la vacuna tipo 2 en más de 20 países (principalmente africanos) y también en países donde circula el virus salvaje (Pakistán Y Afganistán), pero una tarea a mediano plazo es sin duda introducir a los programas de vacunación la vacuna de virus inactivados que se administra por vía intramuscular, retirando la vacuna oral una vez que se alcancen otra vez coberturas mínimamente del 85% en menores de 5 años. También deberían centrarse actividades específicas en Pakistán y Afganistán con vacunas intramusculares. En este momento, en Bolivia se indican dos dosis de la vacuna contra la polio intramusculares, de las 5 que reciben los niños menores de 5 años, pero ahora mismo la prioridad es elevar las coberturas de vacunación, ojalá a más del 90%, de lo contrario los siguientes meses escucharemos hablar no solo de polio si no del resto de enfermedades que controlamos por las vacunas que pueden resurgir. Si su niño no tiene vacunas o no están actualizadas, no espere un minuto más, proteja a su niño, a su familia y a su comunidad.

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El médico Héctor Mejía Salas, M.Sc., es Pediatra Magíster en Epidemiología Clínica, Profesor Titular de Pediatría en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz (Bolivia).

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