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La población de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Bolivia es de 4 millones. Ellas y ellos son sujetos de derecho, gozan de todos los derechos fundamentales y garantías constitucionales inherentes a toda persona, sin perjuicio de la protección integral. No obstante, a pesar de las normas legales que les protegen “formalmente”, con frecuencia se vulnera sus derechos porque no se les garantiza tener acceso a la educación, la salud o sentirse amados en un entorno seguro bajo la tutela de sus padres y familia.

Parece básico y se dice que la familia es el núcleo de la sociedad, pero esa situación ideal no siempre forma parte de la realidad de miles de NNA que sufren abandono y/o violencia en sus hogares.

En Bolivia, 5.025 niños y adolescentes se encuentran en 180 centros de acogida tras sufrir abandono según la Dirección de la Niñez y Adultos del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Justicia. De esa cifra global, más de 500 son menores de edad que tienen algún tipo de discapacidad. Santa Cruz, La Paz y Cochabamba son los departamentos con mayor índice de casos de abandono de menores de edad (Unitel, 09/09/2024).

En cuanto a las causas de abandono están la negligencia paterna y materna, violencia (riesgo social) y casos de familias con consumos problemáticos de alcohol y drogas.

El 49% de la población que actualmente se encuentra en centros de acogida tiene entre 13 y 17 años de edad; el 39% tiene entre 6 y 12 años y el 12% son niñas o niños de 0 a 5 años (La Razón, 05/09/2024).

Desafortunadamente, ni los municipios ni las gobernaciones cuentan con programas y proyectos para prevenir el abandono de niños, niñas y adolescentes; por tanto, el Estado como principal garante de esas vidas no está cumpliendo con su rol como corresponde para proteger y promover su restitución de derechos o reintegración a sus familias.

Por otro lado, según el portal de la Agencia Municipal de Noticias (AMN) de enero a octubre de 2024 ya son 26 casos de abandono de niñas y niños en el municipio. Abandonan 2 niños por mes en promedio según el director de las Defensorías Municipales de la Alcaldía de La Paz, Brayan Tintaya (07/10/2024).

El estudio "Condiciones Socioeconómicas y Situación de los Derechos de los Niños y Niñas en Riesgo de Perder el Cuidado Parental en los Distritos 5, 9 y 14 del Municipio de Cochabamba (2015) identificó los principales factores que inciden en el abandono de la niñez y adolescencia, ellos son: pobreza extrema, discriminación extrema, bajo presupuesto gubernamental asignado, desempleo severo, ingresos bajos, violencia familiar frecuente, clima familiar conflictivo y malas condiciones de salud. En 2017, gracias a una alianza con la Universidad Católica Boliviana, un nuevo estudio develó que en el departamento de Cochabamba existen más de 224.000 niños y niñas en riesgo de perder el cuidado familiar y más de 30.000 ya no viven con su familia biológica, sino con hermanos, tíos, abuelos o padrinos (Aldeas Infantiles SOS, 2020).

De acuerdo a otro estudio denominado “Estudio sobre el Estado de Situación de Niñas, Niños y Adolescentes en Acogimiento Institucional” de Unicef y el Ministerio de Justicia (2021), uno de cada 715 niños, niñas y adolescentes (NNA) están privados de los cuidados parentales en nuestro país. Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija tienen mayores proporciones de NNA privados de cuidados parentales en relación al promedio nacional.

De acuerdo a ese último estudio, los factores que condicionan que los NNA sean atendidos en centros de acogida son: abandono (32%), negligencia (20%), maltrato psicológico y físico (13%), otra causa (12%), orfandad absoluta (7%), situación económica deficitaria (5%), abuso sexual (5%), padres privados de libertad (3%), abandono de hogar (2%), trata y tráfico (1%), conflicto de guarda (1%) y extravío (1%) (Unicef y Ministerio de Justicia, 2021).

En consecuencia, es importante reflexionar sobre el rol y obligación de proteger a los NNA. Cada padre y madre, cada maestro o maestra, cada autoridad o líder comunitario tiene la obligación de cuidar, guiar, proteger, impulsar y velar por el desarrollo integral de los NNA en el pleno ejercicio de todos sus derechos fundamentales.

No existe una escuela de padres que enseñe cómo será la vida al tener hijos e hijas, cómo cuidar, guiar, hablar, querer, proteger y apoyar a nuestros hijos. Es una responsabilidad enorme que no todas y todos pueden asumir y desempeñar bien. Cuando se habla del abandono, éste también puede darse si asume que su hijo e hija están seguros en su habitación, pero no conoce a sus amigos, amigas, novios, novias, sus miedos, preocupaciones, sus frustraciones, sus rencores, sus tentaciones, sus victorias o sus derrotas.

Siempre será un desafío criar a nuestros hijos e hijas, no existen recetas perfectas; sin embargo, la clave es que importe darles el cuidado y cariño a sus mentes, corazones y cuerpos para contar con buenos seres humanos. Si una niña o un niño crece en un hogar machista y violento, es muy probable que sea víctima de más violencia o se convierta en el agresor o agresora de alguien más. El afecto y la estabilidad permiten desarrollar la confianza en uno mismo, la autoestima elemental para saber luchar por los sueños, para ser un líder honesto y noble, para ser un ser humano valioso.

Por todo ello, te pido que hagamos el esfuerzo de cuidar, querer y guiar a nuestros hijos e hijas con nobleza y rectitud, no porque sea una obligación moral y legal, sino porque al tener una familia estamos formando parte de la humanidad que se reproduce y tiene la posibilidad de aportar a mejorar este mundo y nuestro país.

Seguramente mi propuesta te suena utópica, pero no es imposible. Ya nos decía Galeano: “La utopía sirve para caminar”, para avanzar hacia el mañana que no nos pertenece, como no nos pertenecen nuestros hijos e hijas porque de ellos es el futuro que construimos desde el presente. Sembremos paz, tolerancia y respeto porque ellas y ellos cosecharán esos frutos.

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