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Parte III

¿Por qué las empresas deben ser Saludables en tiempos de coronavirus?

En esta ocasión, nos toca hablar de un tema que probablemente todas y todos conocemos más porque lo vemos en las noticias como parte de las problemáticas locales, nacionales e internacionales. Nos referimos al medio ambiente.

¿Qué es el medio ambiente en el contexto empresarial? El medio ambiente se define como el entorno en el cual una organización opera e incluye el aire, el agua, la tierra, los recursos naturales, la fauna, la flora, los seres humanos y todas las interrelaciones entre ellos.

Otro aspecto importante que debe definirse es la “sostenibilidad”, dado que a menudo vemos, oímos o hablamos de “empresas sostenibles” o “ciudades sostenibles” entre los slogans marqueteros que tratan de mostrar que algo o alguien es pro-medio ambiente. Sin embargo, la sostenibilidad se define como la satisfacción de las necesidades actuales (de una población, una empresa o una sociedad), sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.

Con las dos definiciones anteriores debemos entender que la sostenibilidad es algo que se debe cumplir, es decir que debemos practicar desde el presente el uso óptimo de recursos que nos permitan satisfacer las necesidades o demandas actuales, sin que estas actividades vayan a dejar sin recursos a las generaciones futuras. Pues si esto se pensaba así en el pasado, hoy no tendríamos todos los problemas críticos asociados al cambio climático y el calentamiento global.

Cuidar el medio ambiente es cuidar nuestra casa. Todo lo que se hizo mal en el pasado, hoy lo estamos pagando con creces y lo peor, nuestra existencia como raza humana está en peligro si mantenemos los patrones de vida y consumo, pues estamos saboteando nuestra propia existencia dañando el único espacio que permite que la raza humana pueda vivir por ahora.

Las empresas saludables del modelo 5Z de la Fundación Internacional ORP responden a dos grandes necesidades:

  1. Cumplir con la Agenda 2030 enmarcada en 17 objetivos de desarrollo sostenible que establecen claramente el rol de las empresas para cuidar el medio ambiente. Y, lo más importante, establece el compromiso organizacional que debe haber para enfrentar juntos con las sociedades y los gobiernos este importante plan con miras a detener una potencial catástrofe que se avecina por los patrones de vida actuales. Esta agenda fue consensuada el 2015 por todos los países miembros de la ONU.
  2. Garantizar desde las empresas que se disminuya el impacto ambiental de las operaciones para reducir, de alguna manera, los impactos que genera la contaminación ambiental en la salud humana (relacionados también con el Zero Enfermedades).

Según este modelo, las empresas saludables deben cumplir con lo siguiente:

  • Establecer su compromiso organizacional con las problemáticas ambientales y trabajar desde su área de influencia para mitigar los efectos de las operaciones para contribuir de manera positiva en el freno del calentamiento global y la contaminación ambiental. Todas estas iniciativas deben manifestarse por escrito en un documento conocido como política ambiental.
  • Gestionar de forma óptima todos los residuos generados en la empresa. La gestión implica segregar en el origen los mismos de acuerdo a su naturaleza y luego disponerlos adecuadamente. Para ello, las empresas deben separar los residuos sólidos en las siguientes fracciones: residuos de celulosa (papel-cartón), residuos orgánicos (restos de alimentos, vegetales, jardinería), residuos plásticos, residuos de vidrio, residuos de metal, residuos generales (aquellos que van al relleno sanitario), residuos especiales peligrosos (baterías, restos de químicos, residuos eléctricos) y los residuos biológicos. Separarlos adecuadamente permite que la empresa pueda disponer de algunos grupos (vidrio, metal, celulosa) a otros procesos industriales, generando un costo a favor de la empresa (venta); pero sobre todo contribuyendo a lo que se denomina “Economía Circular”.
  • Gestionar la energía: Esto permite que la empresa empiece por saber qué tipo de energía usa, cuánto usa y en esa medida establecer metas para disminuir su consumo a un “uso razonable” y, en la medida de lo posible, evitar las pérdidas, lo cual le generará ahorros significativos de dinero y, por ende, optimización de sus procesos.
  • Gestión del agua: Hacer que los trabajadores y trabajadoras hagan uso razonable y mesurado del agua; creen conciencia de la importancia de su uso óptimo y prevenir para no malgastarla, a fin de llevar las buenas prácticas ambientales a casa. Recordemos que el agua es un recurso natural no renovable que como consecuencia del cambio climático empezará a escasear en muchos países, a tal punto que desde 2020 empezó a cotizar en la bolsa de valores.
  • Gestión de las emisiones: Al igual que los puntos anteriores, este quizás sólo aplica a empresas industriales, pero en menor medida a todo tipo de negocio porque puede incidir en lo que corresponde a las emisiones a la atmósfera. Por ello, las empresas deben tratar de que sus emisiones estén siempre de acuerdo a la normativa y realizar los ajustes necesarios a sus procesos para mitigar los impactos ambientales que generan. Importante acotar acá que una buena manera de gestionar este aspecto es valorando la huella de carbono que la organización tiene, así como la gestión del uso de productos químicos que emiten gases nocivos para la capa de ozono como los aerosoles y algunos refrigerantes de equipos de aire acondicionados antiguos y, por último, velando para que las emisiones ambientales de los vehículos estén dentro los limites permisibles.
  • Gestión de procesos: Desde promover la economía circular, analizando el ciclo de vida de los productos, pero sobre todo analizando y gestionando los aspectos e impactos ambientales que tiene la actividad de la empresa, ya sea esta de productos o servicios.

¿Por qué debe importarnos cuidar el medio ambiente? ¿Qué rol tienen las empresas?

Según la Organización Panamericana de la Salud:

  • La contaminación del aire es el principal riesgo ambiental para la salud pública en las Américas.
  • En todo el mundo, cerca 7 millones de muertes prematuras fueron atribuibles a la contaminación del aire ambiental en 2016. Alrededor del 88% de estas muertes ocurren en países de ingresos bajos y medios.
  • Más de 150 millones de personas en América Latina viven en ciudades que exceden las Guías de Calidad del Aire de la OMS.
  • La exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar una variedad de resultados adversos para la salud: aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y cáncer de pulmón las cuales afectan en mayor proporción a población vulnerable, niños, adultos mayores y mujeres.
  • La contaminación del aire en el hogar se asocia al uso de combustibles y prácticas de cocina ineficiente.

Por otro lado, según el informe de calidad del aire mundial IQAir AirVisual 2018, los países y las ciudades más contaminados del mundo se encuentran en el continente asiático. Destaca especialmente la presencia de muchas ciudades indias en los primeros puestos del ranking. Este estudio utiliza la contaminación por partículas ultrafinas (con un diámetro máximo de 2,5 micras), que se originan debido a la producción industrial y agrícola, los sistemas de calefacción y los vehículos de motor, entre otros.

En los entornos urbanos, aproximadamente el 70% de las partículas PM2,5 se originan debido a las reacciones de gases en la atmósfera. Por ello, se hace especialmente importante reducir las emisiones de gases contaminantes como el amoniaco, los óxidos de nitrógeno o los compuestos orgánicos volátiles. Por otra parte, en las zonas rurales, la quema de biomasa doméstica en calderas sin certificación de bajas emisiones contribuye a niveles de PM2,5 superiores a los de las ciudades en algunos casos.

Con estas fuentes el 60% de la población mundial se encuentra expuesta a enfermedades producidas por la contaminación.

Las ciudades más contaminadas del mundo

El informe mundial de 2018 sobre calidad del aire de IQAir AirVisual analizó datos de la contaminación de decenas de miles de centros de observación a lo largo del mundo. El objetivo era identificar a los países y las ciudades más contaminados del mundo. En este ranking aparecen más de 3.000 ciudades.

De todas esas ciudades examinadas, según el informe, el 64% supera las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a la exposición anual. Estas finas partículas se encuentran en el aire contaminado y pueden penetrar a través de las vías respiratorias y provocar problemas de salud.

En el listado de los países más contaminados del mundo, en Latinoamérica se encuentran Perú, Chile, México, Brasil, Colombia y Puerto Rico.

Y hasta hace algunos años, Cochabamba se encontraba entre las ciudades más contaminadas de América Latina; sin embargo, el 2020 gracias  a la cuarentena por Covid-19, los indicadores de contaminación redujeron bastante, tanto que demuestran que la actividad cotidiana humana es responsable de la contaminación y los efectos que esta tiene sobre la salud. 

Según un artículo publicado por “La Tercera” en marzo de 2020, los efectos del coronavirus en la calidad del aire y en niveles de emisiones de gases de efecto invernadero ya se reflejaban en todo el mundo.

Pese a esas noticias positivas para el medio ambiente, la vuelta a la “normalidad” no sólo ha permitido que se reactive la economía, sino, junto con ella, que se reactiven los malos hábitos y costumbres que tenemos como empresas y ciudadanos, obviando que debemos cuidar el lugar donde vivimos.

Si a alguien le preocupó o le preocupa actualmente los efectos que tiene el coronavirus en la humanidad, sólo a modo de comparación, los efectos de este son tan pequeños comparados con los efectos que causa el calentamiento global, el cambio climático y la contaminación ambiental.

¿Entonces? Debemos empezar a ver nuestras prioridades como tal, el medio ambiente es una de las cuestiones que no debemos perder de vista, porque si lo hacemos y al ritmo al que estamos acostumbrados a vivir y consumir, el planeta tierra no podrá acogernos en un futuro dado que estamos camino a la sexta extinción masiva.

Los empresarios ya tienen las herramientas para ser sostenibles en un contexto saludable… y nosotros como ciudadanos comunes también:

  • Usa razonablemente el agua en tu casa, reutiliza el agua que puedas.
  • Separa adecuadamente tus residuos, promueve economía circular, puedes vender algunos de los residuos, con esto no sólo ayudas al medio ambiente, sino que generas recursos extras para ti.
  • Dile no al plástico cuando hagas tus compras, usa bolsas reutilizables.
  • Sé un consumidor exigente, está en nuestras manos regular el uso de plástico de quienes compramos ciertos productos.
  • Cambia tus luminarias en casa por focos ahorradores o LED. Tu factura disminuirá y tu bolsillo te lo agradecerá.
  • Planta árboles, es la mejor inversión que puedes hacer.

Para quienes creen que ser ambientalmente amigable da mucho trabajo, con pequeñas acciones puedes cambiar el mundo, existe la Guía de los vagos para salvar el mundo.

Con todo lo mencionado hasta ahora y sabiendo que eres partícipe de esta problemática, ¿estás dispuesto/a a ser parte activa para salvar el mundo?

Comparto con ustedes algunas iniciativas muy positivas en términos ambientales en Bolivia:

  1. Pisos MAMUT (premiada a nivel internacional) y es ¡MADE IN COCHA! (www.pisosmamut.com)
  2. QURAPLANET. La respuesta ambiental para negocios de comida (sigan a QuraPlanet en Facebook e Instagram)
  3. Catálogo de negocios Verdes del Programa Cierva de la Cámara de Industria. En este podrán encontrar todas las empresas que pueden comprarles sus residuos y promover la economía circular. (https://negociosverdes.bo)

Un panorama educativo poco alentador

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