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Por Guillermo Movia* //

La semana pasada, la Unión Internacional de Comunicaciones, la agencia de las Naciones Unidas especializada en telecomunicaciones, publicó la nueva edición de su índice mundial de ciberseguridad, en el que evalúa a los países miembros a partir del trabajo que desempeñan en los temas de la seguridad digital.

¿Qué es la ciberseguridad? Según IBM, podríamos definirla como: “La ciberseguridad tiene como objetivo proteger los sistemas, las aplicaciones, los dispositivos informáticos, los datos confidenciales y los activos financieros de las personas y las organizaciones contra virus informáticos, ataques de ransomware sofisticados y costosos, entre otros.”

Los países y empresas incorporan soluciones tecnológicas que pueden ser atacadas y de esa forma alterar el funcionamiento de sus servicios. A lo largo del mundo, en los últimos años han recrudecido los ataques a sistemas informáticos, como por ejemplo los que piden un “rescate” por devolver los archivos cifrados, lo que ha generado que hospitales o aeropuertos hayan debido suspender sus actividades.

Por lo tanto, es sustancial que un país tome ciertos recaudos en cuanto a defender sus activos digitales.

La situación de Bolivia

En la versión anterior del índice publicado en el 2021, Bolivia ocupaba el lugar 140 del total de 194 países relevados. Este año han cambiado el tipo de calificación, ubicando a cada uno de los países en uno de cinco conjuntos, siendo el conjunto 1 el de los países que tienen una mejor preparación en ciberseguridad, y el conjunto 5 el de los países que están en peor situación. Bolivia se encuentra en el conjunto 4, con 41 puntos sobre 100 posibles. Cabe destacar que dentro del continente americano, la mayoría de los países se encuentran en este conjunto.

Todos los países se evalúan en cinco categorías: a) medidas legales, b) medidas técnicas, c) medidas organizacionales, d) acciones para mejorar la capacidad técnica y e) medidas de cooperación.

El informe se realiza a través de consultas a representantes designados por cada país y después se hace una revisión para comprobar lo que se ha respondido. Hay que tener en cuenta que el propio estudio aclara: “Sin embargo, el índice global de ciberseguridad debe ser utilizado con precaución debido a sus limitaciones, ya que no mide la calidad de las acciones; sólo toma en cuenta si esas acciones existen, si existen parcialmente o no existen.” Al mismo tiempo, en el informe no se explicitan cuáles han sido las respuestas que han obtenido para dar el puntaje.

Dentro de las cinco áreas evaluadas, Bolivia tiene un mejor desempeño en las medidas legales que ha implementado, aún a pesar de no contar con una ley de protección de datos personales o la obligación de que Estado y empresas alerten cuando han sufrido un ataque digital.

La otra área en la que Bolivia tiene una evaluación relativamente buena es en la cooperación, que se relaciona tanto con la relación con otros países para la investigación de los ciberincidentes como dentro del país en una relación entre Estado y sector privado para tratar estas amenazas de forma conjunta.

Y a pesar de contar con organismos que trabajan en las alertas de los incidentes de ciberseguridad y cómo responder a los mismos, Bolivia no obtiene un buen resultado en lo que se relaciona con las medidas técnicas, con sólo un 6.18 puntos sobre 20 posibles.

El área que tiene peor resultado es el de las medidas organizacionales, principalmente porque el país no cuenta con una estrategia nacional de ciberseguridad. Las estrategias nacionales de ciberseguridad son una herramienta primordial para desarrollar un marco organizativo efectivo y tener en claro de qué forma se debería responder a los incidentes que ocurran.

Como parte de las conclusiones, el informe dice que “se percibe que los ciberataques son el quinto riesgo más probable de presentar una crisis material a escala global en 2024. Las recientes interrupciones técnicas globales demostraron la dependencia del mundo en la infraestructura digital y la necesidad de resiliencia. Si los países quieren beneficiarse de la promesa de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), deben pensar en ciberseguridad.”

Los pasos a futuro

Si bien Bolivia cuenta aún con una enorme disparidad en cuanto al acceso a internet y otras herramientas de las tecnologías de la información, debe estar mejor preparada para enfrentar esta próxima etapa de crecimiento. Los activos digitales, ya sean bases de datos de ciudadanos o sistemas informáticos que administren servicios, deben ser protegidos ante el creciente número de ataques, ya sea por parte de grupos delictivos que intentan apoderarse de dinero ajeno como por parte de organizaciones de otros países. Contar con una política nacional de ciberseguridad en la que especifique de qué forma actuar para prevenir estos incidentes, así como saber de qué manera responder rápidamente será esencial en los próximos años. No se puede esperar a estar en emergencia para tomar las medidas necesarias.

*Coordinador de Tecnología y Seguridad de la Fundación InternetBolivia.org

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