La hipertensión arterial (presión alta) es una de las condiciones más frecuentes dentro de la población general. Se calcula que aproximadamente uno de cada cuatro adultos puede padecer este mal. Lo peor de todo es que casi la mitad de las personas que la padece no está enterada de su enfermedad o la está controlando mal, porque la mayoría de las veces no presenta síntomas evidentes que indiquen que algo anda mal.
La hipertensión como tal es el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca y accidentes vasculares cerebrales), además de aumentar la morbilidad y mortalidad por otras enfermedades, peor aún si la hipertensión está combinada con otras enfermedades crónicas como la obesidad y diabetes. Cuanto más temprano en la vida un individuo se convierte en hipertenso, su riesgo de morir aumenta precozmente.
¿Qué es la presión arterial alta?
La presión arterial se expresa comúnmente como la relación entre la presión arterial sistólica (es decir, la presión que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales cuando el corazón se contrae) y la presión arterial diastólica (la presión cuando el corazón se relaja entre un latido y otro). Es tomada con un aparato denominado esfigmomanómetro o tensiómetro que es colocado en el brazo. Los siguientes valores muestran normalidad o hipertensión en diferentes grados:
La forma principal en que la presión arterial alta causa daño es aumentando la carga de trabajo del corazón y los vasos sanguíneos, haciéndolos trabajar más y con menor eficiencia.
¿Cuáles son los factores de riesgo para padecer hipertensión?
La mayoría de los pacientes padecen de hipertensión arterial primaria, denominada así porque los mecanismos que la producen no están bien entendidos. En general existe una predisposición genética (historia familiar de hipertensión) que interactúa con factores ambientales que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad (obesidad, diabetes, sedentarismo, fumar, consumir alcohol, etc.). Cuando la causa de la hipertensión es identificada se denomina hipertensión secundaria y algunas causas identificadas son: medicamentos, enfermedades renales, enfermedades endocrinológicas y estrechamientos significativos de las arterias aorta o arterias renales.
Debido al cambio en los estilos de vida con un incremento del sedentarismo, dietas ricas en grasas, beber y fumar, las prevalencias de hipertensión se han incrementado de forma alarmante entre la población. Los siguientes factores contribuyen de manera significativa a padecer hipertensión:
- Ser sedentario o no tener actividad física
- Padecer diabetes
- Ser obeso
- Consumir alimentos ultraprocesados con alto contenido de grasas, azúcar y sal
- Fumar o beber
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?
Se dice que la hipertensión arterial es el “asesino silencioso” porque puede no mostrar síntomas al principio, mientras causa daño orgánico en el cuerpo silenciosamente, lesionando los riñones, el corazón y otros órganos importantes.
Algunas personas con hipertensión arterial pueden presentar lo siguiente:
- Dolores de cabeza
- Dolores en el pecho
- Falta de aire
- Sangrados nasales
- Visión borrosa
- Zumbidos en los oídos
- Náuseas y vómitos
- Confusión y ansiedad
Sin embargo, estos síntomas no son específicos. No suelen aparecer hasta que la presión arterial alta haya alcanzado un estado grave o que pone en riesgo la vida. La mejor manera de diagnosticar la presión arterial alta o hipertensión es medir la presión arterial, la debe ser controlada anualmente durante las visitas regulares de atención médica para cualquier persona de 20 años de edad o más.
¿Qué se puede hacer para prevenir la hipertensión?
Muchas personas con hipertensión en rangos no muy elevados pueden bajar sus niveles de presión elevada a rangos normales cambiando su estilo de vida. Algunas de las acciones saludables para mantener una presión arterial normal o reducirla son las siguientes:
- Haga ejercicio por lo menos 150 minutos a la semana o 30 minutos cada día, cinco días a la semana
- No fume
- Consuma una dieta saludable, limite el consumo de sal y alcohol. Algunos alimentos recomendados son: frutas, verduras, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa, pollo/ pescados sin piel, frutos secos y legumbres,
- Use aceites vegetales
- Mantenga un peso saludable
- Controle el estrés
Cambiar el estilo de vida puede no ser suficiente para muchas personas, motivo por el cual deben tomar medicamentos para la hipertensión de por vida con un control estricto de su médico tratante. En general, el tratamiento con medicamentos es muy efectivo y puede controlar fácilmente los niveles levados de presión. Cuanto más antes se inicie se reduce de forma importante la morbilidad que genera la hipertensión (es decir el daño renal, riesgo de infartos y accidentes vasculares cerebrales).
Si bien no existe una cura, usar los medicamentos según lo recetado y hacer cambios en el estilo de vida puede mejorar su calidad de vida y reducir su riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, enfermedad renal y más.
Dr. Héctor Mejía Salas, M.Sc.
Pediatra Magíster en Epidemiología Clínica
Profesor Titular de Pediatría en la UMSA
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