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En la última década han surgido herramientas y métodos de prevención que ponen en el centro de atención y acción a la persona porque solo se puede lograr los resultados de seguridad que se buscan si somos capaces de entender, atender e intervenir oportunamente en su comportamiento y sus motivaciones.

Este tipo de modelos se aplican en empresas cuya cultura de seguridad es alta o madura y permite trabajar en los detalles para lograr una mejora continua; sin embargo, si entendiéramos el trasfondo que cada modelo profesa, más bien servirían de punto de partida para construir esas culturas de trabajo seguras y, por ende, que prevengan los accidentes o daños.

Modelo SBC (Seguridad Basada en el Comportamiento)

Para entender porqué una persona adopta ciertos comportamientos inadecuados de seguridad, nos deberíamos preguntar:

  • ¿La persona sabe? Si ha sido informada, formada o comunicada sobre los comportamientos que se esperan de ella. Si sabe, se pasa al siguiente nivel, de lo contrario, primero hay que informarle.
  • ¿La persona puede? Si no tiene algún tipo de limitaciones que le obliguen a cometer actos inseguros. Si la persona sabe y puede se pasa al siguiente nivel, de lo contrario se debe primero revisar las causas por las cuales esta persona tiene limitaciones para poder cumplir su trabajo con seguridad y corregirlos de ser posible.
  • ¿La persona quiere? Este es el nivel máximo para entender el porqué la gente se cuida o no. Si la persona SABE, PUEDE y además QUIERE cuidarse, estamos hablando de un comportamiento SEGURO que debe ser reconocido y reforzado positivamente, caso contrario, si la persona SABE, PUEDE y NO QUIERE cuidarse, debe recibir una retroalimentación para corregir oportunamente la conducta o, en su defecto, sancionarla.

En todos los niveles debemos partir del hecho de que analizamos a cada persona por separado y se trabaja en una constante retroalimentación para potenciar aquellos comportamientos que inciden en la seguridad tanto individual como colectiva.

Modelo SBM (Seguridad Basada en la Motivación)

Este modelo es complementario al anterior y con él se busca entender más allá de si la persona está capacitada o entrenada (SABE) y si, además, puede entender. Habrá que preguntarse: ¿Qué motiva los incumplimientos por parte de una persona? Algunas de las razones que son manejadas por las y los especialistas son las siguientes:

  • Recompensa o tolerancia al mal desempeño
  • Sanción o desconocimiento del buen desempeño
  • Falta de incentivos
  • Frustración (expectativas personales vs. labores)
  • Actitudes agresivas
  • Exigencia excesiva
  • Exigencia excesiva en el ahorro de tiempo de recursos
  • Intento incorrecto para obtener méritos
  • Disciplina inadecuada
  • Presión de las y los compañeros de trabajo
  • Mal ejemplo en la supervisión
  • Información inadecuada sobre el desempeño
  • Falta de estímulo al buen desempeño
  • Incentivos inadecuados

Las principales estrategias usadas para fomentar la motivación laboral han sido los premios y los castigos. 

 Otro aspecto importante que debemos destacar de este modelo es que para lograr la finalidad de la “motivación” orientada a mejorar los aspectos de la seguridad, se debe entender la motivación extrínseca que se da cuando una persona orienta su acción desde lo que espera recibir de su entorno y la intrínseca que es la que está determinada por aquello que le permite a un ser humano sentirse realizado, experimentar el sentimiento del éxito, de la autoestima, de la satisfacción de aprender y la superación personal.

¿Qué pasa con estos dos modelos aplicados a la bioseguridad?

A estas alturas de la pandemia, viviendo la tercera ola de contagios en Bolivia y viendo la realidad anticipada del comportamiento del virus en países de la región como Chile o Europa, seguimos incidiendo en “comportamientos” en este caso inseguros de bioseguridad que están enlutando a tantas familias bolivianas. ¿Qué estamos haciendo mal?

Revisemos el modelo de Seguridad Basada en el Comportamiento y Motivación:

¿Las personas saben que deben cuidarse? En este caso estamos frente a dos escenarios posibles:

  • Personas que sí saben, prestan atención a los spots publicitarios o han indagado sobre el tema y podríamos decir que son en buena parte las que viven en el radio urbano.
  • Otras personas que no tienen acceso cotidiano a los medios de comunicación o su realidad de trabajo les impide conocer más del tema y, por tanto, están desconectadas de todo el proceso, las causas y las medidas preventivas. En este grupo podrían estar personas del área rural o de grupos de personas que tienen determinado tipo de actividades que no les permite acceder a más información.

¿Quién debe ser el promotor de la sensibilización del 100% de personas para garantizar que no tengamos este escenario tan disperso?, ¿tenemos los recursos para afrontar esta realidad?

Me voy a centralizar en la gente del área urbana, que de alguna u otra manera, conoce sobre el tema; aunque no sea a profundidad. Veamos el caso de Cochabamba que en este momento de la tercera ola en mayo se ubica junto con Santa Cruz en los más altos niveles de contagio de Covid-19, concretamente en parte del eje metropolitano (Cercado, Quillacollo, Sacaba).

Con lo expuesto anteriormente estamos en el escenario de SABEMOS.

¿Las personas pueden cuidarse?

La nueva realidad pone a debate y segmenta en dos grupos nuevamente:

  • Las personas que tienen los recursos y los medios para protegerse: adquirir barbijos, alcohol, protectores, desinfectantes y todo lo que la bioseguridad conlleva.
  • Las personas que no pueden asumir este costo porque lo consideran excesivo o definitivamente porque su economía no le permite priorizar en la protección como parte de su inversión.

En esta etapa el escenario es más complejo, porque tenemos a esa persona que quizás quisiera protegerse y como no puede comprarse un barbijo “certificado”, se costura un barbijo de tela y piensa que esa protección es la misma.

Pero paradójicamente en este punto volvemos al primero, nadie le ha explicado que el barbijo de tela probablemente no le proteja y más ahora con la presencia de otras variantes del virus como la brasileña. Precisamente, una de las quejas de los pequeños empresarios de Cochabamba en la última reunión en la que se tomó la decisión de nuevas medidas para este departamento era que nadie les había explicado las características técnicas que debía tener un barbijo bien hecho porque si alguien les hubiese explicado, ellos podían haber producido los mismos. "Ni siquiera sé si el barbijo que me estoy poniendo en este momento y que yo lo he hecho me está protegiendo", indicó.

Por tanto, tenemos un nuevo escenario para reflexionar ¿Cómo nos aseguramos que el 100% de las personas no tengan limitaciones para usar los equipos de protección y puedan acceder a ellos? ¿Qué hacemos las personas que tenemos las condiciones para poder ayudar a aquellas que no las tienen?

Por último, si las personas pueden cuidarse haciendo un esfuerzo y priorizando su salud por encima de todo, nos vamos a la siguiente realidad.

¿Las personas quieren cuidarse?

  • Sabes que no puedes asistir a una fiesta porque no sabes quiénes están infectados, llevas tu barbijo y puedes usarlo… pero como crees que está tu círculo de confianza, has ignorado las recomendaciones sanitarias e igual te lo quitas. Lo hiciste una vez y no pasó nada, por tanto, lo volverás a hacer una y otra y otra vez hasta que termines infectado o hayas contagiado a tu familia.
  • Sabes que no debes frecuentar espacios cerrados y que aún con la distancia física podrías respirar el aire contaminado de otra persona y decides quitarte el barbijo unos minutos porque te molesta… total, lo haces cada día y no te ha pasado nada hasta que casualmente no solo eres tú, sino varios que hacen lo mismo y te contagias.
  • Sabes que el peor lugar para contagiarse es un restaurante ¿Te diste cuenta de que es el único negocio en el que te quitarás el barbijo junto a otros desconocidos? En breve ese restaurante si no es al aire libre se llenará del aire de muchas personas que casualmente pueden estar infectadas. Sin embargo lo haces porque te da flojera cocinar los domingos y ya te cansaste del encierro. Además, mientras comes conversarás con tu familia en la mesa porque siempre lo has hecho así, aumentando de ese modo la probabilidad de contagio.

¿Tu sabías que esos escenarios te pueden contagiar? Si no, no sabes nada de Covid-19 y necesitas pedir ayuda para que conozcas todos los escenarios que podrían darte falsa seguridad y así te enfermes o enfermes a tu familia.

Si sabías e igual lo hiciste, además de que nada te impedía hacerlo, estamos frente a una persona negligente que no piensa ni en sí misma ni en su familia y este tipo de conductas deberían ser retroalimentadas (o al menos eso esperamos). Sin embargo, la peor retroalimentación con la que tendrá que cargar ese ser humano el resto de su vida será la culpa de haber infectado a un ser querido, llevándolo, en algunas ocasiones, hasta la muerte.

A veces cometemos el error de pensar que necesitamos que alguien nos diga algo; esperamos que las autoridades tomen decisiones por nosotros para que como adolescentes empecemos a refutarlas porque no nos gustan. No nos hemos dado cuenta de que la verdadera motivación por la que deberíamos practicar bioseguridad es nada más y nada menos que valorar nuestra vida y la de quienes nos rodean.

Necesitamos frenar en seco para ver qué ha pasado en estos 14 meses en nuestras familias; buscar información precisa, completa y de fuentes científicas o que tienen en su poder información segura; asegurarnos de que nuestra base de comportamiento que es el SABER esté llena; priorizar la inversión en los equipos de bioseguridad, porque si ponemos en la balanza lo que cuesta un barbijo o un alcohol es sin duda más barato que pagar una sala de terapia intensiva o los medicamentos necesarios para enfrentar a Covid-19. Por último, necesitas QUERER CUIDARTE. Si tú no lo haces, ¿quién lo hará por ti?

Toca tomar decisiones y practicar:

  • Si puedes quedarte en casa para cuidarte y cuidar a los tuyos, hazlo.
  • Si tienes que salir a trabajar, hazlo pero no descuides ni un solo minuto el uso de barbijo, evita los lugares cerrados o con mucha gente, desinfecta tus manos frecuentemente.
  • Si tienes síntomas acude inmediatamente al hospital o aíslate, la variante brasilera es más agresiva y quizás hasta que te des cuenta ya será demasiado tarde.
  • Si tu grupo de edad está vacunándose, ¡ve a recibir la vacuna!
  • Si te encuentras con gente egoísta o insensible que no se cuida ¡ALÉJATE! No compres en la tienda que no cumple las medidas de bioseguridad ni uses el transporte que no cumple las medidas y mantén distancia de toda persona que no se cuida o que todo el tiempo está muy expuesta a enfermarse por el tipo de trabajo que realiza, porque aunque no parezca enferma, podría ser asintomática.
  • Cuida tu salud: come bien y en lo posible alimentos saludables, haz ejercicio en tu casa o al aire libre, toma sol....

Que nuestra única motivación sea cuidarnos y cuidar a los nuestros, y que con disciplina y empatía podamos tener una Navidad 2021 con nuestros seres queridos. Ojalá las sillas, entonces, no estén vacías. Depende de ti, de todas y todos.

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