Para ser innovadores, es necesario imitar a las organizaciones exitosas e innovadoras y adoptar la filosofía de que la innovación es una responsabilidad de todos (incluyendo a los abogados) y debe seguir al modelo de negocios de las empresas que ofrecen servicios legales.
La percepción de que la profesión jurídica es resistente a los avances tecnológicos y al pensamiento innovador ha desalentado a generaciones de estudiantes universitarios a solicitar su ingreso en la facultad de derecho.
Es más, si un porcentaje mínimo de estudiantes universitarios con capacidad de invención deja de lado sus temores y se presenta a la facultad de derecho, creyendo que en ella pueden existir oportunidades de innovación en cuanto a tecnologías, el proceso de admisión a la facultad de derecho suele imponer otra barrera de entrada en países como Estados Unidos o dentro de la Unión Europea.
La encuesta de Abogados Preparados para el Futuro de Wolters Kluwer del año 2020, es reveladora:
- El 76% de los abogados creen que sus bufetes o departamentos legales se verán afectados por "la creciente importancia de la tecnología legal" y solo el 28% piensa que sus organizaciones están muy preparadas para enfrentarla.
- El 73% de los abogados reconocen una creciente demanda de "mayor eficiencia y productividad"; sin embargo, solo el 28% de los abogados cree que están preparados para satisfacer esta demanda.
- El 71% de los departamentos legales reportan que, al elegir un bufete de abogados, los clientes buscan que se "utilice la tecnología para ofrecer el mejor servicio posible", ya que es un aspecto muy importante, sin embargo, solo el 29% reconoce que “ser tecnológico” es un atributo que describe a sus firmas legales.
Definitivamente, la innovación es la única salvación en esta nueva era tecnológica, caracterizada por una ola de desconfianza, escepticismo y decepción de los abogados Millenials, que ven a las firmas legales cada vez más anticuadas o “pasadas de moda”.
Es necesario para los abogados recuperar la confianza de los clientes y el público, demostrando un compromiso de los servicios legales con la innovación, que, hoy por hoy, se ha convertido en un deber de todos los ciudadanos, una suerte de ley de supervivencia para la continuidad de cualquier negocio.
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