El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha cargada de simbolismo que representa distintos acontecimientos en la historia, protagonizados por mujeres en busca de la reivindicación de sus derechos.
Uno de esos hechos nos remonta a marzo de 1857, cuando un grupo de trabajadoras textiles en Nueva York salió a las calles para reclamar mejores condiciones laborales, sobre todo por la diferencia en los niveles salariales, ya que de manera injusta su remuneración era menor a la que percibían los hombres por tareas iguales o similares. Este acontecimiento se constituye en un primer hito dentro de la larga historia de reivindicación de los derechos de las mujeres, no sólo por su magnitud, sino también por las repercusiones que generó, pese a que la protesta terminó, como muchas otras, con la intervención violenta de la policía.
También vale la pena resaltar que, en 1907, en otra parte del mundo (Alemania), se realizó la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en la que participaron 58 delegadas de distintas ciudades de Europa, India y Japón. En este evento se fundó la Internacional Socialista de Mujeres, organización que desde ese momento se convirtió en un referente de la lucha por los derechos políticos de las mujeres.
El 8 de marzo de 1908 en la ciudad de Nueva York, también un grupo de 129 obreras textiles se declaró en huelga y tomaron las instalaciones de la fábrica en la que trabajaban reclamando los mismos derechos que sus compañeros varones: un mismo salario por igual trabajo y la reducción de la jornada laboral. Esta medida de presión terminó trágicamente con un incendio incontrolable que cobró la vida de las huelguistas que se encontraban al interior de la fábrica, tiñendo de negro la historia del derecho al trabajo y la lucha sindical.
En 1910 en Copenhague (Dinamarca) se llevó adelante la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. En la oportunidad se propuso fijar un día simbólico, en torno al 8 de marzo, para homenajear a las valerosas obreras que perdieron la vida en la huelga de 1908 en Nueva York y hacer visible la promoción y defensa de los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada de manera unánime por más de 100 mujeres procedentes de al menos una quincena de países.
Un año más tarde, en atención a la decisión asumida en Copenhague, se conmemoró por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 19 de marzo en varios países de Europa. En ese marco, se desarrollaron masivas concentraciones motivadas por la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Entre los años 1913 y 1917, a raíz de la Primera Guerra Mundial, se dieron distintas movilizaciones impulsadas por mujeres en torno al 8 de marzo, entre ellas la más conocida fue la huelga iniciada por mujeres rusas exigiendo “pan y paz” ante el conocimiento de dos millones de soldados rusos muertos en los enfrentamientos bélicos.
Luego de muchos otros acontecimientos que se fueron dando a lo largo de décadas, colectivos, organizaciones y otras instancias que aglutinan a mujeres en diferentes partes del mundo, se fueron sumando con manifestaciones y movilizaciones, cada vez más visibles y creativas, a la conmemoración de esta fecha. No obstante, fue recién en 1975 que las Naciones Unidas reconoció de manera oficial el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
Sin duda, la historia detrás de esta conmemoración continúa, se siguen escribiendo nuevos capítulos en los que se muestran los avances, retrocesos y desafíos, quedando aún un largo camino por recorrer en esta lucha incansable por el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres en igualdad de condiciones.
Al comienzo de esta historia las protagonistas estaban motivadas por alcanzar mejores condiciones laborales y por una participación política plena. Ahora las motivaciones son las mismas, sumadas a otras igual de retadoras, como la educación, la aspiración a una vida sin violencia, el acceso a nuevas tecnologías. Sin duda, ello implica también que hay otras protagonistas que no son necesariamente o exclusivamente las que encontramos en los libros de historia, sino las que están presentes a nuestro lado, en nuestros entornos más inmediatos: en la casa, en el colegio, en la universidad, en el trabajo o en el barrio.
Escribir sobre lo que se conmemora y a quien se conmemora en esta fecha tan significativa me ha hecho pensar en todas aquellas mujeres que he conocido en mi vida y en lo que cada una de ellas me ha aportado para ser quien soy y que hoy me inspiran.
Las y los animo a pensar durante este mes en las mujeres que a ustedes les inspiran y en el legado que ellas les han dejado, como una forma de aportar en esta conmemoración, reconociendo y valorando su existencia.
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