Texto Amparo Canedo y fotos Miriam Jemio y Marco Belmonte (Bolivia)
Miércoles 16 de octubre de 2019.- Marear, distraer, aburrir y confundir a la población es lo que periodísticamente podemos ocasionar quienes incursionamos en el mundo de las cifras sin tener idea de lo que representan y, peor aún, sin saber qué significan para la vida de un país y de los seres que laten diariamente en él.
En vez de escribir como periodistas al servicio de la población, nos hemos acostumbrado durante muchos años a redactar como economistas, ingenieros, abogados, policías y médicos, con terminología técnica únicamente accesible para quienes comparten la misma profesión y, a veces, ni eso.
Por ello, la propuesta que hoy nos hace la comunicadora, periodista y docente Viviana Ariñez Roca en su "Guía de periodismo económico Traduciendo cifras a noticias" es muy importante. Como ella dice, desde que las personas nos levantamos de la cama activamos nuestra dimensión económica porque, por ejemplo, al usar la ducha estamos echando mano de uno de los servicios básicos y públicos por el que a fin de mes deberemos pagar un determinado monto de dinero.
El libro impreso por Plural Editores fue presentado este 15 de octubre por la mañana en la Universidad Católica Boliviana San Pablo de La Paz. El prólogo fue escrito por el coordinador del Área de Periodismo de la Carrera de Comunicación Social, Jean Paul Guzmán Saldaña.
Mayor la importancia de esta guía cuando se sabe que fue escrita por una de las pocas periodistas especializada en el área económica en Bolivia, además de la experiencia cosechada como Jefa de Redacción de dos diarios.
Precisamente, durante la presentación de su libro, Ariñez hizo notar a quienes estaban presentes que más allá de las anécdotas en las redes sociales, quienes informan tienen la obligación de manejar las cifras de forma responsable y crítica, mirando más allá del resto y activando, sobre todo, la investigación.
La larga trayectoria de Ariñez es, precisamente, la que le da mayor autoridad a la hora de realizar este tipo de recomendaciones que pueden ser útiles tanto al universitario como al profesional que debe incursionar en el terreno de la cobertura económica sin mayor preparación ni herramientas que su grabadora y miles de dudas en la cabeza.
Y es que los intentos de brindar procesos de enseñanza-aprendizaje en el área económica en Bolivia no son muy antiguos, lo que significa que aún queda mucho camino por andar en la cobertura de esta área tan importante y necesaria para el desarrollo de un país.
En ese sentido, Ariñez nos da hoy herramientas para avanzar por dicho camino con el uso adecuado de antecedentes y contexto en cada noticia, a fin de que los públicos entiendan lo que las fuentes quieren decirles y, lo más importante, mostrarles que tras cada dato laten seres humanos sin los que ninguna referencia económica podría existir. “El lector –nos dice la autora de la guía– tiene derecho a saber cómo afecta a su vida un hecho determinado. Por ello, el periodista debe presentárselo desde el lado humano”.
No solo nos recomienda escribir de manera clara, concisa, precisa, fluida y comprensible, sino que nos regala con generosidad y sobre la base de su amplia experiencia, un Glosario para el uso de terminología económica y nos recuerda que una de las claves a la hora de investigar está en seguir la “ruta del dinero”: de dónde viene, a dónde va, quiénes lo concentran, etc.
¿Puede imaginar usted, lector o lectora de esta guía, cuántas veces se dejó de seguir la “ruta del dinero” porque los periodistas no pudimos verla y menos encontrarla? Ni siquiera en los casos de corrupción denunciados tuvimos la capacidad de indagar lo suficiente para develar los secretos mejor guardados, con muy contadas excepciones que no exceden los dedos de las dos manos. ¿Por qué, se preguntó alguna vez usted? Bueno, una de las razones es que no todos los periodistas estamos preparados para realizar ese tipo de indagaciones y menos si los hechos de supuesta corrupción se producen en el área económica, normalmente de escaso acceso y difícil manejo por parte de quienes no entendemos muy bien qué significan las cifras que parecen danzar frente a nuestros ojos.
Ese es uno de los motivos por el que los periodistas debemos conocer más sobre todo lo que involucra el área económica y luego saber traducir su lenguaje técnico para que el mismo esté al alcance de las y los ciudadanos, a quienes nos debemos.
Aunque también hay que reconocer que puede ocurrir que existiendo periodistas con la capacidad para indagar estos casos, no lo hacen por motivos que solo ellos conocen y que, muchas veces, tienen que ver con algún tipo de censura en el medio de información en el que trabajan.
También se debe destacar el hecho de que la autora de la guía no esquive un tema de delicado tratamiento en el área económica: la ética. Delicado porque es a partir de los actores y actividades económicas, muchas veces vinculados con el mundo político, que se ha venido incorporando en las informaciones lo que es más conocido como “publinota”, sobre la que Ariñez nos dice: “Las publinotas son publicaciones pagadas que persiguen un rédito para quien las contrata. Deben tener un diseño que las distinga de las noticias generales del medio, pues lo contrario significaría un engaño para el lector y una falta a la ética”. Importante recomendación que ojalá medios de información y periodistas la leyeran y aplicaran.
Por todo lo mencionado, el nacimiento de la guía de Viviana Ariñez representa para el periodismo económico boliviano un aporte y un buen augurio porque implica la preocupación de una periodista, comunicadora y docente por mejorar la cobertura, la elaboración y la difusión de información de corte económico.
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