La iniciativa se venía discutiendo en el Parlamento desde 2004. Entre los puntos más controvertidos está la creación de la Licencia Ambiental Especial, que posibilita saltarse etapas y un análisis prioritario si así lo considera el Poder Ejecutivo, y de la Licencia Ambiental por Adhesión o Compromiso, basada apenas en la autodeclaración del inversor. Si el presidente Lula da Silva decidiera vetar el proyecto, el Congreso aún tendría la potestad de anular ese veto con mayoría absoluta.