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Curaduría de Lucía Aliaga Chávez para Guardiana (Bolivia)

¿Sabías que al día una persona puede generar 1,11 kilos de basura? En Bolivia, este hecho se ha convertido en un problema y motivo de continuos conflictos, sobre todo en departamentos como Cochabamba. Sin embargo, en otros países se ha ido ensayando una serie de soluciones y una de ellas tiene que ver con la economía circular que incluye un modelo económico que tiene como objetivo maximizar la utilización de los recursos y minimizar los residuos y la contaminación. Se busca reducir el impacto ambiental y promover la utilización responsable de los recursos naturales.

Situación de contaminación en el mundo

En el mundo hay un estimado de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos desechados. Una mala gestión de los desechos puede llegar a ser la causa de problemas grandes como la contaminación en los océanos, inundaciones, enfermedades y perjuicio para los animales hasta dificultades en las ciudades por la obstrucción de drenajes, explicó Sameh Wahba, director de Desarrollo Urbano y Territorial, en una entrevista para el Banco Mundial.

El informe What a waste 2.0 señala que la cantidad de desechos crecerá hasta un 70 por ciento, por el crecimiento de la población y el desarrollo económico mundial en los siguientes 30 años.

Por esta razón, buscar medidas para solucionar el problema de la basura es una cuestión que debería ser tratada con urgencia por las autoridades de los países. “Los gobiernos deben tomar medidas urgentes para abordar la gestión de los desechos en beneficio de su población y el planeta”, asegura Silpa Kaza, especialista en desarrollo urbano del Banco Mundial y autora principal del informe What a Waste 2.0.

Basura como la de la foto en la ciudad de La Paz ocasiona en época de lluvias el taponamiento de las alcantarillas que terminan colapsando y generando serios problemas en las arterias de la urbe (foto: Lucía Aliaga).
¿Economía circular como medida de solución?

El sistema económico que se maneja en el mundo desde siempre se aleja completamente del ciclo de vida natural y se opone al enfoque de desarrollo sostenible a largo plazo. En la naturaleza, no hay conceptos como la basura o los vertederos, ya que todos los elementos tienen una función continua y son reutilizados en diferentes etapas para aprovechar al máximo sus recursos como explica el medio Sostenibilidad para todos.

Así, la economía circular es un sistema de aprovechamiento de recursos en el que se minimiza la producción y se reutilizan los elementos que no pueden volver al medio ambiente.

La economía circular aplicada puede ser una gran solución para el tratamiento de la basura tanto para empresas como consumidores. Las compañías que apuestan por este enfoque poco a poco están descubriendo que reutilizar los recursos es más rentable que producirlos desde cero.

De esta forma los costos de producción disminuyen y, por lo tanto, el precio de venta también se reduce, lo que beneficia al consumidor en términos económicos, sociales y ambientales. Por eso, varios países están apostando por el modelo económico circular.

Países en Europa que llevan la delantera

La Comisión Europea dio luz verde el año 2015 a un plan de acción para impulsar el tránsito hacia la economía circular en Europa e incluía medidas para cerrar el círculo del ciclo de vida de los productos y hacía hincapié en cinco sectores importantes como la construcción y demolición. Cuatro años después se presentó una especie de hoja de ruta denominada Pacto Verde Europeo, y como parte de esta se incluyó luego un nuevo plan de acción para la economía circular, con disposiciones para que autoridades, empresas y consumidores adopten un modelo sostenible. Una de las ideas principales es que los recursos permanezcan en la economía durante el mayor tiempo posible.

«El Pacto Verde Europeo es nuestra nueva estrategia de crecimiento, un crecimiento que aporta más de lo que consume. Muestra cómo transformar nuestro modo de vivir y trabajar, de producir y consumir, para que vivamos de forma más sana y nuestras empresas sean innovadoras. Todos podemos participar en la transición y todos podemos aprovechar las oportunidades que brinda. Si somos los primeros en dar este paso y si lo hacemos con premura, contribuiremos a que nuestra economía sea líder mundial. Vamos a poner todo nuestro empeño en lograrlo, por el bien del planeta y de la vida que sustenta, por el patrimonio natural de Europa, por la biodiversidad, por nuestros bosques y por nuestros mares. Si demostramos al resto del mundo cómo ser sostenible y competitivo, podemos convencer a otros países para que se nos unan».

Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Italia es uno de los países europeos que se ha convertido en líder en aplicación de economía circular. Su estrategia en relación a este sistema se basa en aplicar normativa para promover la sostenibilidad y la economía circular, incluyendo la Ley de Economía Circular y la Estrategia Nacional de Economía Circular, además de invertir en infraestructura para la gestión de residuos y de reciclaje de materiales, con el objetivo de reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos. Por último, Italia ha fomentado la reutilización de materiales y productos a través de iniciativas como la "reutilización creativa", que promueve el uso de objetos desechados para crear nuevos productos.

Según los informes de la Unión Europea, en 2018, el gasto total de Italia en economía circular fue de alrededor de 5,5 mil millones de euros. Esta inversión se destinó a la financiación de proyectos y programas relacionados con la economía circular, incluyendo la gestión de residuos, el reciclaje, la producción sostenible y la innovación tecnológica.

En Italia se han registrado algunos beneficios económicos tangibles asociados con la economía circular, como la creación de empleo y la reducción de los costos de eliminación de residuos. Sin embargo, es difícil determinar la ganancia exacta que ha obtenido el país debido a la economía circular, ya que esta es una transición a largo plazo y aún se están implementando medidas y políticas para su adopción.

Bélgica es otro país avanzado en este sistema, ya que llevó este modelo a la construcción mediante medidas y políticas en este ámbito. Una de sus estrategias es el diseño circular, el cual consiste en la elección de materiales reciclables, renovables y duraderos, y optimizar el uso de los mismos a lo largo del ciclo de vida del edificio. Por otro lado, las empresas de construcción en Bélgica deben cumplir con los objetivos de reducción de residuos establecidos por la Ley de Residuos. Esto significa que deben implementar prácticas de gestión de residuos que fomenten la reutilización y el reciclaje de materiales.

En 2018, el gobierno belga lanzó su Plan de Acción Nacional de Economía Circular, que estableció una serie de objetivos y medidas para fomentar la economía circular en el país.

El presupuesto para la implementación de este plan es de 122 millones de euros, que se distribuyen en diferentes áreas de acción como la mejora de la gestión de residuos, la promoción de la reutilización y el reciclaje de materiales, entre otras.

Francia cuenta con una legislación favorable y un claro discurso en economía circular y ecoinnovación, cita el sitio web https://goodnewenergy.enagas.es/. Propuso diferentes iniciativas y normativa como la hoja de ruta para la economía circular en 2018 y la Ley de Transición Energética para el Crecimiento Verde de 2015. Además de la Ley de Lucha contra el Despilfarro Alimentario que establece medidas para reducir el desperdicio alimentario en la cadena de suministro, fomentar la donación de alimentos no vendidos y promover el compostaje de residuos alimentarios.

"Francia ha sido un un país pionero en la lucha contra el desperdicio de alimentos, cuyas políticas se han destacado como modelo para la prevención, recuperación y reciclaje de alimentos. En este país se estima que las pérdidas y desperdicios alimentarios representan 10 millones de toneladas de productos por año, esto con un valor comercial de 16.000 millones de euros".

Asesoría Técnica Parlamentaria del Congreso de Chile

No hay una cantidad exacta de cuánto ha invertido este país en cuanto a economía circular; sin embargo, hizo grandes esfuerzos económicos en inversión de proyectos privados, aproximadamente 100 millones de euros para apoyar iniciativas de economía circular en las empresas.

Según un informe de la Comisión Europea de 2020, la economía circular podría aportar hasta 1,8 billones de euros al PIB europeo para el año 2030, y crear hasta tres millones de empleos. El informe también señala que la economía circular podría reducir significativamente la dependencia de Europa de los recursos naturales importados y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Economía circular en Latinoamérica

Según información obtenida por el medio Aclima, durante el año 2021 se creó la Coalición de Economía Circular de América Latina y el Caribe (CECALC), con el objetivo de establecer una plataforma que permita el intercambio de las mejores prácticas en economía circular y fomente la colaboración entre los gobiernos, las empresas y las sociedades de la región. Esta propuesta se basa en tres principios: eliminar los residuos y la contaminación, hacer circular productos y materiales en su más alto nivel y regenerar la naturaleza. 

Según el sitio de las Naciones Unidas, para promover la economía circular en la región es indispensable que se realicen cambios en diversas áreas, tales como las políticas públicas, la regulación, los sistemas de gestión, las finanzas públicas, las inversiones, los sistemas de financiamiento y las capacidades en todos los países.

Es importante que se aborden todas las etapas del proceso: desde la producción, pasando por el consumo hasta la disposición final de los residuos.

La economía circular aún no es un sistema muy aplicado en países de Latinoamérica. La transición hacia una economía circular requerirá de la colaboración y de la adopción de tecnologías y modelos de negocio innovadores. La promoción de la cooperación entre empresas, gobierno y la sociedad, así como la inversión en investigación y desarrollo, pueden generar nuevas oportunidades económicas y mejorar la sostenibilidad en la región, así como en Europa.

Soluciones en Bolivia

En Bolivia se generan alrededor de 7.022 toneladas de basura al día, de esa cantidad al menos un 15% corresponde a material que se puede reciclar; pero solo el 6% se reutiliza.

El estudio "El mercado de la gestión de residuos sólidos en Bolivia" indica que "Bolivia genera anualmente 1,7 millones de toneladas de residuos, de los cuales el 55,2 % son orgánicos, el 22,1 % son desechos reciclables (papel, plástico, vidrios, metales) y el restante 22,7 % es basura no reciclable. Además de la necesaria gestión eficiente de residuos sólidos, en Bolivia se podría aprovechar un 80 % de ellos para producir compost o energía. Actualmente, solo se recicla el 4 % de las 7 mil toneladas de basura diarias que produce Bolivia. Del total nacional diario, el 87 % se genera en las áreas urbanas y el resto 13 % en el área rural".

El manejo de residuos en el país es un tema complejo debido a la falta de infraestructura adecuada y de recursos financieros para desarrollar soluciones de gestión de residuos sostenibles. La gestión de residuos en Bolivia es responsabilidad de los gobiernos municipales, y el manejo de la basura varía de una región a otra.

Cada cierto tiempo, Cochabamba enfrenta problemas con la basura por continuos bloqueos que se realizan en puertas del relleno sanitario de K’ara K’ara y la basura rebasa los contenedores. Esta es una llamada de atención a la población para empezar a cuestionarse sobre la cantidad de basura que genera y la falta de un sistema adecuado que reduzca los residuos que producimos.

En Bolivia, la mayoría de la basura se deposita en vertederos a cielo abierto, que son sitios donde los residuos son arrojados y amontonados, en muchos casos, sin ningún tipo de control o tratamiento adecuado. Estos vertederos son una práctica común en municipios del país debido a la falta de recursos y de infraestructura para implementar soluciones de gestión de residuos más sostenibles.

Sin embargo, existe un grupo de personas que se dedica a la recolección y venta de materiales reciclables, conocidos como recicladores. Estos trabajadores informales se encargan de recolectar residuos de diferentes fuentes, como hogares, empresas, y espacios públicos y basurales. Su objetivo es separar los materiales reciclables como papel, cartón, plástico, vidrio, metales y venderlos a intermediarios o empresas de reciclaje. Según información del medio Bolivia Emprende, más de 30.000 familias viven del reciclaje de residuos. Por lo tanto, donde algunos ven solamente basura, miles de familias e incluso empresas ven la oportunidad de mejorar su situación económica.

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