Malkya Tudela para Guardiana (Bolivia); fotos de Lilian Apaza y Sandy Rojas
Miércoles 24 de febrero de 2021.- Los vecinos del barrio Convifacg de Santa Cruz de la Sierra están aprendiendo sobre la fauna y los bosques urbanos, a la vez que se dedican a arborizar su zona en un proyecto que impulsan los científicos afiliados al Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.
La actividad se realiza en el marco del proyecto “Tiluchi ciclista: Conectando gente y biodiversidad, para la acción climática en Santa Cruz de la Sierra” y dentro de la investigación “Los bosques urbanos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra –Bolivia”, liderados por la bióloga Lilian Apaza Vargas, con financiamiento de FLACSO Ecuador e IDRC de Canadá. Esta profesional explica en qué consiste dicho proyecto en el siguiente video.
“Para mí, ha sido lo mejor de mi gestión”, dice Waldo Vargas, haciendo referencia a su labor de dirigente vecinal en el involucramiento del proyecto. Pero cuando habla como un hombre de 69 años, usuario de la ciudad, aflora su franqueza si se le pregunta ¿qué es lo que más le ha sorprendido?: “¡Todo, oiga!”.
Y se refiere a la generación de oxígeno de los árboles y la función de los insectos, la dinámica de las aves y de los murciélagos en la ciudad, temas de su reciente aprendizaje.
La avenida Tres Pasos al Frente es una de las radiales que atraviesa los anillos de Santa Cruz de la Sierra, con una alta circulación de vehículos entre el segundo y quinto anillo por la proximidad de la Terminal Bimodal a la altura del tercero. En el tramo de intervención tiene además una ferviente actividad de ferreterías, transportadoras, restaurantes y otros negocios.
El barrio de Convifacg se formó hace unos 40 años, con un plan de vivienda para los fabriles, gráficos y obreros de la construcción. Waldo Vargas vive hace 38 años en la zona y la recuerda como un "monte"; aunque con pocos árboles. Otros vecinos, en cambio, hablaron con los investigadores de antiguos cupesís (algarrobos).
“Cuando voy por ahí ahora, uno admira los árboles y plantas, sabiendo su significado. Hasta da pena cortarlos. Antes solo mi señora llenaba de plantas la casa”, dice Vargas, quien planea, ya por iniciativa propia, continuar esta actividad en la plaza cercana este fin de semana.
“La problemática que queríamos enfocar con esta iniciativa es la fragmentación de bosque que hay en toda Santa Cruz. Tenemos bosques urbanos que ya son relictos (remanentes supervivientes) y están favoreciendo a islas de calor en la ciudad”, explica la bióloga Apaza. Hasta ahora se han anotado éxitos.
CON LOS INVESTIGADORES
La bióloga Lilian Apaza comenta que, en una primera etapa, se socializó el año pasado el proyecto con personal de la Alcaldía y vecinos del segundo al quinto anillo de la avenida Tres Pasos al Frente, lo que significó un acercamiento a las instituciones estatales y de la sociedad civil. La irrupción de la pandemia obligó a cambiar la modalidad y tuvieron que verse por Zoom.
Una vez socializado el proyecto, los investigadores procedieron a realizar un diagnóstico in situ en esta área de la ciudad, proceso en el que también participaron algunos de los vecinos como apoyo. A uno de los investigadores le tocó pasar la noche en la casa de un vecino porque no podía movilizarse en la cuarentena.
Esto incluyó un censo de árboles y el estudio de insectos, aves y murciélagos en el tramo. En el censo de árboles, entre el segundo y el quinto anillo, se encontraron alrededor de 500 individuos de especies nativas y no nativas.
El hallazgo de esta información se difundió posteriormente entre los vecinos del tramo entre el cuarto y quinto anillo, del barrio Convifacg, quienes demostraron ser los más interesados en el proceso.
22 DE NOVIEMBRE, PRIMERA ARBORIZACIÓN
Lilian Apaza explica que el siguiente paso fue elaborar un plan de acción climática vecinal, crear una plataforma vecinal, planificar una actividad de arborización, de monitoreo y seguimiento.
El 22 de noviembre de 2020 se realizó la primera actividad de arborización. Un total de 17 familias involucradas plantaron 38 árboles en la avenida principal, de alto tráfico vehicular y comercio minorista.
Cada familia está consciente de que deberá esperar unos 20 años para ver maduros a sus árboles y se hace cargo de cuidar a dos o tres individuos, lo que implica garantizar el riego y darles seguridad. Una familia colocó incluso botellones con agua para garantizar la provisión del recurso al suyo.
Los dos monitoreos posteriores, realizados por los investigadores de Museo, mostraron que uno de 38 plantines no sobrevivió y que el resto crece por ahora de manera uniforme.
En enero de este año hubo otra arborización que llegó hasta 50 arbolitos y se planea completar con otros 20 ejemplares.
¿El estrés de la avenida de alto tráfico dejará crecer a las plantitas? La bióloga explica que, junto a los vecinos, se identificaron problemas como el vandalismo, la contaminación de las flotas y la dispersión de la basura, pero por ahora el crecimiento de los árboles tiene un ritmo normal.
Según Lilian Apaza, los vecinos eligieron árboles que son estéticamente atractivos, como el gallito y el tajibo amarillo, pero también árboles que dan frutos como el achachairú y el guabirá o el jorori, este último apetecido por los murciélagos.
“Esperamos hacer una nueva búsqueda de financiamiento, comprar arbustos y tener un estrato de sotobosque para favorecer a otros insectos pequeños, como las abejas nativas y a otras que les encanta las flores”, dice Apaza.
El fin último de este trabajo es crear un corredor ecológico dentro de la ciudad para el disfrute de los habitantes y de los ciclistas. La iniciativa también tiene el apoyo de la Subalcaldía del Distrito 3 y el SEMURB del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra.
“Los árboles van a adornar la avenida, aparte de que ayudan al medio ambiente”, dice Waldo Vargas.
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