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Por Miriam Telma Jemio, Guardiana (Bolivia)

Martes 19 de mayo de 2020.- “Unidos por el campo”. Así se denomina el convenio firmado este lunes por la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).

Con ese acuerdo, que sorprendió a muchos indígenas, se comprometen a trabajar en una agenda conjunta para desarrollar la actividad agrícola sustentable con tecnología, evitar el uso del fuego en el campo y lograr acciones de respuesta rápida contra los incendios forestales.

Indígenas del país y de la región no tardaron en pronunciarse rechazando el acuerdo porque se lo hace con el sector que busca introducir nuevas semillas transgénicas en el país, lo cual ha sido rechazado por la mayoría de los pueblos originarios.

Para Adolfo Chávez, dirigente de la Coordinador Indígena de la Cuenca Amazónica (Coica), que agrupa a los pueblos indígenas de los ocho países de la Amazonía, los indígenas que firmaron el acuerdo con los agroindustriales son afines al MAS, pertenecen a una Cidob paralela.

El acuerdo con los agroindustriales

El convenio firmado entre la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob, afín al MAS) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) contempla una agenda de trabajo conjunta enfocada en cuatro pilares: unidad, prosperidad, seguridad alimentaria y transferencia tecnológica.

En uno de sus puntos se comprometen a luchar contra los incendios forestales, evitando los chaqueos: “Unidos buscaremos técnicas modernas y nuevas prácticas para evitar el uso del fuego en el campo y coordinaremos acciones para construir un sistema conjunto de respuesta rápida y acción inmediata a los incendios forestales”.

Gregorio Alexander Quety Medina, líder de la Cidob paralela que firmó el documento, afirmó que el acuerdo respetará la autonomía de los pueblos indígenas mientras trabajan por el desarrollo y para garantizar la seguridad alimentaria del país.

Al respecto, el convenio establece: “Hoy más que nunca, necesitamos unir fuerzas para evitar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria de los bolivianos. Vamos a dar un salto en la producción de alimentos. Vamos a responderle a la crisis con un gran esfuerzo compartido, movilizando el potencial dormido de la producción agropecuaria sostenible”.

“Como pueblos indígenas estamos en nuestro derecho de buscar nuestro desarrollo”, afirmó Quety.

Reinaldo Díaz Salek, presidente de la CAO, quien firmó el documento a nombre de los agroindustriales, dijo que el objetivo es lograr el desarrollo de las comunidades, poner fin al atraso y mejorar el nivel de vida.

“Siempre ha existido una complementariedad entre los pueblos indígenas y los productores agropecuarios, solo que a ellos les hace falta el acceso a la tecnología y en eso vamos a trabajar. La coexistencia de los diferentes sistemas de producción, y también los mixtos, son muy importantes para enfrentar estos momentos complejos que atraviesa nuestro país”, expresó el líder de los agroindustriales.

Este sector empresarial ha celebrado la decisión del Gobierno de Jeanine Áñez de autorizar de “manera excepcional”, mediante decreto, al Comité Nacional de Bioética la evaluación de semillas de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados.

Otro decreto (4238) extiende el plazo para evaluar la implementación de las semillas modificadas genéticamente de 10 a 40 días calendario para que ese Comité apruebe los procedimientos abreviados. 

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La Coica lo rechaza

Adolfo Chávez, dirigente de la Coordinador Indígena de la Cuenca Amazónica (Coica), dijo a Guardiana que Quetty no consultó a los indígenas de base para firmar ese acuerdo con los agroindustriales.

“Una vez que se controle el coronavirus, creo que habrá un remezón fuerte en Bolivia porque no se pueden aprovechar (de la cuarentena), para hacer decretos y también para hacer convenios que van a afectar a los indígenas y con la osadía de ampliar la frontera agrícola”.

Adolfo Chávez, dirigente de la Coordinador Indígena de la Cuenca Amazónica (Coica)

El líder indígena lamentó que no se tenga consideración con la Amazonía y no haya tregua para los indígenas que acaban de salir de los incendios y ahora están enfrentando la pandemia. Es por eso, dijo, que la Coica se unió a la Cidob orgánica para emitir el pronunciamiento de rechazo.

En el documento emitido este lunes 18, la Cidob Orgánica y la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica, los indígenas se declaran en estado de alerta y desconocen la firma de convenio de la Cidob, afín al MAS, con la Cámara Agropecuaria del Oriente.

“La Cidob del exgobierno del MAS, a la cabeza de Pedro Bare y que hoy está a la cabeza de Gregorio Alexander Quety Medina, ha suscrito una alianza de cultivo de semilla transgénica con la CAO, con el objetivo de destruir los bosques de los territorios indígenas ancestrales, sin consultar a las bases”, denuncian el documento firmado por Tomás Candia Yusupi, presidente de la Cidob orgánica, respaldado por Chávez.

La Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia (Cirabo), mediante un documento emitido este lunes, desconoció “rotundamente” el convenio firmado entre los indígenas afines al MAS y los agroindustriales.

Exigen respeto a sus organizaciones regionales: las capitanías de los pueblos Chácobo- Pachuara, Cavineño, Tacana y Joaquiniano.

“Mañosamente el empresariado cruceño aprovecha el contexto de cuarentena para buscar aliados que le permitan consolidar medidas productivas que responden únicamente a sus intereses como sectores empresariales de tierras bajas”, dice una parte del documento.

El director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, criticó el convenio firmado por la CAO. “Hoy, la CAO prometió prosperidad a los indígenas de la Cidob. Pero la realidad es otra. El futuro que prometen tiene nombre: Despojo y robo de la tierra”, expresó en sus redes sociales.

Mostró una imagen de la Comunidad Nuevo Paz de ayoreos. “Un territorio indígena, titulado; hoy rodeado y atestado por soya transgénica”, aseguró.

No a los transgénicos

En concordancia a sus principios y los derechos fundamentales de los indígenas de la cuenca amazónica, respaldamos el pronunciamiento de la Cidob orgánica, dijo a Guardiana el indígena Tuntiak Shuar, vicecoordinador de Coica.

“No es procedente que se promuevan transgénicos en la Amazonia poniendo en peligro la soberanía alimentaria, la producción sostenible y los conocimientos tradicionales de los pueblos productores”.

Tuntiak Shuar, vicecoordinador de Coica

Ambas organizaciones sostienen que los cultivos transgénicos, en los últimos 20 años, no han mejorado los rendimientos de la soya o de otros cultivos, en comparación con los países vecinos.

Por tanto, les parece incoherente que ahora el gobierno y los agroindustriales argumenten que se pretende introducirlos para mejorar los rendimientos, la producción y la economía nacional.

  • Rechazan la introducción de nuevas semillas transgénicas en el territorio nacional, particularmente en territorios indígenas de tierras bajas.
  • Exigen la abrogación del Decreto Supremo (DS) 4232, que autoriza la utilización de semillas genéticamente modificada (OGM) en los cultivos de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya.
  • Exigen la abrogación del Decreto Supremo 3973 y de la Ley 741, que permiten los chaqueos y el desmonte, con el fin de ampliar la frontera agrícola”, dice una parte del pronunciamiento.

El documento también pide mayor fomento y apoyo a la agricultura indígena originario campesino ancestral, que es la base para la generación de otras formas y modos de agricultura como la agricultura sostenible, la agricultura agroecológica y la agricultura ecológica.

El líder indígena Chávez dice que exigirán al Gobierno nacional que apoye y promocione la agricultura familiar indígena originaria campesina porque es la que alimenta a la población.

Según la COICA y la Cidob orgánica, el Decreto Supremo 4232:
  • Transgrede la Constitución Política del Estado, que en su artículo 255 establece: “Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados (OGM) y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.
  • Viola las leyes nacionales como la Ley 300 de la Madre Tierra, Ley 144 de Revolución Productiva, Ley 071 Derechos de la Madre Tierra, Ley 3525 de Fomento a la Producción Ecológica.
  • Viola acuerdos internacionales como el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, el Convenio sobre Diversidad Biológica que Bolivia suscribió el año 2000 y ratificó mediante Ley 2274 el 22 de noviembre de 2001, entre otros.

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