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Por María Carballo para Guardiana y foto de la Unidad de Bomberos Antofagasta (Bolivia)

Miércoles 20 de octubre de 2021.- Aún no amanece, pero el suboficial de Policía Freddy Quispe Chura ya está de pie tomando una “sultana” con medio pan del día anterior, antes de ir a trabajar. Es bombero, pero esta vez debe cumplir un contrato para conducir un minibús para dos viajes de La Paz a Oruro y otro de La Paz a Coroico.

“Es cansador viajar, a veces solo puedo dormir unas dos horas y luego otra vez tengo que viajar de nuevo, manejar cansa… Soy chofer contratado nomás”, cuenta Freddy.

Trabajó como chofer de minibús durante más de 15 años porque debía mantener a sus cuatro hijos y a su esposa, una comerciante de ropa.

“A algunos hombres –relata– su esposa les ayuda. Mi esposa no podía ayudarme cuando mis hijos eran pequeños y para que sigan estudiando he tenido que trabajar como chofer y así ganaba algo más, además de mi otro trabajo”.

Ese “otro trabajo” al que Freddy se refiere es ser parte del equipo de bomberos de la estación de la zona Sur en La Paz, donde ya cumplió 20 años de servicio como rescatista y en el grado de suboficial mayor.

Turnos de 48 horas

La Paz cuenta con tres estaciones de bomberos: una en el centro de la ciudad, otra en la zona Sur y la tercera en El Alto. Los uniformados que trabajan generalmente en grupos entre 15 a 20 efectivos en cada una de ellas, cumplen 48 horas de turno y tienen otras 48 para descansar o pasar tiempo con sus familias. Pero no todos pueden disfrutar de este beneficio porque, al igual que Freddy, necesitan de otro empleo para incrementar sus ingresos personales.

“Es cansador... Ahora mis hijos ya están grandes y no necesitan que siga como chofer, pero han sido años muy duros. Ahora, además de trabajar como bombero, le ayudo a mi esposa en su negocio”.

Bombero Freddy Quispe
Emprendimiento familiar

Según el teniente Luis Miguel Rivero Rodríguez, oficial de planta de la Estación Departamental de Bomberos de La Paz, un policía recién egresado gana un salario de 3.000 bolivianos. Con el tiempo, ese monto aumenta de acuerdo a los años de antigüedad.

 “Tengo entendido -explica Rivero- que la mayoría de los funcionarios tienen un segundo trabajo que lo desempeñan en los días de descanso, supongo que debe ser de acuerdo a las necesidades de cada funcionario”.

El teniente también buscó la forma de aumentar sus ingresos personales, aunque no quiso dar detalles. “Yo también trabajo en otra cosa. En mi domicilio tengo un negocio independiente, en mis días de descanso. Tengo mi propio emprendimiento, son oportunidades que se presentan. Es un negocio que tengo con mi esposa”.

Entre vidrios y cortinas

Wilmer Alí, sargento segundo en la Estación de Bomberos de la zona Sur, también trabaja como rescatista; aunque a veces debe cumplir la función de apoyo en incendios. Tiene una hija de dos años y una esposa que dependen de él.

“La mayoría nos vemos obligados a trabajar en nuestro tiempo libre, algunos son choferes, otros tienen sus tiendas. En mi caso, tengo una vidriería, coloco vidrios y también cortinas”, cuenta.

El uniformado relata que a veces debe cumplir con viajes con el equipo de bomberos y al regresar descansa un par de horas para luego atender su negocio.

“A veces los clientes piden estar a una hora y también con ellos hay que cumplir. Mi familia depende de mí y tengo que trabajar, pero es difícil tener ambos trabajos”, afirma.

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Los bomberos no solo cumplen sus servicios en las ciudades, sino también en las áreas rurales.
Un taller de costura

Luis Adolfo Manicopa, sargento en la Estación de Bomberos en El Alto, relata que también tiene turnos de 48 horas. Es especialista en asistencia prehospitalaria, rescate y asistencia en incendios forestales. Tiene cuatro hijos y dice que el salario que gana no le alcanza para mantenerlos.

“El sueldo –relata Manicopa– es un poco más de 3.000 bolivianos, no dura hasta fin de mes y es necesario un segundo trabajo. Es de conocimiento público que el sueldo de un policía es relativamente mediano y para subsistir se opta por un segundo trabajo. Yo tengo un pequeño taller de costura y en mis días libres confecciono ropa deportiva para niños y luego vendo”.

En el comercio de artefactos

De la misma forma, Eduardo Carlos Sirpe, quien ya lleva casi 20 años en la estación de El Alto como especialista en rescate y en el grado de sargento segundo, cuenta que trabaja como comerciante para aumentar sus ingresos personales, al igual que sus compañeros.

“Aquí no siempre alcanza el sueldo y por eso soy comerciante. Me dedico a la compra y venta de artefactos. Tengo cinco hijos, algunos ya están en la universidad y hay que ayudarles en pagar sus estudios”.

Reconoce que es difícil balancear ambos trabajos porque debe viajar con la Unidad de Bomberos y realizar rescates en accidentes de tránsito. “Estos viajes resultan ser, a veces, muy cansadores, pero hay que hacerlos. Lo hago por mis hijos”.

Los jóvenes optan por estudiar

Algunos bomberos más jóvenes tienen la ambición de estudiar una segunda carrera o especializarse en su profesión de bomberos para que sus ingresos personales. Es el caso del subteniente Wilmer Apaza Laura, quien trabaja en la Estación de Bomberos en La Paz como bombero rescatista y asistente prehospitalario.

En sus días libres, ayuda a su madre en su trabajo de comerciante y a cambio ella le colabora con su alimentación.

“También –dice Apaza– estoy terminando mi diplomado en Educación Superior y ahora busco dónde dar docencia en primeros auxilios y prevención contra incendios”.

El subteniente José Carrasco Flores, jefe de la unidad de transportes y rescatista en la Unidad de Bomberos de la zona Sur, reconoce que varios de sus camaradas se ven en la necesidad de buscar otros trabajos para mantener a sus familias.

“Yo todavía no tengo esposa ni hijos, gracias a Dios. Es por eso que invierto mis días libres para estudiar. Hace tiempo dejé la carrera de medicina y estoy volviendo a retomarla. Después buscaré estudiar Derecho para ser abogado”.

Experiencias en Bomberos

Según los uniformados, pese a lo difícil que se torna el trabajo para algunos bomberos, al tener que optar por una segunda fuente de empleo, sus labores tienen muchas satisfacciones.

El teniente Jesús Reynaldo Lima, comandante de la Estación de Bomberos de El Alto, admite que lo más satisfactorio es contar con el agradecimiento de la gente que recibe socorro en una emergencia.

“Sin duda tenemos momentos difíciles –dice Lima–. Lo más difícil es no saber si vamos a llegar a casa, pero amamos ser bomberos. El salvar a la gente y ayudar creo que corre por nuestras venas”.

Entre la vida y la muerte

Uno de esos momentos difíciles lo vivió el subteniente Wilmer Apaza, cuando en una ocasión acompañaba a una paciente que sufrió un accidente de tránsito y era trasladada en ambulancia.

“En el camino –cuenta Apaza– llegó a fallecer y comencé a aplicar la maniobra RCP (reanimación cardiopulmonar) en la paciente, pero no estaba ejerciendo mucha presión y no estaba dando resultado. Entonces, le he gritado a mi conductor que se apure y en el apuro él pasó con fuerza un rompemuelles, eso provocó más presión en la RCP y la paciente volvió a la vida”.

El sargento Marco Curi, de la Estación Departamental de Bomberos de La Paz, recuerda su primer rescate y atención de primeros auxilios a una persona. Relata que atendió a un indigente que por causa de una pelea tenía una herida abierta por un arma punzocortante en el cuello.

“La sangre no paraba de salir y yo puse mis manos en su cuello para detener la hemorragia –narra el sargento–. Recuerdo que él gritaba: ‘¡No quiero morir! ¡No quiero morir!’, y me ha dado pena. Pero ha logrado vivir y esa es la mayor satisfacción que tenemos nosotros los bomberos, salvar una vida”, afirma.

Malas condiciones de trabajo

Las condiciones en las tres estaciones de bomberos no son de las mejores. El subteniente Lima, comandante de la Estación de Bomberos en El Alto, reconoce que aunque cuentan con dos camiones cisternas para atender los incendios, a veces no abastecen para atender emergencias y deben pedir ayuda a la Estación Departamental de La Paz.

El teniente Rivero, comandante en la Estación de La Paz, explica que los trajes estructurales para incendios, guantes y mangueras ya casi cumplieron su tiempo de vida y necesitan una renovación.

“Este año hemos hecho la solicitud a las instancias superiores para que nos renueven, estamos haciendo seguimiento aunque hasta el momento no nos ha llegado respuesta”, lamenta.

El teniente Henry Astorga, comandante en la unidad de la zona Sur, confirma que “todo equipo necesita una renovación constante porque tiene un tiempo de vida”.

Uno de sus subalternos, el subteniente José Carrasco afirma que los trajes, guantes, sogas y equipo de paramédicos deben ser renovados cada dos años.

“Los implementos, en especial los que utilizamos en los incendios, fueron donados por los franceses hace 10 años o más, o sea que ya deberían cambiar. Por ejemplo, los guantes ya envejecieron y cada bombero tiene que conseguir sus propios guantes”, relata el subteniente.

 “Siempre vamos a velar por el bien de nuestra familia, cada uno ve la forma de mejorar su vida económica y por eso algunos camaradas tienen otro trabajo, pero no por eso dejan de lado el ser bomberos. Nuestra prioridad es ayudar y salvar vidas”, concluye el teniente Lima.

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