Por Guardiana (Bolivia)
Miércoles 21 de julio de 2021.- El Centro de Investigaciones Químicas S.R.L. (CIQ) analizó muestras de abejas muertas, miel, polen y propóleo, y cultivos de trigo, frejol, maíz y del suelo recolectados en el municipio cruceño de Okinawa, y en ellas encontró un compuesto químico no identificado ni registrado en lista de plaguicidas vigilados por ese laboratorio especializado en el control de calidad de ese tipo de productos.
El CIQ, con sede en Cochabamba, hizo conocer el resultado de su estudio en una carta enviada el 19 de julio al director del Laboratorio Boliviano de Biota y Desarrollo, Jaime Rodríguez Fernández. El dato reportado es el primero que se conoce públicamente después de realizada la inspección a los municipios en los cuales se registró la muerte masiva de abejas, entre finales de mayo y junio, por efecto del uso de supuestas sustancias contaminantes en la fumigación.
Rodríguez dijo a Guardiana que el centro de investigaciones solo realizó los análisis a las muestras de Okinawa y aclaró que sería muy aventurado, en este momento, decir que se trata de una sustancia ilegal, mientras no se cuente con mayor información.
El gerente de la Asociación de Apicultores de Santa Cruz (Adepicruz), Osvaldo Soruco, comentó que el informe no es concluyente y que por alguna razón no se cuenta con la capacidad para detectar qué es lo que está presente en las muestras. "Estamos mal e indefensos", afirmó el dirigente.
Todavía no se conocen los informes del material recolectado por funcionarios de instituciones públicas como el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), en otros municipios como San Julián y El Puente.
Las abejas, junto con otros polinizadores como las mariposas, aves, escarabajos, incluso murciélagos, son consideradas responsables de gran parte de la polinización del 75 por ciento de los cultivos de alimentos en el mundo y ayudan a la reproducción de las plantas, según la FAO.
No solo proporcionan miel, sino también propóleo y jalea real que tienen un alto contenido de nutrientes que pueden ser utilizados para prevenir algunas enfermedades respiratorias y fortalecer el sistema inmune.
LIMITACIONES PARA EL ANÁLISIS
El CIQ explica en su informe que su trabajo tuvo dos problemas para poder arrojar resultados óptimos y más certeros. El primero está en que la cantidad de muestra recolectada para ser estudiada no fue la adecuada, ya que para investigaciones similares se necesita al menos un kilo de producto para un trabajo apropiado.
El segundo problema tiene que ver con el tiempo transcurrido entre el incidente de la muerte de las abejas y la colecta de muestras. Por ello se recomienda tomar en cuenta este aspecto, porque después de 14 días de aplicado el producto o plaguicida sus efectos disminuyen o se degradan.
La muerte de las abejas fue advertida por los apicultores en el municipio de San Julián, a orillas de Río Grande, la mañana del 27 de mayo. Casi un mes después recién se inició la inspección por parte de autoridades a las zonas afectadas y se hizo la recolección de muestras.
Los apicultores contaban que los insectos tenían una rara conducta y perecían. Las sospechas de que se usó material tóxico levantaron vuelo después de que vieron a una avioneta que sobrevolaba en las cercanías.
VARIOS MUNICIPIOS
Los problemas no solo se presentaron en San Julián, sino también hubo casos en los municipios de El Puente y Okinawa. Este martes, el gerente de Adepicruz, Osvaldo Soruco, informó a Guardiana que hechas las cuentas se contabilizaron 900 colmenas y núcleos. A la lista e sumó al municipio de Cuatro Cañadas.
Hasta la fecha las autoridades del Gobierno no dieron a conocer un cálculo oficial de los daños ni de los lugares afectados. El pasado 30 de junio, Soruco informaba que ya sumaban 923 las colmenas contaminadas y que restaba por verificar la situación precisamente en Okinawa. Por entonces, los cálculos extraoficiales indicaban que en total podrían superar el millar con facilidad.
CONCLUSIONES DEL INFORME
El informe del CIQ contiene cinco conclusiones a las que se llegó después del realizado el análisis:
- No se ha encontrado un plaguicida en el estudio que esté en la lista de los plaguicidas monitoreados en los métodos del CIQ.
- Se observa una molécula presente en todas las muestras enviadas al laboratorio que contienen materiales de cultivos de trigo, frejol, maíz, abejas muertas, miel, polen, propóleo, suelos.
- La presencia de una molécula en todas las muestras de ensayo indica la presencia de un evento externo que ha cubierto toda la región de estudio, ya que no es posible que exista un compuesto común en material vegetal, insectos, suelos y productos apícolas.
- Si bien no se puede identificar la molécula, se observa que la misma tiene un espectro de masas con picos de referencia de 264, 222, 180, 83 m/z. La identificación de desconocido requerirá mayores estudios.
- Posibles razones por las cuales no se pudo identificar la molécula: no está en la lista de plaguicidas monitoreados; los métodos de análisis monitorean residuos de plaguicidas y no su metabolito; y el tiempo que pasó entre el incidente y la toma de muestras pudo haber llevado a la degradación del plaguicida y su impacto ambiental.
SÍNTOMA DE UN PROBLEMA MAYOR
El Director del Laboratorio Boliviano de Biota y Desarrollo dijo a Guardiana que lo sucedido en Santa Cruz puede ser el síntoma de un problema mayor que esté sucediendo con más intensidad en otras partes del país.
Jaime Rodríguez sugiere que se aumente la fiscalización sobre el uso de químicos en los cultivos y tener mayor control sobre quién los utiliza, si son aplicados en sus dosis correctas y que esos productos no sean empleados de manera combinada, en una práctica que puede causar otros efectos.
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