Por Guardiana (Bolivia)
Viernes 8 de octubre de 2021.- A la mujer de 40 años le brillan los ojos por las lágrimas contenidas al ver a su esposo coquetear abiertamente con una jovencita de 20 en la sala de su hogar donde realizan una fiesta con un grupo de amigos. Al finalizar el evento, ella intenta reclamar, pero el resultado siempre es el mismo. Ella está "loca", "imagina cosas" o "es muy insegura". Acepta el razonamiento de su cónyuge, prefiere no discutir y se retira a su habitación sin saber si debe llorar por el dolor o enojarse consigo misma por no tener la fuerza suficiente para defenderse. Esta escena corresponde a la película "Gaslighting" (Luz que agoniza) de los años 50, que cuenta la historia de un hombre que utiliza frases dulces y amables para convencer a su esposa de tolerar el maltrato y control que busca ejercer sobre ella. Y lo logra.
Esta historia no se queda en ficción. La violencia psicológica no solo se produce mediante insultos como muchas mujeres creen; sino también a través de consejos, argumentaciones u otros que más bien simulan ser protectoras de la víctima: "...te estoy dando este consejo para que no te critiquen"..."es por tu bien que te digo"..."si yo no te hago notar que esa ropa te sienta mal, nadie lo hará"..."nadie más que yo te va a querer con ese cuerpo, eres fea"...Además, los agresores tratan de que la víctima sienta que ella es la culpable de ser tratada de determinada forma: "Si te grito o te maltrato es por tu bien, es porque te quiero"..."si te grito es porque tú empiezas, tú provocas"..."me haces enojar y por eso me cuesta controlarme"..."si colaboras, te irá bien"...
La violencia psicológica es uno de los 16 tipos de violencia tipificados en el artículo séptimo de la Ley Integral 348 para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia. Sin embargo, no faltan las mujeres que no se percatan de que son víctimas de violencia psicológica. Y si se dan cuenta y presentan denuncia, la misma en muchos casos no avanza y el agresor no llega a ser sancionado.
Violencia psicológica: es el conjunto de acciones sistemáticas de desvalorización, intimidación y control del comportamiento, y decisiones de las mujeres, que tienen como consecuencia la disminución de su autoestima, depresión, inestabilidad psicológica, desorientación e incluso el suicidio.
Artículo 7 de la Ley 348, aprobada en marzo de 2013 en Bolivia
Si bien según la Ley 348, una persona que agrede física, psicológica o sexualmente a su pareja puede tener una sentencia de dos a cuatro años de cárcel, siempre y cuando no exista otro delito o se trate de agresiones graves, en los hechos normalmente por violencia psicológica no llega el agresor a pisar la cárcel para cumplir sentencia.
La abogada Silvia Velásquez explica que no hay prisión de manera efectiva por este delito, pero que en La Paz se ha visto que los fiscales que están a cargo del Ministerio Público han emitido órdenes de aprehensión y con la valoración psicológica se ha podido llevar adelante la detención preventiva de algunos acusados. "Se cumple la Ley 348, no es que no se cumple, pero pesan mucho la valoración y la pericia psicológica de la víctima que se pueda obtener en la etapa preparatoria".
¿Cuáles son los problemas o escollos que impiden que una demanda por violencia psicológica prospere? Verónica Miranda, fiscal de materia de la Fiscalía Especializada en Delitos de Razón de Género y Juvenil de la ciudad de La Paz, explicó a Guardiana que existen cinco dificultades para que una denuncia avance (las cinco primeras de la lista) y la abogada litigante Silvia Velásquez añadió dos que considera importantes como fruto de sus diez años de experiencia y que aparecen al final del siguiente listado:
1. Denuncias poco consistentes o abandonadas de entrada
2. Los casos que pueden resolverse en otra vía y no en la penal
3. El entorno de la víctima
4. La inestabilidad emocional de la víctima
5. El comportamiento del agresor durante el procedimiento
6. La burocracia
7. Falta de sensibilidad en algunos funcionarios de justicia
En general, se puede asegurar que no se sabe cuántas mujeres son víctimas de violencia psicológica en Bolivia. De hecho, las denuncias en ese sentido son pocas. Si en el año 2015 fueron registradas en total 9.526 denuncias por violencia psicológica por el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, este año la directora de la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales y en Razón de Genero, Pilar Díaz, informó a El Deber que en Bolivia, en los primeros cuatro meses de 2021, se reportaron 11.133 casos en delitos enmarcados en la Ley Nº 348. Sin embargo, ninguno de ellos es por violencia psicológica.
Veamos en qué consisten los problemas o escollos mencionados por ambas profesionales:
DENUNCIAS POCO CONSISTENTES O ABANDONADAS DE ENTRADA
La fiscal Miranda hace notar que en algunas oportunidades las víctimas denuncian violencia psicológica por una pelea "un poco subida de tono" en el hogar. "A veces presentan la denuncia, dicen que han sido insultadas y no vuelven más. Ni siquiera dan el nombre completo de su agresor".
Ya en varias ocasiones han sido explicados los motivos que podrían llevar a una víctima a desistir de su denuncia, entre estos el miedo al agresor, el haber decidido perdonarlo, las recomendaciones de familiares que piden que se le perdone, reflexionar sobre las consecuencias de una separación para las y los hijos (reflexión en la que muchas veces no se medita sobre la posibilidad de que la violencia aumente y la víctima pueda terminar muerta), etc.
La abogada Silvia Velásquez dice que para que se presente una denuncia por violencia psicológica, normalmente consideran que el maltrato verbal no debe producirse una sola vez, sino que debe ser sistemático. "Es decir que si una persona me insulta en un día, una sola vez, esto no puede ser considerado como violencia psicológica. Tiene que ser algo que la víctima viva día a día hasta que la agresión le provoque trastornos y recién la justicia lo considera causal de delito para que el caso sea investigado y amerite una pericia psicológica".
NO AGOTAN LAS INSTANCIAS
Según la fiscal, hay casos que pueden resolverse en otras instancias antes de recurrir a la vía penal. "Por ejemplo, hay parejas que están en proceso de divorcio y hay una pelea por los bienes, una división y partición, es decir son casos que se pueden resolver por la vía civil y la instancia penal debería ser el último recurso. Por lo tanto, no corresponde una denuncia por violencia psicológica".
ENTORNO DE LA VÍCTIMA
La fiscal también explicó que a veces la víctima tiene toda la intención de denunciar y protegerse de su agresor, pero el entorno que la rodea impide que una acusación formal prospere. "La misma familia le pide a la víctima que perdone a su agresor o el mismo agresor le pide perdón y entonces la víctima termina olvidando la denuncia. A veces esto se da por la dependencia sexual o emocional que existe".
A este problema también se le conoce con dos nombres: naturalización de la violencia en la sociedad y ciclo de violencia entre la víctima y el agresor. En el primero caso, la propia familia y amigos de la víctima tienden a ver la agresión como algo natural porque es probable que este tipo de situaciones las hayan presenciado en diferentes escenarios como si se tratara de procederes o actitudes normales cuando, en realidad, no es así porque la violencia en sus diferentes formas es un atentado a los derechos humanos. El segundo aspecto tiene que ver con el hecho de que hay mujeres que creen que el arrepentimiento manifestado por el hombre le llevará a este a no volver a agredir de forma alguna a su pareja y no es así. Esto ocurre, además, una y otra vez hasta que en algún momento al agresor se le va la mano y termina con la vida de la víctima. Es el ciclo de violencia.
LA ACTITUD DEL AGRESOR
Miranda también asegura que en algunos casos el agresor perjudica el proceso de la denuncia porque se niega a colaborar con la investigación. "El denunciado muchas veces se oculta, niega las acusaciones y hasta da direcciones falsas".
En los casos que se han dado en Bolivia, se ha podido evidenciar que cuando el agresor ostenta determinada posición social y poder económico, contrata los servicios de abogados que se dan modos para entorpecer cualquier demanda.
INESTABILIDAD DE LA VÍCTIMA
Miranda señala que la inestabilidad emocional de la víctima perjudica el avance de la investigación. "A veces vienen con todas las señales de que sufrieron violencia y al momento de tomarles la declaración, culpan incluso a los fiscales diciendo que queremos separarlas de su pareja. Al final, terminan justificando a su agresor".
BUROCRACIA
Velásquez identifica a la burocracia como uno de los serios problemas a la hora de presentar demandas y esperar que estas prosperen.
"Una vez que se identifica que hubo un delito, el tiempo preliminar de investigación, incluyendo la pericia y la valoración psicológica, debería durar unos ocho días, pero se extiende a 60 días o más", lamenta.
FALTA DE SENSIBILIDAD
Sobre la falta de sensibilidad, Velásquez indica que en algunas ocasiones, la agredida se aleja de su agresor para denunciarlo y éste comienza a acosarla, a amenazarla y los funcionarios de justicia solo le piden que pida una valoración psicológica para identificar si existe o no un delito. Ellas no sienten mayor protección y temen por su vida o la de sus descendientes y otros familiares. "No hay sensibilidad en los funcionarios, solo tratan a la víctima como si su caso no importara y la mujer agredida necesita una protección inmediata".
"NO ME DI CUENTA DE QUE ERA VIOLENCIA PSICOLÓGICA"
La psicóloga clínica y psicoanalista Cecilia Bandín explicó a Guardiana que cuando se habla de violencia psicológica, en lo primero que se piensa es en un insulto, palabras imperativas u hostiles. Resulta más difícil identificar a la violencia psicológica que viene de frases que aparentemente son amables e incluso que aparentan cierta dulzura o son fruto de comparaciones o actitudes que buscan que la víctima se sienta responsable de la situación.
"La víctima -ejemplifica la psicóloga- llega a convencerse de que eso (el maltrato) sucede por su culpa, que se lo merece y que está bien que suceda. Se convence de que la relación no avanza por su culpa. Para que la violencia pueda realmente presentarse, se necesita que una de las partes ejerza dominio sobre la otra (...) La persona deja de ser persona y es tratada como un objeto y recibe un trato no igual. La víctima se empieza a menospreciar, deja de hacer uso de sus derechos, sus valores y virtudes".
Lizeth, de 26 años, cuenta que sufrió de violencia psicológica cuando quien fue su novio intentaba cubrirle el ombligo cuando ella usaba una camiseta corta con la excusa de protegerla del frío.
"También me reclamaba que no le contestaba el celular, pero era porque estaba en clases y yo tenía miedo de que se enoje y trataba de justificar. Había control sobre mí, cada vez que salía tenía que reportarme al llegar a mi casa. No me di cuenta de que era violencia psicológica".
Nicole, de 25 años, asegura que los chicos no siempre insultan para maltratar, sino que utilizan otros "métodos". "Al principio son dulces y cariñosos, y con el tiempo van fusionando ese trato. digamos tierno. con el control para lograr lo que él quiere. Y al final lo logra porque con palabras bonitas te convence de que tu ropa está mal, que tus amigas no son buenas y así".
NO SER CÓMPLICE DEL PROPIO DOLOR
Bandín explica que es importante identificar la violencia psicológica tomando en cuenta que el agresor puede usar varias formas para ejercer control sobre la víctima. "La estabilidad emocional hay que construirla, eso nos permitirá analizar la realidad. No se debe minimizar ningún acto de violencia. Hay actos que el agresor quiere solucionar con una disculpa, pero una persona debe analizar qué cosas puede tolerar y qué cosas no".
Y si se identifica la agresión, la víctima puede avanzar, crecer y liberarse. Pero si la violencia psicológica se perdona, minimiza o justifica, "uno es cómplice de su propio dolor".
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