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Por Unicef (Bolivia)

Martes 27 de julio de 2021.- Según un sondeo de opinión U-Report realizado entre el 30 de junio y el 8 de julio a 368 jóvenes y estudiantes de secundaria, principalmente en áreas urbanas, la mitad de ellos (49.6%) señala que la mejor opción para continuar estudiando durante la pandemia Covid-19 debe ser semipresencial; es decir, asistir algunos días de la semana a clases en su unidad educativa y en otros continuar el avance académico de forma virtual a través de Internet.

U-Report es una herramienta digital de mensajería social y sistema de recopilación de datos desarrollada por Unicef para mejorar la participación ciudadana, informar a los líderes y fomentar un cambio positivo. Este 2021, la opinión y voz de adolescentes y jóvenes, a través de U-Report, estarán aún más presentes gracias a un acuerdo con la Confederación de Estudiantes de Secundaria de Bolivia (CESB).

En esta nueva consulta se les preguntó acerca de la continuidad del aprendizaje y hábitos alimenticios durante la pandemia.

Al parecer, la experiencia de vivir un año y cuatro meses bajo las restricciones propias de la pandemia que afectó el desarrollo escolar y humano de niñas, niños y adolescentes, tiene su impacto en esa población que expresa con mayor claridad sus reparos a las dificultades que implica la educación virtual.

En junio de 2020, otra encuesta de U-Report reveló que 93,2% de estudiantes encuestados expresaron críticamente que no están aprendiendo “nada”, “casi nada”, o “más o menos” con las iniciativas de enseñanza virtual que se aplican tanto en la enseñanza privada como estatal.

Rechazo a las clases virtuales

Hoy, el 49,6% de los estudiantes consultados considera que las clases deben ser semipresenciales, 28% respondió en favor de clases totalmente presenciales, y solo 21,6% aboga por pasar exclusivamente clases virtuales. Las dos primeras opciones suman más de 77 por ciento, evidenciando que los estudiantes de secundaria participantes, en su mayoría, demandan dejar la educación exclusivamente virtual.

A los que solo contestaron “semipresencial” se les preguntó: “¿Cuál crees que sería la mejor combinación?”. El 88,6% se ratificó en que debe haber clases presenciales combinadas con virtuales por internet y la posibilidad de combinar clases presenciales con apoyo de televisión y radio significan el 9,6% y el 1,8%, respectivamente.

Otra consulta fue: “¿Qué valoran más los estudiantes en la modalidad virtual?”. El 54,7% de los 368 estudiantes respondió que la flexibilidad en los tiempos, el 28,4% dijo “poder estar más tiempo en familia” y 16,9% contestó con la palabra otros.

A la inversa de lo anterior, se preguntó: “¿Qué es lo que menos valoran de la modalidad virtual?”. El 68.5% (casi 7 de cada 10) considera que el mayor problema de lo virtual es que es más difícil atender y aprender. El 13% respondió: “no estar con los amigos” y 9,7% dijo que se pasa demasiado tiempo en casa.

El 66,7% de quienes tienen acceso a internet se conectan a clases por celular y el 30% por computadora. El 80,2% dice ser el propietario del celular o computadora, el 17,9% indicó que el equipo es “familiar” y en porcentaje menor hay quienes dicen que acuden a prestarse un celular o computadora de un amigo o vecino (1,9%).

La alimentación deja mal sabor

Otra consulta abordada con los estudiantes es la siguiente: ¿Cómo fue su alimentación en este último año? El 43,1% respondió: “He comido más que antes”, el 35,5% que comió “igual” y un 21,3 % señala que consumió menos alimentos. Esto sugiere que dos de cada 10 estudiantes han visto reducida su nutrición o que han tenido cambios en su alimentación.  Al respecto, se consultó si el hecho de no ir a la escuela implicó un cambio en la alimentación, el 69,7% respondió que sí. Finalmente, 55,9% considera negativo ese cambio y 44,1% respondió que fue positivo.

Antes de la pandemia de la COVID-19, el estudio “Prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares y adolescentes en Bolivia”, realizada por el Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en el 2020, con apoyo del Ministerio de Salud y Deportes y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), reveló que el sobrepeso y la obesidad afecta a entre 3 y 4 de cada 10 escolares

En octubre de 2020, el Ministerio de Salud y Deportes declaró epidemia nacional de malnutrición por sobrepeso y obesidad en la población escolar y adolescente (Resolución Ministerial 442), e instruyó a todo el sistema de salud y actores involucrados tomar acciones de prevención abordaje y tratamiento.

La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para otras enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y accidente cerebrovascular, y diversas formas de cáncer.

El sedentarismo es una de las consecuencias de las restricciones establecidas por la pandemia, por eso se exhorta a las familias y las personas a prevenir esta epidemia manteniendo un peso saludable, mejorando sus hábitos alimenticios y realizando actividad física.

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