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Si tu hijo juega Free Fire, debería tener más de 18 años y jugar máximo tres horas al día

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Por Carlos Tellería para Guardiana (Bolivia), foto de pxhere.com

I Parte

En la primera parte de esta investigación se vio cómo la venta de cuentas del juego Free Fire se ha convertido en un negocio para jóvenes cochabambinos de entre 15 y 30 años, quienes usan las redes sociales para promocionar y negociar sus productos con el riesgo de ser estafados. En este nuevo mercado, se puede distinguir a cuatro tipos de comerciantes: farmers, revendedores, hackers e intermediarios, para los cuales el precio mínimo de una cuenta es 200 bolivianos y el más alto 8.000 bolivianos, dependiendo de las características que tenga.

Puedes leer la I Parte de esta indagación en el siguiente enlace: Hay menores en el negocio de cuentas de Free Fire con el riesgo de ser estafados

II Parte

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en un plazo de hasta 12 meses puede ser diagnosticada la adicción a los videojuegos en línea o fuera de línea. Este problema se caracteriza por un patrón de comportamiento persistente o recurrente que se refleja en la incapacidad de dejar de jugar, lo que repercute en la desatención al entorno familiar o de las amistades, a los estudios, al trabajo, etc. El jugador vive aislado y pierde la noción del tiempo.

Uno de esos videojuegos es el conocido Free Fire que en el último tiempo ha cobrado popularidad entre los videojugadores, muchos de ellos menores de edad; aunque la compañía que lo desarrolla, Garena, con sede en Singapur, advierte en sus términos de servicios que si una persona es menor de 18 años o no ha cumplido la mayoría de edad correspondiente al lugar donde reside, debe obtener el permiso de un padre o tutor legal para abrir una cuenta. En el caso de Bolivia, esto significa tener por lo menos 18 años.

A pesar de esta advertencia, hay menores de edad en Bolivia que son jugadores y, en algunos casos, han protagonizado situaciones en las que incluso tuvo que intervenir la Policía en problemas de desapariciones y sustracción de dinero.

¿Cuánto tiempo máximo debería jugar un adolescente al día? “Depende de la edad y del tiempo libre del adolescente, podemos hablar de entre una y tres horas diarias de uso”, sostiene el neuropsicólogo Daniel Rama y vicepresidente de Asociación Española de Psicología del Niño y Adolescente (APSNAE).

Trastorno mental, según la OMS

La OMS oficializó en enero pasado la inclusión de este tipo de adicción como trastorno mental por uso de videojuegos en la  Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) y da cuenta de algunas de sus características:

  • 1. La persona pierde el control sobre el tiempo que le dedica al juego y termina jugando varias horas al día.
  • 2. Termina dándole mayor prioridad al juego e incluso la cantidad de horas que le destina van subiendo en vez de bajar, anteponiéndose el jugar a otros intereses y actividades de la vida diaria.
  • 3. La persona sigue jugando a pesar de que incluso sabe que lo que hace tiene consecuencias negativas. El patrón de comportamiento es lo suficientemente grave como para dar lugar a un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento.
  • El patrón de comportamiento puede ser continuo o episódico y recurrente, y generalmente es evidente durante un período de al menos 12 meses para que se realice el diagnóstico; aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.
¿Por qué los juegos son adictivos?

Desconecta, un programa español de atención a adolescentes con adicción a las nuevas tecnologías, indica que los diseñadores de videojuegos quieren que los usuarios jueguen el máximo de tiempo posible y que tengan la “obligación” de hacerlo.

Esos juegos implican el cumplimiento de misiones diarias para acceder a los requisitos que se exige para tener un mejor personaje o superar niveles. Además, incorporan estrategias y recursos generalmente presentes en juegos de azar. Además, en el caso de juegos como Free Fire, son de fácil acceso y pueden ser descargados incluso en dispositivos móviles antiguos.

Otro factor de adicción es la dopamina, “el neurotransmisor conocido como la hormona de la recompensa (o el placer)”.

El portal de noticias médicas topdoctor.es indica que las causas de la adicción son diferentes en cada individuo y presenta una lista de posibles orígenes del problema:

  • Dificultad para gestionar los sentimientos.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Creencia de superioridad.
  • La retroalimentación que devuelven los videojuegos al subir de nivel.
  • Problemas laborales, escolares o en el hogar que le hacen buscar refugio en un mundo de fantasía. 
  • Depresión

El psicólogo español Marc Masip, líder del programa Desconecta, puntualiza que una adicción puede provocar  ausentismo escolar y un alto nivel de estrés y ansiedad. El jugador puede comportarse de forma irritable o agresiva. Ya no cuida su higiene, deja de salir de su casa y de tener relaciones sociales. Es posible que la comunicación intrafamiliar no sea buena; que el jugador tenga baja autoestima o no encuentre otras opciones de ocio sin tener una pantalla al frente.

El deber de padres y madres

Una investigación universitaria realizada en Ecuador en 2019 llegó a la conclusión de que la adicción a los videojuegos tiene su raíz en la problemática familiar.

"Un adolescente que carece de la atención de los padres –indica– es más propenso a sumergirse en el hábito de los videojuegos, en este caso el Free Fire".

Los investigadores agregan que el videojuego Free Fire es un medio de entretenimiento; sin embargo, los adolescentes que lo utilicen tienen que haber “pasado satisfactoriamente por todas las etapas de desarrollo cognitivo de Piaget, y sobre todo tener una edad de 16 años en adelante. El videojuego Free Fire está funcionalmente ligado al desarrollo cognitivo, no obstante, se requiere la sistemática orientación y acompañamiento familiar, pues hay que tener presente que la actividad afectiva también interviene y, es cuando eventualmente pueden surgir pensamientos y conductas adictivas que perturbarían el desarrollo de la personalidad en general".

Sin embargo, Garena, la compañía que desarrolló el videojuego, aclara en su página web que alguien menor de 18 años, o que no ha cumplido la mayoría de edad estipulada en el país donde reside, tiene que obtener el permiso de su padre o tutor para abrir una cuenta.

Fomentar otras actividades

El psicólogo español Masip dijo estar convencido de que lo primero que deben hacer los padres y las madres de un adicto es ocuparse de él, preguntarse por qué necesita pasar tanto tiempo en un videojuego. Deben fomentar otro tipo de actividades, que salga con sus amigos, que haga deportes, que aprenda idiomas, que no se quede encerrado en su habitación o en el baño, donde tiene privacidad.



Masip es partidario de la abstinencia total para solucionar el problema de la adicción y recomienda no dar concesiones como aquella de pensar en reducir el tiempo de videojuego para mitigar los riesgos. “Tu hijo tiene que jugar fútbol en la calle, al baloncesto con los amigos. Tiene  que tocar la guitarra, ser feliz, aburrirse, viajar, conocer gente, enamorarse, desenamorarse”.

¿Cosas buenas y malas?

Sin embargo, no todo parece ser malo. La investigación hecha en Ecuador rescata algunos puntos positivos de los videojuegos como la sociabilidad (interacción de hasta 50 jugadores en el caso de Free Fire), el trabajo en equipo, la capacidad de superación frente a las dificultades en el  juego.

Finalmente se destaca un “elemento rehabilitador” de las nuevas tecnologías que pueden ser aplicadas en el tratamiento de algunas alteraciones visuales como la ambliopatía refractaria (comúnmente conocida como el ojo vago o flojo).

Pero también se hace énfasis en lo malo: la adicción, la influencia negativa con las actitudes violentas hacia los rivales en el juego a quienes hay que eliminar o el sedentarismo y el consumo de comida chatarra.

El jugador es un solitario

Marc Masip no está de acuerdo con el concepto de sociabilidad que manejan los investigadores ecuatorianos. Opina que son los padres los que a veces tienen el falso pensamiento de que su hijo juega con otra gente y que, por ello, está socializando.

“Eso no es verdad –dice Masip–. El niño está jugando delante de una pantalla, solo en su habitación. Lo hemos vivido ahora con la pandemia. Los adolescentes necesitan salir, necesitan conocer, caerse, levantarse, aprender lo tangible que nos da  la vida real y que no te puede dar una pantalla”.

El psicólogo español destaca también el rostro amable de los videojuegos no violentos. “Es verdad que existen videojuegos que pueden ser positivos. Nosotros, por ejemplo, en el hospital a  los chicos con Asperger, con TEA, les dejamos jugar videojuegos porque creemos que es una forma de sociabilizar extraordinaria para este tipo de pacientes dada su rigidez y sus dificultades”.

Restricciones en China

Desde septiembre de 2021, en China está vigente una ley que recorta las horas de acceso de los menores de edad a los videojuegos en línea. En ese país solo pueden jugar tres horas a la semana, según el portal noticioso alemán Deutsche Welle.

Riesgos para menores con Free Fire

El hecho de que los videojugadores interactúen con personas desconocidas pone en riesgo a quienes son contactados o contactadas también mediante redes sociales. Guardiana recopiló casos de usuarios de menos de 14 años que pusieron en peligro incluso su integridad física.

NIÑA DESAPARECE Y LA HALLAN EN PERÚ. El 28 de abril de 2022, el Ministerio de Gobierno informó que una niña de 11 años fue rescatada de manos de una pareja que la había llevado hasta Arequipa, Perú. Fue captada mediante la red social Tik Tok y el juego en línea Free Fire. La menor había desaparecido dos días antes, en la ciudad de La Paz, y se conoció que fue captaba por un usuario de nombre MarcoCondori6.12, quien presuntamente es miembro de una red de trata y tráfico de personas. Una familiar recibió mensajes de un número telefónico de Perú en los que la niña pedía que le envíen dinero. Las fuerzas policiales de ambos países se movilizaron y dieron con la menor.

NIÑO ROBA USD 6.000. En febrero de 2022, un niño de 11 años le sacó a su familia seis mil dólares para comprar diamantes de Free Fire. Lo hizo inducido por el dueño de un punto de internet en Caranavi, en el departamento de La Paz. Este hombre de 22 años intimidaba al menor y a cambio de los billetes cargó diamantes por 8 mil bolivianos; aunque el valor de los dólares al cambio oficial es de 41.760 bolivianos. El hombre se quedó con 4.850 dólares.

NIÑA DESAPARECE DOS VECES. En noviembre de 2021, la Policía Boliviana informó de la desaparición, por segunda vez, de una menor de 13 años, identificada como Dulce Camila Q. M., de la ciudad de El Alto. Aquella vez fue encontrada en el departamento de Cochabamba. Su madre comentaba que Camila cambió su manera de ser cuando empezó a  jugar Free Fire.

ADOLESCENTE SACA OBJETOS DE VALOR DE SU CASA. El 2 de octubre de 2021, un adolescente de 13 años dejó su casa con una bicicleta y objetos de valor. Su familia dijo que el muchacho mostraba cambios en su comportamiento luego de jugar. Supuestamente fue captado por extranjeros y finalmente fue hallado en Ecuador, una semana más tarde.

En México, trata de personas

En octubre de 2021, tres menores de 11 a 14 años del estado mexicano de Oaxaca fueron rescatados de un grupo criminal que los había reclutado mediante el videojuego Free Fire y redes sociales. Al primero de ellos le ofreció un pago quincenal de ocho mil pesos (cerca de 405 dólares) a cambio de permanecer en un cerro en Monterrey y dar la voz de alerta si advertía la presencia de policías. En México a esos vigías se les conoce como “halcones”. El caso fue fue abierto por el delito de Trata de Personas en su modalidad de explotación laboral.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México difundió un decálogo de medidas preventivas, tras conocerse esos hechos en Oaxaca, según el diario Reforma. Estas medidas muy bien podrían ser usadas por quienes viven en Bolivia.

  • 1. No jugar ni chatear con desconocidos.
  • 2. Establecer horarios de juego.
  • 3. No utilizar cuentas de correo electrónico personal, sino generar nuevos para jugar.
  • 4. No proporcionar datos personales ni datos telefónicos ni datos bancarios.
  • 5. No usar micrófono ni cámara.
  • 6. No compartir ubicación.
  • 7. Reportar aquellas cuentas agresivas o sospechosas.
  • 8. Mantener la configuración de seguridad para los niños en los dispositivos, el que llaman control parental.
  • 9. En el caso de los menores de edad, jugar de preferencia bajo la supervisión de los adultos.
  • 10. Si se detectan estas conductas o algún tipo de acoso, violencia o amenaza en contra de las niñas, niños o adolescentes mientras juegan, se puede reportar a las autoridades.
Una muerte sospechosa en Honduras

El 25 de mayo de 2021, David Ávila Antúnez, de 16 años, murió por su presunta adicción al videojuego Free Fire. Según comentarios que hicieron familiares cuando exigían que se les entregue los restos del joven en la morgue de San Pedro Sula, norte de Honduras.

Su madre decía que David se volvió adicto a jugar, fue perdiendo el apetito y se volvió agresivo. No comía nada y solo quería pasar jugando (…). Ya no se podía hacer nada por él, empezó con unas calenturas y el dolor en sus ojitos. Yo lo llevé a los hospitales y clínicas y todos los doctores me decían que él estaba sano, pero no era cierto (…). Solo hacía señas como que estaba jugando el juego y al final falleció”, informó el portal oncenoticias.

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