Columnistas y analistas señalan que el año 2024 fue terrible para algunos y horrible para mucha gente, principalmente por los conflictos bélicos en diversas partes del mundo, múltiples catástrofes debido a que la naturaleza ya está comenzando a pasarnos factura por todo el daño producido desde el comienzo de la revolución industrial y por nuestra hambre de riqueza y poder.
Particularmente el año pasado para las bolivianas y bolivianos no fue nada halagüeño, por lo menos para la mayoría que sufrió por la crisis económica, donde el salario mínimo pasó de valer aproximadamente 340 dólares a 209 dólares, lo que pone en aprietos a quienes son asalariados para llegar a final del mes. La falta de combustibles, dólares e insumos hizo que fuera para muchos sectores económicos difícil sostener trabajos, empresas y actividades.
El nuevo año 2025 lo comenzamos como siempre con cierta esperanza de mejores días, por lo menos eso nos prometemos o nos autoengañamos para no mostrarnos lo difícil que será.
¿Cómo llegamos las y los bolivianos a este año del Bicentenario en lo que respecta al ejercicio de los derechos humanos?
Sería bueno recordar que con bombos y platillos el expresidente Evo Morales presentó la Agenda Patriótica 2020–2025, la misma que en la página web del Ministerio de Planificación señala en su parte introductoria: “El Año 2025 Bolivia cumplirá 200 años desde su fundación y como conmemoración a este futuro hito histórico, el Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, ha planteado 13 pilares para constituir la Bolivia Digna y Soberana, con el objetivo de levantar una sociedad y un Estado más incluyentes, participativos, democráticos, sin discriminación, racismo, odio, ni división”.
De entrada, podemos advertir mentiras y medias verdades, si bien a partir de la Constitución de 2009 se vislumbraba las bases para un futuro más prometedor, en cuanto a inclusión e igualdad de aquellos sectores mayoritarios de la población, podemos afirmar con total claridad que esto todavía está muy lejos. Los pueblos indígenas son todavía ciudadanos de segunda categoría, sin oportunidades o medios de desarrollo, apoyo económico para sus actividades agropecuarias o de subsistencia que les permita mejorar sus condiciones de vida y ni hablar de sus condiciones de servicios en educación y salud que siguen figurando entre las peores de la región.
Luego de la parte introductoria, en el documento se desarrollan los 13 pilares de la Agenda Patriótica, y podemos afirmar que casi ninguno los indicadores ha sido cumplidos. Veamos algunos temas claves extractados del señalado documento:
“En Bolivia se ha erradicado la pobreza extrema material y se ha reducido significativamente la pobreza moderada al año 2025”.
De acuerdo al Censo 2024, nuestro país cuenta con 11.312.620 habitantes, de los cuales según datos del INE, 12,5% se encuentran en situación de pobreza extrema, es decir que 1.414.077 bolivianas y bolivianos no llegan a contar con lo mínimo para subsistir, lo que produce rezago educativo, falta de acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad, espacios y servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación; en tanto que, la pobreza moderada es del 38%, es decir que 3,3 millones de compatriotas, en resumen la mitad de nuestra población, no satisface sus necesidades básicas.
“El 100% de las bolivianas y los bolivianos cuentan con servicios de agua potable y alcantarillado sanitario”.
No olvidemos que el acceso al agua potable es un derecho fundamental establecido en la Constitución Política del Estado, por lo tanto, plenamente exigible. Según datos del INE y del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, la cobertura de agua potable es del 86% y 64,4% de saneamiento básico en el área urbana y 69,7%, y 45,7% respectivamente en el área rural, las cifras más bajas de todo el continente americano.
Sin embargo, en este punto debemos llamar la atención en cuanto a las fuentes de agua que están siendo destruidas por efecto de la minería, los incendios forestales y el cambio climático, lo que ha traído serias sequías, y sobre las que las acciones gubernamentales fueron casi nulas.
“El 100% de las bolivianas y los bolivianos cuentan con servicios de salud. Los jóvenes, las niñas y niños, las abuelas y abuelos, las madres gestantes, todas las bolivianas y bolivianos gozan con alegría y felicidad de una atención de salud permanente y adecuada a sus requerimientos y necesidades. El acceso a los servicios de salud es un derecho humano que se cumple plenamente en Bolivia”.
Habrá que avisarles a todas las personas que van a dormir en las puertas de los centros de salud para obtener una ficha que este 2025 ya no tendrían que hacerlo, porque con mucha alegría y felicidad habrá atención permanente, adecuada a sus requerimientos y necesidades. O a la ciudadanía que espera por meses una atención o una cirugía, o que no puede obtener una diálisis, un trasplante o un tratamiento para el cáncer, que el 2025 esto se acaba.
Bolivia tiene la tasa de mortalidad neonatal más alta de Sudamérica, y la cuarta más alta de América Latina, nada de qué enorgullecernos.
“Bolivia ha logrado por lo menos triplicar las reservas financieras internacionales y contar con unas finanzas saludables con plena capacidad para asumir y responder a sus obligaciones crediticias, respaldar créditos y proveer recursos financieros suficientes para la inversión en el ámbito nacional”.
Este indicador lo dejo para que usted lector o lectora suelte una larga carcajada o, en su defecto, varias lágrimas, puesto que los efectos afectarán este 2025 y en el futuro más si no se revierte la problemática.
“Bolivia habrá consolidado un sector hidrocarburífero y minero con un significativo incremento de las reservas naturales de gas y de los recursos mineros y metales, garantizando que en su producción se utilicen las mejores tecnologías disponibles para prevenir, mitigar y remediar los daños causados y para restaurar los componentes y las zonas de vida de la Madre Tierra que resultan de estas actividades”.
¡Preocuparse mineros cooperativistas legales e ilegales! Este año su contaminación por mercurio en ríos y suelos debe finalizar. La destrucción de áreas protegidas y los efectos nocivos contra los pueblos indígenas de tierras bajas van a desaparecer.
Así podríamos continuar y continuar, viendo todos los objetivos trazados... La verdad, con un sentimiento de tristeza de todo el tiempo y los recursos perdidos por el masismo, que realmente tuvo la oportunidad de otorgarnos mejores días. Seguramente podrán defenderse, señalando que antes era peor, sí, puede ser, pero antes no se tuvo el dinero, el apoyo político y social, y la impronta de una población que tenía esperanzas y ganas de cambios significativos. Ahora tendríamos que pedirles que rindan cuentas utilizando esta Agenda Patriótica.
Lo más preocupante es que en este año del Bicentenario que empezamos, con aires electores, seguramente muchas y muchos de los candidatos potenciales comenzarán a ver todas estas problemáticas, pero es probable que no cuenten con los medios para ahora sí intentar lograr estos objetivos.
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