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Las vacunas en general evitan la muerte anual de 2.5 millones de niños en el mundo. Antes de su uso son rigurosamente estudiadas para su aprobación como ningún otro medicamento que usted suele usar en sus hijos. Sin embargo, tal vez usted no sabe que los medicamentos antitusivos y antigripales no mostraron en los ensayos clínicos ventaja alguna frente a la opción de no usar ningún medicamento, es más, sus efectos adversos pueden ser peligrosos. Pero, con seguridad, le recetaron más de una vez o usted mismo los adquirió sin receta alguna en la farmacia de su barrio (algunos de ellos tienen componentes derivados de la morfina como la codeína o el dextrometorfano, por lo cual están totalmente contraindicados en menores de dos años). También es posible que desconozca que los únicos medicamentos autorizados contra la fiebre y dolor en niños son el ibuprofeno y el paracetamol, pero le fueron prescritos otros prohibidos por la investigación en pediatría y finalmente es posible que sus niños hayan recibido antibióticos más de una vez por problemas infeccioso virales donde no tienen ninguna utilidad. Así podría escribir un artículo completo sobre fármacos innecesarios para varias dolencias. Es obvio, no existen movimientos contra este tipo de incoherencias, por lo cual cualquiera de estas conductas erradas puede parecer normal.

Lamentablemente, sí existen movimientos antivacunas que generan desconfianza en las vacunas, siendo los fármacos más rigurosamente estudiados antes de ser aplicados, pero, claro, es más fácil creer al post o videos de YouTube de un montón de locos que proliferan cada vez que una vacuna nueva es lanzada. No solo eso afecta la adherencia a vacunarse o vacunar a las y los hijos, sino también la ignorancia, el descuido, la desidia, donde primero está el temor a poder beber y vacunarse porque el fin de semana se tiene un acontecimiento social o la excusa de un poco de dolor y fiebre transitorios.

Déjeme contarle que las y los niños de tan solo dos meses de edad reciben ocho vacunas en un mismo día y gracias a eso la mortalidad infantil se ha reducido de forma importante en este país y otros países.

Es obvio que a estas alturas usted ya descartó la posibilidad de convertirse en “hombre lobo o magneto”, ya que después de más de 7.000.000 de dosis de vacunas contra Covid-19, aplicadas en nuestro país, hasta el momento ninguno de sus vecinos vacunados aúlla en su barrio cuando hay noches de luna llena.

Después de esa catarsis irónica necesaria frente a tanta gente que siembra la desconfianza hacia las vacunas, déjeme contarle que el primer caso de enfermedad por coronavirus pediátrico (Covid-19) se confirmó en Shenzhen, China, el 20 de enero de 2020. Al comienzo del brote, la Covid-19 era más común en adultos que en niños y adolescentes, y la tasa de casos pediátricos confirmados fue relativamente menor. Sin embargo, a medida que se iniciaron las pruebas de detección en más regiones mientras se extendía el brote, el número de casos de infección pediátrica aumentó significativamente. Actualmente sabemos que los niños de todas las edades son susceptibles a infectarse por el virus pandémico. Aunque la enfermedad tiende a ser más leve que en los adultos, algunos niños pueden cursar con enfermedad grave cuando tienen enfermedades subyacentes como obesidad, diabetes o asma. Pero es importante destacar que los niños pueden ser eficientes transmisores de la infección, perpetuando la circulación del virus si no consiguen inmunidad natural (por enfermedad previa) o por vacunación. Existe una forma muy grave de Covid-19 en niños denominada Síndrome Inflamatorio Multisistémico, que se presenta principalmente en chicos de edad escolar (de 5 a 12 años), estos tienen más probabilidades de necesitar tratamiento en una unidad de cuidados intensivos, y sus síntomas incluyen afectación grave de órganos importantes como el corazón, riñones, hígado, etc.

El 27 de mayo de este año Pfizer BioNTech publicó el primer ensayo clínico en chicos de 12 a 15 años en más de 2.000 adolescentes, donde en la mitad de ellos se administró la vacuna y a la mitad se le administró placebo (agua destilada). Después de una semana de la segunda dosis no se presentó un solo caso de Covid-19 entre los vacunados y se presentaron 16 casos entre los no vacunados, por lo cual se menciona que la eficacia de la vacuna en este grupo etario es de 100 por ciento. El seguimiento durante dos meses después de la vacunación no encontró efectos adversos graves, solamente los usuales (fiebre, dolor en el lugar de aplicación por un par de días). Esta investigación dio luz verde para que desde junio la FDA (Food and Drug Administration) y el Comité Asesor de Vacunas de los Estados Unidos den la autorización de emergencia para la vacunación de chicos de 12 a 15 años. Los países ricos tienen la fortuna de haber administrado ya millones de dosis, mientras en Bolivia comenzamos hace unas semanas y esperamos que exista adherencia y responsabilidad de las madres y padres de familia, ya que requiere un consentimiento informado para poder recibir las dos dosis de Pfizer. Probablemente el próximo 2022 esto permitirá a los jóvenes el retorno a clases y actividades normales como el deporte, reuniones, etc.

Los científicos no han parado y han continuado ¿ estudios en menores de 5 a 11 años, el ensayo clínico en más de 2.000 niños, donde en 1.305 niños que recibieron la vacuna hubo 3 casos de Covid-19 y entre 663 niños que recibieron el placebo, se presentaron 16 casos de Covid-19 , concluyéndose que tiene una eficacia para prevenir la enfermedad sintomática de 91 por ciento. El 2 de noviembre, los resultados fueron presentados ante la FDA y el comité asesor de vacunas, los cuales votaron por unanimidad para el uso de emergencia en niños de 5 a 11 años. La formulación es de un tercio de la dosis de adultos o adolescentes y lo importante es que puede colocarse junto a las otras vacunas de rutina, solo que en sitios diferentes.

Algunos países por decisión propia y con autorización de sus ministerios de Salud decidieron vacunar a niñas y niños de más de seis años (vacuna coronavac), por ejemplo, Chile. Otros que se sumaron a la vacunación en pediatría son El Salvador, Uruguay, Emiratos Árabes, Colombia, Panamá y Argentina, entre otros.

Actualmente hay varios estudios de vacunas contra Covid-19 en curso que están incluyendo a niños desde los seis meses de edad. Algunos de ellos finalizarán en el primer trimestre del 2022, por lo cual es probable que el próximo año los niños más pequeños reciban autorización para vacunarse contra Covid-19.

¿Pero por qué vacunar a niños y jóvenes si en ellos la enfermedad es más leve y tiene menos riesgo de internación? Pues si bien la enfermedad es leve y la probabilidad de quedar gravemente enfermo durante la infancia es reducida, las justificaciones son las siguientes:

  • Una vacuna contra Covid19 puede evitar que un niño contraiga y propague el virus a otras personas de su familia. Mientras el virus circule, seguirán apareciendo mutantes más agresivas.
  • Algunos niños pueden enfermar gravemente: obesos, diabéticos y asmáticos. Uno de cada 3.200 casos en niños puede complicarse con el Síndrome Inflamatorio Multisistémico que puede llevarlo a terapia intensiva con alto riesgo de morir.
  • La vacuna contra Covid-19 también puede ayudar a mantener a los niños en la escuela y participar en deportes y otras actividades grupales normales de manera más segura.
  • Un estudio reciente indicó que el resultado de los niños ingresados ​​en el hospital por Covid-19 agudo es peor en los países de ingresos bajos y medianos que en los países de altos ingresos (tasas de letalidad 0.29% vs 0.03%)

Finalmente, porque algún día tenemos que volver a la normalidad y esta enfermedad ya causó demasiadas muertes, ha dejado a muchos niños huérfanos, los alejó de las escuelas, del deporte y de toda normalidad, actividades necesarias para el desarrollo normal de un niño.

¡¿No aprendimos nada?!

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