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¿Por qué Lidia Patty Mullisaca ejecuta acciones tan certeras y convenientes para su partido? ¿Quién es esta mujer que pisa tan fuerte en el MAS? ¿Por qué ahora todos tenemos que temblar ante la posibilidad  de que blanda ante nuestro rostro su dedo acusador? Te señala y la mala hora se ha cernido sobre ti y sobre tu familia. 

Nació el 6 de julio de 1969, por lo tanto tiene 51 años y está pronta a cumplir 52.  La verdad es que es una mujer no tan otoñal; aunque tal vez las inclemencias de la vida la hayan avejentado (bueno, a mis ojos). Algo le pasó en el rostro, quizás una caída desafortunada, un golpe de algún agresor o agresora, que le averió la nariz, restándole cierto atractivo (nuevamente, a mis ojos). En todo caso, es una huella de una vida difícil.

En el portal de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia se lee que pertenece a la Nación Kallawaya Organización Bartolina Sisa. Su lengua es el quechua. Fue concejal del municipio de Charazani, provincia Bautista Saavedra, y Secretaria de la Federación de Mujeres Bartolina Sisa, La Paz. También se menciona que fue educadora en Sedeges (Servicio Departamental de Gestión Social), institución encargada de la atención a la población más vulnerable, como mujeres en situación de violencia y adolescentes infractores. Por un momento, por ese cargo de educadora en Sedeges, creí que era maestra rural quizás, pero ella misma aclara, en otro portal, que “nuestro colegio y universidad es la dirigencia”. Probablemente, entonces, por muchos indicios, no haya completado la educación escolar. De haber salido bachiller, ese dato constaría en algún lugar de su currículum y no.

 Llegó a la Asamblea Legislativa Plurinacional como diputada uninominal en la anterior gestión, apenas como suplente de José Manuel Canelas Jaime; probablemente, incluso, para cumplir con la formalidad de la alternancia, varón, mujer, etc. Luego, el año 2018, ya fue diputada titular,  a raíz de la renuncia del titular que juró ese año como viceministro de Planificación y Coordinación.

Lo cierto es que  no se recuerda ninguna intervención especialmente memorable de esta diputada durante la gestión de Evo Morales. Tampoco en las redes figuran sus participaciones, sino hasta marzo de 2019, en la que exige sanciones por un feminicidio ocurrido en la provincia Franz Tamayo.

Durante la presidencia constitucional transitoria, Lidia Patty emergió como una figura cada vez más poderosa y con mayor presencia mediática. Primero, en mayo de 2020, Patty fue parte de esa población que era totalmente incrédula con relación a la existencia del Covid-19. “Ver para creer”, decía. Y cuando vio que murió un alcalde de la región del trópico cochabambino, Aurelio Rojas, recién recomendó a los bolivianos que tuvieran cuidado con la enfermedad: “No hay que hacerse la burla de las enfermedades, no hay que escaparse. Cuando uno escapa de las enfermedades, peores cosas pasan. Hay que tener cuidado”.

El 6 de junio de 2020, Patty comenzó a cobrar una inusitada relevancia. Presentó un proyecto de ley de arraigo para autoridades y evitar la fuga “de quienes estén involucrados en hechos de corrupción”. Ella declaró: “Se pueden escapar quienes están involucrados en todos estos actos, ministros, viceministros e incluso la Presidente transitoria, entre otros”. Claro está que fue prontamente aprobada esa ley de arraigo automático por los dos tercios del MAS en la ALP. Ya se iba tejiendo la telaraña para dejar atrapada a la “Presidente transitoria” (así lo dijo Patty). Si cabe mayor protagonismo, el 20 de agosto de 2020, Patty exigió la anulación de la clausura del año escolar y puso una zancadilla al entonces Ministro de Educación.

Ya con la asunción al poder del binomio Arce-Choquehuanca, la figura del Patty se fue convirtiendo en una alargada sombra para fines de persecución a opositores del MAS. En diciembre de 2020, Patty solicitó la aprehensión preventiva de Luis Fernando Camacho en el marco de la demanda  que interpuso. Ella dijo: “Sí, eso es lo que nosotros hemos, como ya ha sido admitido penalmente, tiene que ser, porque esto es de terrorismo y sedición, cuando es terrorismo y sedición tiene que actuar el fiscal inmediatamente, eso es lo que harán los fiscales, tienen que actuar en este momento, eso es lo que yo he planteado y tienen que hacer”.

Luego, sus denuncias se dirigieron hacia Jeanine Áñez y sus colaboradores, “porque nuevamente estaban articulando desestabilizar a nuestro país, según mensajes que estaban empezando a hablar”, dijo. Y, ya sabemos, Áñez está en la cárcel. Está en la cárcel y luego se verán los cargos.

Ahora, nuevamente, volvemos a la pregunta: ¿Qué motiva a Lidia Patty a tan frenética actividad de proyectos de ley y denuncias tan convenientes para el MAS? ¿Obra por decisión propia? ¿Redacta ella los documentos? ¿Le guía el libre albedrío para esa saña y gusto por la persecución? ¿O ella misma es víctima de persecución?

Me inclino por lo último. Salió a luz que ella está también salpicada por el escandaloso caso del Fondioc (Fondo de Desarrollo Indígena, Originario y Campesino). En el año 2015, la Contraloría General del Estado detectó 153 obras no ejecutadas en beneficio que quienes más lo hubieran necesitado: los pueblos indígenas históricamente postergados. Adquisición fraudulenta de ovejas comunes y corrientes como si fueran de “cara negra”, invención de pueblos fantasma, dilapidación de los recursos para provecho propio, etc.

Se conoce que la exdiputada —ahora devenida en una suerte de inquisidora que envía a la hoguera judicial a los caídos en desgracia—  recibió 1.491.178 bolivianos para dos proyectos productivos en su provincia Bautista Saavedra, de La Paz, para su gente, para los suyos. Se trata de un poco más de 214 mil dólares, que preveían producción de miel y de tomate en invernaderos. Total, se trataba de interesantes proyectos que tal vez hubieran mitigado en algo la pobreza de la región, pero algo sucedió que se truncaron. El dinero, derrochado. En exactitud, al parecer, tal vez nuestra moderna inquisidora no recibió el dinero ella misma, sino los representantes administrativos o quién sabe. Le daremos el beneficio de la duda y admitamos que sea una “víctima”, como ella se ha declarado. Fueron otros los delincuentes que se burlaron del dinero público, pero ella era la representante legal para ambos proyectos.

Ahora bien. Me permito conjeturar que Patty está atrapada. O hace lo que se le indique que haga o, de lo contrario, estará con arresto domiciliario tipo Achacollo o algo peor. Y, para esos fines que sirven al MAS, la exdiputada es la figura ideal. Si se le objeta algo, violencia contra la mujer. Si se le sigue incordiando, racismo y discriminación por su condición de mujer indígena. Si se menciona que apenas puede hilar dos frases en castellano, peor. Si se insinúa que acaso sea iletrada o mediamente iletrada, racismo irredento. Si se pone en duda su libre determinación, ya uno mismo se habrá echado la soga al cuello.

De momento, Patty está poderosa. Sin embargo, puede suceder que una vez que haya servido a los propósitos de un poder superior al suyo, luego la dejen caer. Y pueden caerle muchos juicios. Pero, vamos, ya habrá hecho lo que se le ordenó. 

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