0

Las consecuencias humanas de las dos guerras que se libran en estos días entre Rusia y Ucrania y de forma más reciente Israel vs. Palestina socaban el futuro y dejan a miles de  heridos y muertos, sin mencionar que también sin techo, comida, salud o educación.

A menudo se piensa en el futuro como algo lejano, definimos nuestras metas para lograrlas en un lapso de tiempo determinado y dedicamos nuestras vidas a perseguir esos propósitos. No obstante, ante los conflictos sociales, bélicos, la violencia, la crisis económica y los problemas medioambientales parece incierto pensar que ese futuro llegará si la humanidad no siembra buenas semillas, sino tormentas.

En medio del caos político y la crisis humanitaria que supone la pérdida de vidas humanas, víctimas de esos conflictos bélicos, es necesario interpelar a sus protagonistas, a los y las ciudadanas desde este recóndito país mediterráneo al otro lado del mundo.

Baudillard y Kauf (2001, p. 48), en su obra La Guerra del Golfo no ha tenido lugar afirman, que la información la que no hace más que inventar el acontecimiento y comentarlo artificialmente.  “El público acepta en el fondo atemorizarse, dejarse aterrorizar levemente por los montajes bacteriológicos, pero manteniendo una indiferencia bastante profunda hacia la guerra” (2001, p. 50).

Me pregunto, ¿será cierto? ¿Hemos naturalizado la violencia, la ira y la guerra como un mal necesario admisible debido a la intolerancia racial, religiosa, intereses económicos y geopolíticos? Ya no importan los niños y niñas que mueren a diario, las mujeres violentadas en medio de los conflictos, la migración frenética o los periodistas asesinados en medio de la cobertura periodística. Estamos tan distraídos en sobrevivir que hemos olvidado el dolor ajeno, la muerte y la desesperación de quienes no deciden, de quienes aguardan ayuda humanitaria, alguna tregua, algún instante más para vivir.

El 24 de febrero de 2022 cuando las fuerzas rusas comenzaron la invasión de Rusia a Ucrania, estremeció que una potencia nuclear intentara conquistar un país vecino en un acto de agresión no provocado. Las consecuencias de esa guerra fuera de Europa, son económicas. La invasión y el anuncio de sanciones sacudieron los mercados financieros occidentales y asiáticos que ya habían sufrido por la pandemia por Covid-19, los precios de los alimentos y los combustibles subieron, lo que provocó una crisis al costo de vida (Esglobal, 2023). A la pandemia y la crisis económica se sumaron el cambio climático y la inseguridad alimentaria, todos estos factores están afectando a países vulnerables como el nuestro.

Desde tan lejos sólo imaginamos la desesperanza, pero la poca información que nos llega viene sesgada o censurada son verdades a medias o “políticamente correctas” sobre quien es el villano y quién el héroe. Villanos son quienes impulsan la guerra, víctimas son todas las personas atrapadas en medio de esos conflictos. El dolor ajeno es el “espectáculo” que nos mueve a compartir en redes sociales el morbo, pero no creo que esa sea la solución.

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, la cifra de personas que han muerto en el conflicto es difícil de estimar y los balances varían según el organismo o el Gobierno que ofrezca los datos. Entre la población civil, Naciones Unidas ha podido verificar 18.955 víctimas civiles en el país: 7.199 muertos y 11.756 heridos. Al menos 438 de los fallecidos eran menores: 226 niños, 180 niñas y 32 de sexo desconocido, según sus datos (RTE, 24/02/2023).

En los medios de comunicación y en las redes sociales circulan versiones contradictorias, desinformación y discursos de odio. A principios de diciembre del 2022, el asesor presidencial de Ucrania, Mykhailo Podolyak, admitió entre 10.000 y 13.000 bajas en su ejército a una cadena de televisión ucraniana. Sin embargo, a finales de marzo de 2022, un general ruso destacó que "las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania han ascendido a alrededor de 30.000 efectivos, de los cuales 14.000 han fallecido" (RTE, 24/02/2023).

Funcionarios estadounidenses citados por el diario New York Times aseguraron que desde febrero de 2022 la invasión rusa en Ucrania ha dejado medio millón de muertos y heridos en ambos bandos, con un fuerte incremento de las bajas desde el inicio de la contraofensiva de primavera lanzada por las fuerzas de Ucrania (DW, 18/08/2023)

Por otro lado, el conflicto israelí-palestino de octubre de 2023 es conflicto bélico complejo y de antigua data. La guerra en curso comenzó el 7 de octubre de 2023, mientras los israelíes festejaban la fiesta de Sucot, cuando grupos armados de milicianos palestinos, principalmente de Hamás y la Yihad Islámica Palestina lanzaron un gran ataque contra Israel desde la Franja de Gaza con cohetes y vehículos transportados que mataron a cientos de civiles israelíes. Israel respondería poco después con una operación militar denominada Espada de Hierro que incluyó bombardeos e incursiones militares contra Gaza y declaró estado de guerra (EFE, 9/10/2023).

La Comisión Europea ha anunciado la apertura de una investigación a la red social X (anteriormente Twitter) por la supuesta difusión de desinformación y contenidos violentos en relación con el conflicto entre Israel y Hamás. El número de víctimas asciende a 1.300 muertos y 3.200 heridos en Israel; y 1.537 muertos en Gaza y más de 6.000 heridos, en especial niños, niñas, mujeres y ancianos (El País, 12/10/2023).

En ambos casos se están produciendo violaciones al derecho internacional humanitario. Una Comisión de Investigación de Naciones Unidas declaró que ha estado “recopilando y conservando pruebas de crímenes de guerra cometidos por todas las partes” desde que comenzaron los enfrentamientos la semana pasada (Los Ángeles Times, 13/10/2023).

Según Oxfam (2023), la guerra siempre significa el sufrimiento de la población civil. El gran número de personas que pierde sus hogares, sus escuelas, sus empleos, sus hospitales y, en definitiva, sus vidas van en aumento. En los conflictos de hoy en día se está infringiendo el derecho humanitario internacional más básico con el fin de conseguir ventajas en el campo de batalla.

Lo evidente es que ambas guerras ya han derivado una crisis humanitaria para sus poblaciones, afectando a los derechos humanos de la población civil prisionera en medio de los bandos enfrentados. Si los gobiernos no protegen a su población, no sirven. Los discursos y posiciones radicales no ayudan a salvar vidas ni frenan la violencia.

No existe un futuro sin tolerancia y respeto hoy. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) es un documento que sirve de plan de acción global para la libertad y la igualdad protegiendo los derechos de todas las personas en todos los lugares. Al parecer muchos líderes políticos en el mundo lo han olvidado.

______________________

TE INVITAMOS A SUSCRIBIRTE DE FORMA GRATUITA AL BOLETÍN DE GUARDIANA

Recibirás cada 15 días el boletín DESCOMPLÍCATE. Incluye INFORMACIÓN ÚTIL que te ayudará a disminuir el tiempo que empleas para resolver trámites y/o problemas. Lo único que tienes que hacer para recibirlo es suscribirte en el siguiente enlace: https://descomplicate.substack.com/subscribe?


Si tienes dudas, escríbenos al WhatsApp 77564599.

Milei, ¿un peligro para los derechos humanos?

Noticia Anterior

Una perspectiva sobre “Mercenarios Digitales”

Siguiente Noticia

Comentarios

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *