0

Por Sergio Julián Gómez

Jueves 21 de abril de 2022.- Urbano García Alonso, director de Innovación y Digital de RTVE, aborda en una extensa conversación el presente y futuro de la radiotelevisión pública, el cual girará en torno a una estrategia transversal que pondrá en el centro al usuario y en el que la fidelidad tecnológica o visual no será tan relevante.

La pandemia ha marcado un antes y un después en la innovación tecnológica. La consolidación de nuevos canales de distribución así como de creación de contenidos ha hecho que la calidad en términos visuales ya no se encuentre como prioritario entre los equipos de ingeniería de las televisiones. Dos años son un mundo; más aún, si entre medias se ha producido un replanteamiento de estrategias a raíz de una situación inédita en nuestra historia contemporánea.

Urbano García Alonso
Urbano García Alonso, director de Innovación y Digital de RTVE.

Los canales alternativos de contenido audiovisual, así como plataformas VOD en todas sus dimensiones, consumidos desde todo tipo de dispositivos móviles, brindan un nuevo terreno de juego. Las televisiones comienzan un camino para convertirse en generadores de contenidos para todo tipo de públicos y ventanas, dejando a la lineal como una ventana más de tantas otras. Por otro lado, la baja fidelidad visual que arrastran conexiones como las videoconferencias parece no importar a un usuario acostumbrado a informarse o ver contenidos desde una pantalla de apenas 6,5 pulgadas.

A día de hoy, los esfuerzos de innovación pasan por adaptarse a esta nueva mentalidad digital first y en implementar todo tipo de recursos organizativos, técnicos o de nuevos modelos de negocio. Para ello, la innovación será una herramienta imprescindible, ya sea con procesos de IA que agilicen o automaticen procesos; con tecnología 5G, para ofrecer una ubicuidad y rapidez de acceso inaudita (y a bajo coste); o con la optimización de plataformas como RTVE Play, preparadas para convertirse en auténticos ejes del ecosistema mediático público español y de habla hispana.

RTVE es la gran empresa pública española de medios de comunicación de ámbito estatal. La integran TVE, con siete canales de televisión; RNE, con seis cadenas de radio; la web RTVE.es, el Instituto RTVE y la Orquesta y Coro.


De televisión a factoría multimedia

Actualmente, ¿cómo está organizada RTVE en términos de innovación?

Ahora mismo, nuestra estructura incluye una parte de innovación tecnológica que dirige el propio Pere Vila, y una parte de innovación y digital. Nuestro objetivo en esta segunda dirección es coordinar todos los procesos innovadores que se producen dentro de la empresa, orientar nuestra transformación digital y difundir con un carácter transversal a toda la organización un cambio de cultura corporativa. Uno de nuestros objetivos es encauzar nuestras operaciones hacia los nuevos usos y consumos de la comunicación, teniendo al usuario en el centro de la actividad con lo digital y lo móvil como neurálgico.

Buscamos interiorizar la necesidad de transformación que el propio presidente expresó vía interna al poco tiempo de comenzar a liderar la Corporación. Suelo decir, un poco en broma, que la máxima aspiración de esta dirección es dejar de existir en poco tiempo. Eso implicaría que tanto la innovación como lo digital están tan infiltrados en la organización que no sería necesario que esta transformación sea dirigida.

¿Cuál es el diagnóstico que han hecho, en términos de transformación digital, de RTVE?

Partiendo del análisis del ecosistema mediático en el que estamos, que es muy voluble, cambiante y existen cambios de paradigma evidentes tanto en la producción como en el consumo audiovisual, tenemos la necesidad de conseguir que una empresa de este volumen pueda adaptarse con rapidez a los cambios que se están produciendo en el mercado.

Hasta ahora, hemos sido una empresa broadcast de radio y televisión que, además, penetraba en el ámbito digital. Ahora tenemos la necesidad de que nuestro core sea digital. Dentro de esa actividad, se incluirán las habituales de televisión y de radiodifusión. Para ello, creemos claramente en un proceso de innovación que sea inside-out: creo que no innovan o no innovamos los directivos presuntamente “iluminados”, sino los compañeros que están fascinados, seducidos o motivados por una idea o un proyecto. Y ese proyecto creo que es tan sencillo como continuar siendo relevantes para la sociedad española en general y ocupar un papel distinto al que hemos tenido hasta ahora. Es decir: pasar de ser una empresa convencional broadcast de radiotelevisión a ser una factoría multimedia que genere contenidos para todos los soportes, formatos, dispositivos, plataformas y grupos de edad.


Persiguiendo la relevancia

¿Qué pasos debe dar RTVE para reducir esa distancia entre lo que actualmente es la corporación y lo que debe ser para “seguir siendo relevantes” en plena transformación digital?

Para poder realizar este camino, lo primero que tenemos que hacer es escucharlos. Por ello, pusimos en marcha la campaña “La gran consulta”, la cual no tiene precedente alguno en nuestro país. En cualquier caso, consideramos que para lograr esa relevancia es imprescindible alcanzar transversalidad, que es estar presentes en todos los procesos y estructuras, así como derribar los silos verticales: televisión, radio y digital/medios interactivos. De esta forma, podremos inocular ese gen innovador y digital en cualquier área y ámbito de la corporación.

Uno de nuestros principales ámbitos de estudio, análisis e implementación es la participación de la audiencia para que se convierta, verdaderamente, en una comunidad. Estamos en un momento en el que se lucha por la atención y por la confianza, pero también por la fidelización. Y nosotros tenemos un problema, y es que cuando el público sale de Clan, la audiencia se nos va y no vuelve casi hasta la madurez. Ahora, nuestro target son todos los públicos: una audiencia que es móvil, social y ubica nos obliga a que nuestra percepción, productos y servicios sean móviles, sociales y ubicuos.

Ha mencionado el término “participación”. ¿Lo diferencia de la interacción? ¿La interacción es necesaria en un ámbito como la televisión?

A estas alturas, creo que tenemos claras dos cosas. En primer lugar, que tenemos que ser un medio de comunicación 360º. Para nosotros es muy importante que la historia que manejemos tenga una resonancia emocional y que con ella podamos llegar al público a través de cualquier plataforma y lenguaje. El concepto de radiotelevisión se ha quedado obsoleto y ahora tenemos muchas ventanas para ofrecer todo tipo de historias. También tenemos clara otra cosa: en estas circunstancias, solo van a sobrevivir aquellos medios que mantengan una conversación permanente, activa y directa con la audiencia para convertirla en comunidad. Antes, la participación se reducía en que una persona llamaba a la centralita de RTVE y manifestaba su opinión negativa o positiva sobre el programa que se estaba emitiendo en ese momento. Ahora, vía redes sociales o creación de contenido, el concepto de participación es muy amplio.

Hemos tenido ejemplos recientes como el Benidorm Fest. En él, ha participado una comunidad que teníamos prácticamente adormecida y que nos ha funcionado muy bien en diversas plataformas. Creemos mucho en ese concepto amplio que va incluso desde la propia gobernanza de nuestro medio hasta la participación activa en la producción de contenidos.


El dato como verdadero medidor de audiencia

A este respecto, ¿RTVE está considerando implementar mecanismos para realizar un mayor control, revisión o manejo de las sugerencias que pueden llegar a través de las redes sociales?

Así es. Estamos intentando profundizar en esa monitorización. Todos conocemos que los datos de audiencia están muy en el candelero y son muy polémicos porque no se encuentra la fórmula para hacer un registro real de esta audiencia multimodal que tenemos en la actualidad. Pero lo cierto es que estamos en el imperio de los datos.

Una forma que tendremos para conseguir datos directos de la audiencia será a través de la actualmente denominada RTVE Play, una plataforma que ha tenido una evolución rápida y apresurada, pero con muy buena voluntad con motivo de los pasados Juegos Olímpicos. Nuestra evolución llevará a que esta plataforma continúe adelante y que, en unos años, toda la compañía esté trabajando en pro de volcar los contenidos allí. Con el creciente registro de usuarios podremos tener más datos con los que tomar decisiones. Al final, el dato es fundamental para conocer realmente qué quieren los españoles, qué reivindican, qué necesitan y cómo quieren ver reflejada su problemática en las programaciones de todas nuestras plataformas.

Muchos de los grandes grupos mediáticos siguen confiando en un sistema obsoleto para cuantificar su audiencia. ¿Cómo se defiende la relevancia de unos datos multimodales cuando gran parte de la industria sigue caminando en una dirección opuesta?

Es algo muy difícil, sobre todo si uno se somete a la tiranía de la métrica que existe actualmente. En España existe lo que Amando de Miguel definió como “mala conciencia televisiva”. Cuando antes se preguntaba en las encuestas de calle qué programa veían los españoles, caso todo el mundo contestaba los documentales de La 2. Era mentira: si así fuera, los índices de audiencia serán mucho más elevados.

Nosotros tenemos claro que estamos haciendo contenidos de auténtico servicio público, como Las tres puertas o Las claves del siglo XXI. Son contenidos necesarios, porque para darle al público lo que el público quiere hay que darle mucho de lo que el público necesita. Para eso somos un servicio público. Pero también somos conscientes de que un servicio público sin público es menos servicio. ¿Qué ocurre? Que todo el mundo va percibiendo poco a poco el interés y la calidad que buscamos con esos contenidos, los cuales no solo son consumibles en la programación lineal de televisión. Esto nos va a costar, porque la audiencia se pierde a chorro, pero se recupera gota a gota.

No hablo únicamente de la televisiva. Para poder cumplir nuestros objetivos, tenemos que entrar en otros campos en los que hasta ahora no hemos sido excesivamente profusos: hay que entrar de lleno en el terreno del podcast, entendido más allá de lo que es un servicio de radio a la carta; y hay que entrar en la generación de contenidos en Twitch o Youtube. En ambas tenemos experiencias interesantes, pero hay que profundizar, porque uno de los objetivos es, lógicamente, acercarse a la audiencia joven.

Y no digo atraer, ya que creo que es un error intentar atraer a la audiencia a algo en lo que nunca ha estado. Hay muchos salones de casa en los que no existe el televisor. Hay que ir a buscar a los jóvenes donde ellos están: Instagram, TikTok, YouTube, Twitch… Y hay que hacerlo con sus propios lenguajes y fórmulas narrativas. Ese es un trabajo que tenemos por delante.


Cada espectador en su lugar

Por lo que me comenta, da la sensación de que, en este propósito de encontrarse y comunicarse con el espectador más digital en sus propios contextos, se está eligiendo reservar la programación lineal para otro tipo de público. ¿Existe un proyecto para canalizar a esas audiencias digitales para que también tengan su espacio y representación en Televisión Española?

En ningún caso queremos dejar atrás a nuestra audiencia convencional. Lo que ocurre es que tampoco podemos limitarnos a un público de 60 años y del ámbito rural. No se trata de tratar al joven de hoy como el consumidor del mañana, sino de tratarle como el consumidor de hoy, justo donde está.

La televisión sigue siendo un medio de consumo masivo y la radio sigue teniendo su hueco. El objetivo pasa por diversificar para poder llegar y aprovechar todas las ventanas que tenemos actualmente disponibles. Pero, para ello, tenemos que hacernos la gran pregunta: ¿Qué somos? ¿Una radiotelevisión que además hace digital? ¿O una empresa de core digital entre cuyas actividades están la radio y la televisión? A día de hoy, tal y como funciona el mercado, tenemos que ser sociales antes que radiofónicos y televisivos.

No queremos dejar atrás a ningún grupo de edad, pero tampoco queremos que los jóvenes por sistema, o incluso por rebeldía, nos abandonen. Ni siquiera queremos que hayan nichos o celdas. Entendemos que el público es absolutamente transmedia y sabe localizar lo que quiere.

¿En qué plataformas o tecnologías se está incidiendo para llegar al lugar en el que se encuentran los consumidores?

Actualmente, estamos profundizando en plataformas como YouTube o Twitch desde nuestra dirección de nuevos medios. Por ejemplo, la semana pasada hicimos un programa en Twitch que tendrá una periodicidad semanal sobre Eurovisión que logró alcanzar los 150.000 usuarios, lo cual nos parece un número bastante interesante. Otro ejemplo es el caso de RTVE Noticias en YouTube, que ha funcionado muy bien a consecuencia del periodo de guerra. También queremos avanzar dentro de TikTok para conocer cuál es nuestro papel y cómo podemos llegar a nuestra audiencia más allá del uso que se hace en otros medios.

Estas son algunas de las herramientas en las que estamos trabajando, si bien, lógicamente, también estamos aproximándonos a nuevas tecnologías y procesos que se van imponiendo. Por ejemplo, queremos usar la inteligencia artificial. De hecho, estamos haciendo muchas pruebas piloto y trabajando con muchas universidades a ese respecto. También estamos trabajando con todo lo que tiene que ver con blockchain y nuestro posicionamiento en el metaverso.


RTVE Play: ¿la metaplataforma definitiva?

Volviendo a RTVE Play, ¿cuál es el balance que hacen desde RTVE de este lanzamiento? ¿Cómo se planea que siga avanzando a lo largo de este año?

A pesar de su lanzamiento apresurado, entendemos que la reacción del público ha sido muy positiva, no solo por el hecho de que haya sido una plataforma gratuita, sino porque nosotros no buscamos una competencia directa con monstruos tipo Netflix o Disney, con miles de millones de dólares de presupuesto. Nosotros ofrecemos una oferta complementaria con otros valores, que van desde nuestros fondos documentales a las aportaciones de nuestros centros territoriales, lo que nos hacen ser un elemento diferencial dentro de esta guerra de medios.

Actualmente, estamos en un camino de desarrollo evolutivo de esta plataforma. Entendemos que los usuarios tienen necesidades que van más allá de la información, el entretenimiento, la ficción o el estilo de vida. En ese sentido, la plataforma se va a ampliar progresivamente para incluir conceptos que tienen que ver con la salud, la cultura o la formación en competencias digitales para todas las edades, especialmente para los mayores. Lo que actualmente conocemos por RTVE Play se irá dirigiendo hacia una metaplataforma en la que incluso habrá la posibilidad de entrada de terceros.


RTVE y el metaverso

Otra clave que ha mencionado previamente es explorar el papel de RTVE en el metaverso. ¿Cómo están siendo los primeros pasos de la corporación en este terreno?

Actualmente estamos en un momento embrionario, a la expectativa de su desarrollo y de ver qué papel nos va a corresponder. Por eso, tampoco puedo profundizar excesivamente, ya que hay que tener en cuenta que tardará entre un lustro y diez años en consolidarse. No obstante, conviene estar ubicado.

¿El papel de las televisiones públicas como RTVE debería ser integrarse en un metaverso ya existente o crear un universo propio e independiente?

Quizá, de cara a la accesibilidad por parte de la audiencia, el camino pasará por constituirnos como una entidad. Aun así, también eso nos hace tener que estar ahí donde está el ciudadano. Esto nos obliga a pensar en cómo crear y desarrollar nuevos formatos o decidir dónde nos encontramos. Incluso podemos plantearnos integrar a los referentes de nuestros audiencias en nuestro ecosistema: no podemos estar alejados de los actuales creadores de contenido o streamers ni negar esa realidad. Tenemos que ser inteligentes a la hora de integrarnos en todo aquello que queramos hacer, incluido el metaverso. Aun así, insisto, nos encontramos en un periodo muy embrionario.


Un nuevo concepto de calidad

Hace apenas unos años, las televisiones se vieron inmersas en una carrera tecnológica para captar la atención de los usuarios, publicitando terminología como HD, HDR o 4K. Sin embargo, estos esfuerzos se han apagado a la hora de promocionar esa tecnología como valor. ¿Qué ha cambiado?

Vamos a hablar del concepto de calidad. Considero que la calidad la define el receptor de un servicio, no el emisor. Estábamos acostumbrados a ser nosotros los que decíamos qué era y qué no era calidad. Con la llegada de la pandemia, se ha dado carta de naturaleza a realidades que eran impensables en televisión. Introducir una entrevista por Zoom en un telediario estaba prohibido, y ahora lo tomamos con total normalidad. El público es el que define esa calidad. Nosotros, sin renunciar a los estándares más altos, tenemos que aceptar lo que el público indica desde ahí.

Lo que tenemos que hacer ahora es abrazar y aceptar el cambio. Si uno de esos cambios es que el público ha asimilado como bueno cierto nivel de calidad, sin que nosotros renunciemos a la búsqueda de la calidad, tenemos que asumirlo e integrarlo. Si no, corremos el peligro de que el público opte por otras opciones y que nosotros quedemos como una especie de reserva espiritual de la hiperaltísima calidad.

Por tanto, ¿el usuario determina gran parte del cambio a todos los niveles?

Nosotros lo que queremos hacer es poner al usuario en el centro. Para ello, tenemos que transformarnos. Los medios de comunicación, especialmente los tradicionales, nos hemos comportado como un dinosaurio que ve venir el meteorito que va a acabar con su existencia, llamémosle redes sociales, internet o plataformas. Y, sin embargo, hemos sido un tipo de dinosaurio que decía: “Yo estoy tranquilo porque aquí, a mi lado, no va a impactar”. La realidad es que ya impactó y eso nos obliga a reaccionar de manera muy rápida implementando ese liderazgo y armando una estrategia basada en los datos.

¿Qué elementos tenemos que combinar en búsqueda de la transformación? Lo hemos hablado ya a lo largo de nuestra conversación: agilidad, gestión desde la confianza, transversalidad, colaboración, innovación, y un término fundamental para mí: la omnicanalidad. Cuando la gente me pregunta dónde trabajo, de manera pícara menciono «RTVE» y no «Radiotelevisión Española». Para mí, los conceptos de radio y televisión están un poco sobrepasados. Aunque existen y van a existir con mucha fuerza, con esta declaración quiero dar a entender que nosotros tenemos que ser mucho más que los meros conceptos de radio y de televisión.


RTVE como aglutinador del audiovisual español

Hemos hablado de caminos de renovación interna dentro de RTVE para favorecer la innovación. Sin embargo, RTVE ha realizado unas labores muy interesantes colaborando con otros agentes del ecosistema mediático español. En este momento en el que RTVE está reivindicando su identidad y su capacidad para llegar a la población española, ¿de qué manera se siguen trabajando iniciativas colectivas, como LovesTv?

Uno de esos puntos sería nuestra plataforma, RTVE Play. Nosotros que, más allá de ser la plataforma de RTVE, se convierta en una ventana de referencia en la que puedan entrar terceros, de cara especialmente a todo el ámbito hispanoamericano. De alguna manera, nuestro objetivo es ser concentradores, fundamentalmente, del sector público del audiovisual español. Reivindicamos ese papel. El año pasado alcanzamos un acuerdo con FORTA y no descartamos que los canales autonómicos puedan entrar en esa cultura de metaplataforma de la que estamos hablando.

¿Actualmente, RTVE se encuentra en conversaciones efectivas para hacer realidad este proyecto?

Sí, porque, aunque todavía estamos en un periodo de desarrollo evolutivo de la plataforma, ya incluimos esa posibilidad. No solo estamos realizando mejoras tecnológicas que tengan que ver con la experiencia del usuario, sino que entramos en un periodo en el que abrimos nuestro abanico y ofrecemos ya no la marca en sí, sino la posibilidad de que esta plataforma sirva como lanzamiento para muchos medios y muchos generadores de contenidos españoles en el mercado hispanoamericano.

Lo que hará The New York Times para alcanzar 15 millones de suscriptores

Noticia Anterior

No estudió para ser chef y emplea insectos en su menú, así es la mejor chef del planeta

Siguiente Noticia

Comentarios

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *