Curaduría de Lucía Aliaga Chávez para Guardiana (Bolivia)
Los “árboles líquidos” son un nuevo invento para purificar el aire y reducir las emisiones de dióxido de carbono en las zonas urbanas. Supuestamente son de 10 a 50 veces más eficientes que un árbol y es una tecnología que están tratando de hacer funcionar para aquellos lugares que existen en las ciudades donde no se puede plantar un árbol. Ya hay al menos un modelo funcionando en Belgrado, capital de Serbia.
Este nuevo invento, que cuesta por unidad unos tres mil euros, fue diseñado por el Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado. Su nombre es “Liquid 3” y se trata de un contenedor también llamado fotobiorreactor, en el que hay aproximadamente 600 litros de agua y una concentración de microalgas.
Belgrado es la cuarta ciudad más contaminada de Serbia, debido a las dos grandes centrales eléctricas de carbón cercanas, consideradas entre las más sucias de Europa , según la ONG europea Health and Environment Alliance (HEAL). En 2019, Serbia fue señalado como el quinto país más contaminado de Europa. Y ese año se dijo que tenía el peor récord per cápita de Europa en muertes relacionadas con la contaminación: 175 por cada 100.000 personas .
“Las microalgas reemplazan dos árboles de 10 años o 200 metros cuadrados de césped”, explicó el doctor Iván Spasojevic, uno de los autores del proyecto del Instituto de Investigación Multidisciplinaria de la Universidad de Belgrado.
Funcionamiento
La representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Serbia, Francine Pickup, explicó que el "Liquid 3" tiene la capacidad de absorber tanto dióxido de carbono como un árbol maduro, mientras que libera una cantidad de oxígeno equivalente al producido por 200 metros cuadrados de césped. Esta iniciativa fue premiada por el PNUD, lo que permitió su desarrollo.
Según información del medio El Tiempo, no es necesario realizar un mantenimiento especial en el sistema. Simplemente hay que retirar la biomasa resultante de la división de las algas, que puede utilizarse como fertilizante de alta calidad. Después de aproximadamente un mes y medio, se añade agua y minerales frescos al sistema, y las algas seguirán creciendo sin límite.
Técnicamente, según la Directiva Europea de Energías Renovables, la biomasa es “la fracción biodegradable de los productos, residuos y desechos de origen biológico procedentes de actividades agrarias, incluidas las sustancias de origen vegetal y de origen animal, de la silvicultura y de las industrias conexas, incluidas la pesca y la acuicultura, así como la fracción biodegradable de los residuos, incluidos los residuos industriales y municipales de origen biológico”. Es decir, la biomasa es el resultado de la biodegradación de los organismos vivos que se encuentran en una comunidad o ecosistema y ahora pueden ser aprovechados para esta tecnología.
El grupo de especialistas detrás del desarrollo del “árbol líquido” no tiene la intención de reemplazar los bosques, tampoco de ignorar la importancia de la reforestación. El objetivo del proyecto es colocar estos árboles en lugares específicos dentro de la ciudad, donde puedan capturar dióxido de carbono y donde plantar árboles sería difícil de lograr por el congestionamiento urbano.
El científico Iván Spasojevic, doctor en biofísica del citado instituto de Belgrado y cocreador del "Liquid 3", dijo a la agencia de noticias EFE que "la idea fue vincular la biología y el diseño, que el fotobiorreactor tenga una aplicación urbana".
Según el medio Pauta, hay investigaciones en diferentes aplicaciones de la tecnología detrás de los árboles líquidos. Los fotobiorreactores son herramientas que realizan este tipo de procesos, pero fue en Serbia donde se implementaron por primera vez en Belgrado, impactando como una solución a la necesidad de tener más oxígeno.
Además de su función principal, "Liquid 3" también ha sido diseñado para que funcione como un mueble de calle, en concreto una banca para que se sienten las personas, que además tiene cargadores para teléfonos móviles y un panel solar que mantiene iluminada la pecera durante las noches.
Así que no sólo da una solución tecnológica al problema de tener aire limpio, sino que además se ha conectado con la conducta de la gente en las calles: la necesidad de descansar un momento y cargar el teléfono.
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