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Por Guardiana y fotos de ©Ciudadanía (Bolivia)

Viernes 10 de diciembre de 2021.- Tenía menos de 16 años, pero decidió "juntarse" porque estaba embarazada. Creía que ser madre soltera no sería buena idea. A su hermana soltera con tres hijos no le iba bien, "sufre mucho y viendo eso, yo no quería estar así, por eso también he querido juntarme y hacer mi familia”. Es común escuchar este tipo de testimonios en labios de adolescentes que viven en comunidades campesinas de los municipios de Tiquipaya y Sacaba en Cochabamba, hasta donde llegaron investigadoras bajo el liderazgo de Vivian Schwarz Blum para determinar los factores que inciden en las uniones tempranas de adolescentes menores de 16 años en comunidades de la cordillera de dichos municipios.

No iba a ser una tarea sencilla. Abordar a menores de edad requiere de empatía y la implementación de protocolos éticos. Se habilitó una metodología y técnicas cualitativas mediante "una matriz multidimensional de análisis de variables establecida por las características de estas uniones tempranas y sus consecuencias". Se tenía que conversar con quienes terminaron embarazadas fruto de relaciones sexuales. Se habló con 15 de ellas. Luego se debía dialogar con quienes las rodean en diferentes escenarios de la comunidad a través de ocho grupos focales realizados junto a hombres adolescentes, padres/madres, autoridades municipales y comunitarias, profesionales de la salud y educadores/as de las comunidades estudiadas. Al final, terminó siendo un estudio publicado en 108 páginas que pertenece al Fondo de Población de las Naciones Unidas y acaba de salir a la luz con el título: "Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba".

El estudio ha permitido identificar más de una tendencia, una de ellas y probablemente la más preocupante es que los derechos sexuales y reproductivos de las adolescentes no son de pleno conocimiento de ellas ni de su entorno y tampoco son respetados. Lo curioso, en todo caso, es que la comunidad tampoco muestra mucho interés en conocer más sobre sus derechos.

"Al carecer de información relevante y propicia -indica dicho estudio- la influencia de la comunidad sobre las garantías y protecciones de los derechos de los adolescentes es aún incipiente, porque los adultos en la comunidad tampoco tienen un conocimiento adecuado de los derechos de las personas, una valoración relativamente baja de la importancia y prioridad del ejercicio efectivo de los derechos, pero tienen gran desconfianza en las normativas y la institucionalidad estatal, que consideran ajena y alejada de su realidad y sus prácticas culturales. Aun así, las vulneraciones a los derechos de las mujeres adolescentes y también de las mujeres adultas en las comunidades son claras y están naturalizadas en las prácticas y costumbres tradicionales, por ejemplo, al impartir justicia, en la representación política y en cualquier actividad que signifique su inserción en el espacio público aun cuando no es percibida como tal por la población, ni por las instituciones. Es importante mencionar que se manifiesta poco interés de la población para conocer los derechos y se tienen que establecer estrategias para motivar la participación de la población".

En el caso del municipio de Tiquipaya, el estudio se concentró en las comunidades Montecillo Alto que forma parte del distrito 1 y Chapisirca, que es una de las ocho comunidades campesinas que está en el distrito 2. Dicho municipio tiene en total seis distritos. El otro lugar visitado por las investigadoras fue Palca, en el municipio de Sacaba, provincia Chapare del departamento de Cochabamba. Ese municipio está conformado política y administrativamente por 12 distritos: seis urbanos y seis rurales. Precisamente, uno de estos últimos es Palca.

La comunidad Montecillo Alto, donde se recogieron importantes testimonios, es una de las 12 comunidades campesinas que están en el distrito 1
Palca, uno de los seis distritos rurales del municipio de Sacaba, provincia Chapare del departamento de Cochabamba (foto: Lenny Zambrana).

Otra tendencia identificada por el estudio es que tanto las mismas adolescentes como su entorno tienen una forma de ver el mundo patriarcal. Llegar virgen al matrimonio, unirse con la pareja si hay un embarazo en proceso y hacerse cargo del bebé ayudando a generar recursos económicos en la familia forman parte de cómo consideran que deben ocurrir las cosas en su mundo y si se transgrede todo esto, lo primero que ocurre es que "las miran mal" o "no se ve bien". En medio de todo esto, ellas no cuidan de sí mismas, no existe una mirada hacia lo que les conviene, les importa o les debe importar de cara a su propio futuro y, por ello, el aborto no es un primer pensamiento u opción a la hora de quedar embarazadas.

“Ser virgen es no tener relaciones sexuales con un hombre, llegar virgen al matrimonio está bien, para no ser criticadas ni rechazadas por los hombres; a la mujer se critica más que a los hombres. No sé por qué a los hombres no se les dice nada sobre eso. Si los hombres se dan cuenta que no somos vírgenes cuando hacemos eso (tener relaciones sexuales) nos pueden abandonar, por eso las mujeres cuidamos nuestra virginidad para nuestros esposos. Nos cuidamos nosotras mismas de no tener más de un chico y esposo, pero otras así nomás se están y no les importa, pero son pocas las que hacen eso y son mal vistas”.

Entrevistada en la comunidad de Chapisirca, municipio de Tiquipaya

Y estas uniones de adolescentes se realizan por etapas de acuerdo a los usos y costumbres de las comunidades estudiadas. "Las formaciones de las familias tienen una lógica de procedimientos secuenciados. Primero, en la etapa de la juventud, se procede a la unión para que las parejas se conozcan y experimenten la convivencia real antes de casarse, después está el matrimonio civil para darle el valor legal a la unión y presentación de la nueva pareja a toda la comunidad. Por último está el matrimonio religioso como una bendición divina de la pareja".

La violencia, muy presente

La falta de información que rodea la vida de las adolescentes en estas comunidades se refleja en todas las etapas de su vida que tienen que ver con sus derechos sexuales y reproductivos, desde su primera menstruación que se convierte en un acto no informado, pasando por sus primeras relaciones para las que tampoco tienen suficiente información sobre los métodos anticonceptivos y luego se manifiestan en decisiones posteriores que las llevan a unirse con quienes incluso, en algunos casos, podían haber sido sus agresores porque en más de una ocasión la relación sexual se convierte en violencia sexual.

Durante las entrevistas algunas de las adolescentes declaran haber enfrentado y vivido diferentes tipos de violencia, refiriendo que la violencia se presentó al inicio, durante y posterior a su embarazo y su unión o matrimonio. Al respecto, no hay que olvidar que internacionalmente se considera a la violencia como una vulneración de los derechos humanos y en Bolivia son reconocidos 16 tipos de violencia en el artículo séptimo de la Ley 348.

"Las entrevistadas afirman que hay muchos casos de violencia en la comunidad y que no son denunciados, principalmente la violencia física. No llegan a hacer una clasificación de los diferentes tipos de violencia que experimentan, pero también se refieren con insistencia a la violencia sexual, ante la cual las menores de edad y las adolescentes son especialmente vulnerables. Las violaciones a niñas que son las más frecuentemente identificadas como una transgresión, son denunciadas y sancionadas, ya sea en la justicia ordinaria como en la comunitaria. Esta es la manera más frecuente en que se intervienen en casos de violaciones, pero no perciben acciones o programas institucionales que puedan prevenir la violencia de manera permanente en la comunidad".

"Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba"
Adiós a su crecimiento personal, a su futuro

Acto seguido, las costumbres, valores y creencias de quienes les rodean funcionan como una fuerte presión para que las adolescentes menores de 16 años opten por "juntarse" con quien las embarazó, clausurando de ese modo posibilidades de crecimiento personal de cara al futuro porque una vez embarazadas e involucradas en uniones tempranas, muchas de ellas dejan de estudiar.

"Las principales pérdidas sufridas por las jóvenes al unirse o casarse a temprana edad son el abandono de la escuela que incrementa la vulnerabilidad de las mujeres no sólo en sus derechos económicos sino de manera importante en su independencia económica y su capacidad de generar ingresos suficientes para su subsistencia y la de sus hijos/as".

"Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba"

“Entonces en la cordillera mayormente casi ya no salen bachiller las cholitas. Están adolescentes, entonces, rápido llegan a embarazarse y los papás también presionan, no quieren que sus hijas se queden como madre soltera porque la sociedad no acepta, somos mal miradas las mujeres solas, entonces, la sociedad no acepta y tampoco los padres. Los padres prácticamente dicen: 'Bueno, te has embarazado ya, que vengan sus papás hablar del muchacho ese' o entre papás. '¿Cómo es? ¿Vas a ser responsable o no?'. Pero con esa palabra, 'vas a ser responsable', no sólo le están diciendo por el niño, sino de ella más. Prácticamente son obligados a casarse algunas veces. Algunas veces tampoco no”.

Persona entrevistada para el estudio en Tiquipaya

Pero no solo su desarrollo personal como persona parece clausurado a futuro en el informe, sino también en cierta forma su presente porque tanto durante el embarazo como el momento del parto, ellas no cuidan de su cuerpo. Más de la mitad de las entrevistadas contó que no tuvo controles prenatales y luego fue atendida en su domicilio por sus familiares de manera precaria con ayuda de parteras. De esta manera, se atenta, además, contra su derecho a la salud.

"Más de la mitad de las adolescentes embarazadas tuvieron partos domiciliarios, atendidos precariamente por sus padres/as o en algunos casos por parteras, lo cual pudiera incrementar los riesgos de mortalidad para la madre y para el/la bebé, así como la exposición a infecciones y complicaciones porque los cuerpos de las mujeres adolescentes no siempre están suficientemente desarrollados o preparados para enfrentar un parto con alguna complicación".

"Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba"
Grupo de mujeres charla en Montecillo Alto, parte del municipio de Tiquipaya en Cochabamba.
Y si hay información, se la tergiversa

Un problema serio para el acceso a información en calidad y cantidad está constituido por una serie de prejuicios propios de una visión patriarcal del mundo por parte de las familias y la comunidad en general que rodea a las adolescentes. Las adolescentes tienen miedo no solo a cómo puedan ser vistas si saben más sobre las relaciones sexuales, sino también a los efectos adversos en su salud si llegaran a usar anticonceptivos porque se tiene una idea tergiversada sobre estos.

"Un problema frecuente asociado al miedo y a la falta de información es la calidad de la poca información disponible y la consejería sobre los métodos anticonceptivos. Las pocas entrevistadas que indicaron conocer algún método anticonceptivo, si bien escucharon sobre ellos tienen un conocimiento teórico y superficial e ideas erróneas al respecto, y por lo tanto sienten miedo a los efectos negativos que el uso de éstos pudiera tener sobre su salud. Este miedo es compartido, aunque no en la misma medida, por los adolescentes hombres en las comunidades que también por vergüenza y miedo no acceden a la información necesaria para una sexualidad segura".

"Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba"

Cuando tienen acceso a la información esta termina, muchas veces, siendo tergiversada por prejuicios. Al respecto, una de las personas de Montecillo entrevistada reconoció que existen médicos que tratan de informar sobre el uso de anticonceptivos, pero sin mucha suerte. “En el centro, los doctores enseñan sobre los métodos anticonceptivos, pero eso no está bien para nosotros; hacen ferias de salud y están vendiendo los condones a la fuerza, solo para tener dinero, como globos inflan esos condones, la gente solo mira, y se van nomás las personas y la feria de salud se queda vacío. Nosotros como padres les recomendamos a nuestros hijos, les decimos que no deben tener relaciones sexuales, y los médicos en sus ferias les enseñan a usar condones para no tener hijos”.

El temor, la vergüenza y la falta de información son una constante que atraviesa todos sus derechos sexuales y reproductivos. "La mayoría de las entrevistadas no está informada sobre la menstruación en ninguna de sus implicaciones, solo se enteran de la menstruación una vez que la experimentan; esta experiencia generalmente está marcada por el temor y la vergüenza". Estos tres componentes se vuelven a presentar durante el embarazo:

“…no se ha dado cuenta que estaba embarazada, tal vez esto sucede porque no asisten a la posta regularmente o no asisten a la escuela y los papás no les hablan de sexualidad tampoco hablan de la menstruación, entonces las adolescentes sufren con eso ellas mismas deben descubrir lo que les sucede, entonces no saben que estaban embarazadas”.

Persona entrevistada en Palca, municipio de Sacaba


Centro de Salud de Montecillo Alto.
Ellas tienen mirada patriarcal

En las relaciones sexuales, las adolescentes no tienen un rol protagónico. El suyo es un papel pasivo de quien acepta lo que diga y haga el hombre y, a pesar de ello, se sienten culpables. "La gran mayoría de las entrevistadas sienten que la relación sexual ocurre casi siempre por iniciativa de los hombres adolescentes, en algunos casos se sienten engañadas y a la vez culpables, además mencionan que mantuvieron relaciones sexuales por la presión emocional o el engaño que ejercen sus parejas sobre ellas. Las adolescentes comparten la mirada patriarcal que enfatiza el rol pasivo de la mujer en el ejercicio de la sexualidad y la idea de que, en el contexto del ejercicio de sexualidad, los hombres representan una amenaza para las mujeres. La idea del placer, el disfrute y la autonomía de decisión de la mujer sobre su cuerpo está totalmente ausente de la mirada de las jóvenes al ejercicio de su sexualidad".

Al no disfrutar de sus relaciones sexuales, lo que sigue es la vergüenza, la culpabilidad e incluso sentirse engañadas como una constante que atraviesa sus derechos sexuales y reproductivos. Por tanto, el inicio de su sexualidad no se constituye en una buena experiencia. Y esta realidad "es confirmada y conocida por las autoridades o garantes de derechos, especialmente en el área de salud, pero también en los servicios legales municipales", indica el estudio.

"Las relaciones desiguales de género podría, ser un factor importante dentro de las relaciones sexuales tempranas. Entre muchas de las entrevistadas, la primera experiencia y el inicio del ejercicio de su sexualidad están fuertemente marcados por la violencia sexual, la presión y el engaño. En general, no se han encontrado expresiones positivas sobre el inicio de las relaciones sexuales ni sobre el ejercicio de la sexualidad".

"Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba"

A diferencia de ellas que se sienten culpables, engañadas y violentadas, los hombres no la pasaron nada mal. Gozan de sus libertades sexuales y si la mujer demuestra tener algún conocimiento extra o comportamiento sexual "muy libre" como por ejemplo haber tenido más de una pareja sexual, "es criticada o mal vista, por lo que las jóvenes reprimen su sexualidad y prefieren no mantener relaciones sexuales hasta llegar al matrimonio", lo que significa que la palabra "virginidad" está muy presente en su vocabulario porque no quieren ser mal vistas.

Ellas no han necesitado tener muchas relaciones sexuales para quedar embarazadas. No disfrutaron, no conocían métodos anticonceptivos y si conocían alguno, tampoco hablaban para no dar la impresión de que son experimentadas y luego sin haber disfrutado de las relaciones, terminaron embarazadas.

"La mayoría de las adolescentes -indica la investigación- que participaron en el estudio afirma que el embarazo sucede generalmente en las primeras relaciones sexuales. Esta dimensión de las uniones tempranas y del ejercicio de la sexualidad está caracterizada por haber ocurrido sin planificación y es considerado por las entrevistadas como una consecuencia de la falta de información, orientación y apoyo a los/las adolescentes principalmente por parte de las personas adultas en su entorno cercano, la familia, la escuela y los servicios de salud, así como al escaso soporte social que existe. En la etapa adolescente, el embarazo marca una experiencia triste en sus vidas".

Acto seguido, las adolescentes enfrentan no solo el embarazo, sino la confusión, la culpabilidad, la vergüenza y el temor a la reacción de la familia y la sociedad, lo que da lugar a un fuerte estrés, peor tomando en cuenta que la posibilidad de un aborto no es una opción en la que inmediatamente piensen.

Al final, sus pasos las termina dejando como madres porque creen que serlo es un papel natural que se debe cumplir y así se alejan del camino de sus posibilidades de desarrollo personal de cara al futuro porque muchas terminan abandonando el colegio. Su rol en la comunidad es para ellas y su entorno ser madre y tener una familia para atenderla. Este rol, anclado en principios y creencias de estructura patriarcal, asigna a las mujeres una
mayor carga de responsabilidades y casi ninguna satisfacción o compensación personal, excepto el ver que “su familia florece” y que a todos los miembros les va bien. Muchas veces, estas responsabilidades significan el sacrificio y
limitación importante de la autonomía individual de las mujeres, la falta de oportunidades individuales laborales, de educación, económicas o de realización personal de las mujeres y, por lo tanto, una vulneración de sus derechos sexuales, sus derechos reproductivos y sus derechos civiles, entre otros.

El rol económico de las mujeres también está fuertemente ligado a la familia y de hecho, sus esfuerzos por cumplir un rol económico están dirigidos casi exclusivamente a contribuir a la economía familiar, sin consideración de proyectos económicos personales; si es necesario buscar trabajo y sustento fuera de la comunidad, generalmente son las mujeres las que se quedan en la comunidad y los hombres los que buscan trabajo o migran para trabajar.

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