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La Voz de la Naturaleza para Guardiana (Bolivia), foto de Mongabay

Miércoles 18 de agosto de 2021.- El documental Rositas: ¿Sueño o pesadilla? mueve a las comunidades locales a pensar en los beneficios o perjuicios de la megahidroeléctrica de la que se tiene poca información, pero que avanza con hechos concretos como la presencia de la empresa consultora que realiza el estudio social de la región, el amedrentamiento a dirigentes o la construcción de escuelas, postas o canchas como supuestos beneficios para la zona.

El pasado 14 de agosto, se transmitió el conversatorio “Rositas” ¿Sueño o pesadilla? La Voz del río Grande, en el que participaron dos invitados: Mauricio Vera Sansuste, comunicador y coordinador del documental, además de José Luis Sandoval, presidente del Comité de Defensa de Tierra y Territorio de Comunidades Afectadas por el Proyecto Rositas.

El Gobierno de Bolivia tiene planificada la construcción de la megahidroeléctrica Rositas, como parte de siete grandes obras a lo largo del río Grande. El proyecto Rositas estará ubicado justo en la confluencia entre el río Grande y el río Rositas, en el municipio de Cabezas, departamento de Santa Cruz, pero la población boliviana y las comunidades locales que serán afectadas no tienen información sobre el tema. Hace año y medio, cuando el gobierno de transición mencionó la posibilidad de retomar el proyecto, las comunidades aledañas hicieron conocer su rechazo por el impacto ambiental que la obra provocaría.

Mauricio Vera Sansuste es el realizador del documental que recupera la lucha de la población local en los últimos años y en esta ocasión comparte esa experiencia con La Voz de la Naturaleza.  

REALIZACIÓN DEL DOCUMENTAL

Mauricio Vera comenta que hace cuatro o cinco años viene haciendo seguimiento del proyecto y sus implicancias, además de ver la vulneración de derechos de los pueblos indígenas guaraníes en el Chaco y de las comunidades campesinas productivas de Vallegrande, las afectaciones a las áreas protegidas y, lo más llamativo, la ausencia de visibilización de parte de la prensa a un caso que tenía todas las particularidades para mostrarse por todos los medios y que la gente saque sus conclusiones.

Como se aprecia en el documental, el título apela a una reflexión acerca de si realmente la hidroeléctrica es sueño o pesadilla, ya que el discurso político sobre este proyecto ha influido en convertirlo en un sueño anhelado de los cruceños. En ese sentido, en su rol de comunicador y en la responsabilidad y vínculo con los dirigentes, Vera empezó a participar de las diferentes manifestaciones de la población. De pronto, “ya nos vimos en las comunidades de Vallegrande con un vínculo con las bases y recibiendo esa calidez, ya que las comunidades se sentían apoyadas en el sentido de que estábamos presentes visibilizando sus demandas”. Hace tiempo que diferentes colectivos y activistas se movilizan en las comunidades, en Santa Cruz de la Sierra y en otros lugares para dar visibilidad al tema.  

Más recientemente, su equipo tuvo la posibilidad de contar con el apoyo técnico de Rodrigo Lampasona para colaborar en la realización del documental, además del apoyo de José Luis Sandoval Guzmán, del comité y de las comunidades que les abrieron su territorio en plena pandemia y pudieron ingresar para realizar el video. La intención del documental es que “nos conflictuemos un poco”, dice Vera, quien valora el trabajo de las organizaciones de Vallegrande frente a todo el aparato que tiene el Gobierno.

“Sentimos –explica Vera– que en el documental está reflejado el trabajo que se viene haciendo desde diferentes actores y esperamos que la gente que va ver el video, reflexione y saque sus propias conclusiones (acerca de) si Rositas es un sueño o una pesadilla, que no solo va a ser una pesadilla para todas las comunidades que se verán desplazadas involuntariamente, sino también la deuda y los efectos sociales ambientales y económicos que caería sobre todos los bolivianos”.

PROTAGONISTAS Y COMUNIDADES

Vera comenta que en el documental aparecen algunos protagonistas porque en todas las comunidades no solo los dirigentes estuvieron en primera línea, sino que también las bases aportaron. Se ha trabajado con algunos comunarios tanto de las comunidades indígenas guaraníes como de las comunidades campesinas de Vallegrande.

Durante estos cuatro a cinco años, la lucha frente al proyecto Rositas estuvo dirigida por el Comité de Tierra y Territorio, y si bien las comunidades en todo el país tienen sus diferencias, el objetivo es uno solo: desenmascarar este proyecto inviable y que en el territorio sea respetado los derechos de los pueblos. “Creemos que la unidad ha sido un factor importante en esta lucha –continúa el documentalista–.

Algo también que es importante es que las comunidades no quieren esperar que les digan que se aprueba el proyecto o no. Las comunidades en sus diferentes regiones continúan sus procesos de desarrollo en el marco de sus usos y costumbres. Por ejemplo, de las comunidades indígenas guaraníes, las tres afectadas, La Junta, Yumao y Tatarenda Nuevo, son parte de la autonomía indígena Kereimba Iyaambae Kaaguasu que recientemente se firmó en el municipio de Gutiérrez, y tienen normas para administrar su territorio y que de aquí en adelante podrán ingresar a sus asambleas magnas y decidir su postura sobre el proyecto.

COMUNIDADES PRODUCTIVAS

En el otro lado de la banda (frente a la otra comunidad), el pueblo vallegrandino es muy trabajador y querendón de su tierra, entonces están con nuevas iniciativas frutícolas, están promoviendo la construcción de la carretera “22”, la construcción de un puente que, en el caso se diere la construcción de la Represa Rositas, sería "embalsado".

Las comunidades están cansadas y quieren pasar la página, explica Vera, “están esperanzadas en la carretera señalada que les puede dar un vínculo de desarrollo”. La carretera apoyaría a dos regiones, Vallegrande y el Chaco que están muy postergadas tanto por el centralismo de las gobernaciones como por el centralismo nacional. Si se mira al norte, se puede advertir cultivos de soya transgénica y ganadería que incrementan los incendios, en cambio en el Chaco se tiene más de veinte variedades de maíz (Zea mays).

“Vemos aquí –dice Vera– un corredor no solamente productivo, sino también cultural ya que las comunidades tienen iniciativas de desarrollar proyectos turísticos en sus áreas protegidas, también es un lugar por donde pasó el Che Guevara con sus guerrillas, independientemente de la postura política, es parte de su acervo cultural”. Hay mucho en el territorio que se puede proyectar con una visión sostenible para las futuras generaciones contrario a una megahidroeléctrica.

AFECTACIÓN DE LA REPRESA A LAS COMUNIDADES

José Luis Sandoval Guzmán señala que en un principio se tomó contacto de la preocupación de las comunidades campesinas de la zona sur de Vallegrande que están asentadas en la cuenca media del Río Grande, desde 2014. Ya son dos a tres  años que se realiza el acompañamiento, tiempo en el que las comunidades tienen más dudas que respuestas respecto al proyecto.

En una primera reunión con la empresa, el año 2015, en el Vado del Yeso, donde la empresa consultora EPTIPSA, comenzó con relevamientos de información y algunos estudios con presencia permanente en la zona, se enteraron las comunidades de la intención de realizar el proyecto Rositas. En ese momento era muy difícil acceder a la información del proyecto, pero se hablaba de algunos beneficios y posteriormente se supo la envergadura que implicaba una cadena de represas en el río Grande.

Sandoval agrega que tanto Vallegrande como Postrervalle son zonas de agricultura familiar de subsistencia, pero que aportan a la seguridad alimentaria de la población local con producción frutícola, tubérculos, hortalizas y con excedentes que se vende en Santa Cruz de la Sierra. Entonces la preocupación surge cuando se habla de una población afectada de 500 familias aproximadamente en más de ocho a diez comunidades pequeñas pero permanentes. Es decir, no existe el extractivismo o el agronegocio, se respeta los ciclos agrícolas, las vedas en el caso de la pesca y la caza de subsistencia con una visión de respeto a la naturaleza. En tal sentido, al conocer un mayor detalle del proyecto, las comunidades prohibieron el ingreso de las empresas que no respeten la autodeterminación del comité. El comité comenzó a reunirse con las comunidades de Vallegrande y de las comunidades de Cordillera. Con el tiempo, se conformó el comité con las comunidades de Yumao, La Junta y Tatarenda, con quienes se ha fortalecido el comité de lucha y resistencia cuyo objetivo era defender la tierra y territorio y evitar la construcción de la represa. Siempre hablaron de los beneficios que nos puede traer un proyecto de desarrollo, pero la realidad es completamente diferente.

ATROPELLOS E INJUSTICIA DE LA EMPRESA

José Luis Sandoval señala que los comunarios de Tatarenda sufrieron atropellos en su momento y que la unidad del comité y de las comunidades fue muy importante para frenar algunas situaciones adversas. Otro elemento que siempre estuvo en la mesa de diálogo fue plantearse la pregunta ¿qué gana Vallegrande con el proyecto?, en el tema de turismo nunca hubo una respuesta clara. Asimismo, señala que se han ejecutado proyectos de inversión vitales para la zona, como ser puentes, energía eléctrica a todas las comunidades de la zona sur de Vallegrande, escuelas en las comunidades, postas sanitarias y canchas, sin embargo, en ningún momento se habla de una indemnización vinculada con la conservación y protección de la riqueza natural de la zona. Además, nunca pudieron tener acceso a la información que tienen derecho los directos “beneficiarios”.

MENSAJE DEL DOCUMENTAL

Mauricio Vera invita a la gente a la reflexión para que analice si este proyecto es beneficioso para las comunidades o es una pesadilla promovida por los políticos con fines proselitistas.

Por otro lado, se hace hincapié en el derecho de acceso a la información como primer paso que establece el derecho internacional, sobre todo en proyectos que tienen que ver con la modificación de los ecosistemas naturales y que conviven con los integrantes de las comunidades de esta zona importante de Santa Cruz.

REACCIONES Y EMOCIONES  

Mauricio Vera señala que la población se encuentra agradecida por la visibilización de sus demandas y ver el video los motivó a continuar en la lucha, ya que durante cinco años soportaron presiones psicológicas de parte de la empresa ENDE. Por ahora están en incertidumbre de qué es lo que va a suceder y sobre todo por las afectaciones que se palpan incluso antes de que el proyecto se construya. Vera recalca que, a pesar de ello, la población se mantiene motivada a continuar en la lucha.    

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