La Voz de la Naturaleza para Guardiana (Bolivia) y foto de Saviors Panteneros
Jueves 22 de julio de 2021.- El análisis de los incendios forestales requiere conocer y manejar una nomenclatura –sobre focos de calor, áreas quemadas, deforestación, degradación, restauración, recuperación, entre otros conceptos– que fue descrita y explicada por el ingeniero forestal Armando Rodríguez Montellano, de Fundación Amigos de la Naturaleza, en el programa La Voz de la Naturaleza del pasado sábado 17 de julio.
La Voz de la Naturaleza, espacio conducido por Antonio Cajías y Paola Cortés Martínez, entrevistó a Rodríguez Montellano, gerente de Proyectos en Geomática Aplicada de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), quien explicó que las áreas quemadas por el fuego en el incendio de 2019 son ahora más vulnerables.
A continuación, las nociones explicadas por Rodríguez Montellano.
DEFORESTACIÓN Y DEGRADACIÓN
La recurrencia de los incendios está monitoreada desde hace 10 años en el país, tiempo en el que sucedieron los cambios de uso de suelo; sin embargo, se tiene información de incendios de magnitud desde el año 1985 cuyas características son difíciles de ser dimensionadas, por ejemplo en su superficie quemada, por limitaciones de la tecnología.
En todo caso, la pérdida de cobertura de vegetación es una de las principales señales de impacto del fuego y puede estudiarse en dos categorías: la deforestación y la degradación. La deforestación es la pérdida total de la cobertura vegetal y responde a un cambio de uso de suelo, principalmente del bosque. La degradación es una alteración pequeña en la que el bosque no es eliminado, sino que se modifican algunas de sus características, por ejemplo menor biomasa, menos biodiversidad, disminución de cobertura forestal, disminución de la densidad de las copas, etc.
El problema radica en que la degradación, después de un lapso corto, se vuelve invisible. No es fácil determinar si ese mismo bosque sufrió degradación antes, es decir si el fuego ingresó a los estratos de vegetación. Esto implica que sin estudios no se puede saber qué áreas ya han sido degradadas y qué áreas han sido afectadas en cambios de biodiversidad.
ECOSISTEMAS MÁS AFECTADOS
En Santa Cruz, la región con mayor recurrencia de incendios es San Matías con más de 7.000 hectáreas quemadas debido a la presencia de pasturas por debajo de los árboles y vegetación muy liviana. En este departamento se tiene varios ecosistemas resilientes con esta recurrencia histórica del fuego, inclusive necesitando este ciclo de fuego para que las especies de flora y fauna sigan su ciclo natural. Esta característica se da en el Cerrado, territorio de transición entre la Chiquitanía y el Chaco, al norte de la Chiquitanía y al sur del Chaco, son manchas de vegetación de árboles muy delgados y de densidad bastante baja. La recuperación frente al fuego es rápida y todas las especies del área están ambientadas a estas condiciones.
El “ciclo natural del fuego” ocurre con un lapso entre dos a tres años, si se diera recurrentemente estaríamos frente a un proceso de degradación. Otro tipo de ecosistemas no están adaptados a estas condiciones y el fuego puede ocasionar daños, degradando totalmente a las especies.
En la región norte de Santa Cruz, donde están la reserva de Río Blanco y Negro, se han reportado incendios desde el año 2010 con superficies muy grandes afectadas. En el año 2019, el fuego ha afectado un área contigua a la primera cicatriz y ha formado una gran área degradada. Actualmente se han generado dos escenarios del mismo tipo de vegetación, uno en proceso de recuperación por los hechos de 2010 y otro degradado en el incendio forestal de 2019.
La degradación es un fenómeno particular en comparación con la deforestación, que solo se da una vez y tiene que pasar un periodo largo de abandono de esa tierra, entre cinco a diez años, para que se inicie el proceso de recuperación y luego la regeneración. El resultado es un bosque secundario que no tiene las mismas características del bosque inicial.
DIFERENCIA ENTRE RECUPERACIÓN Y RESTAURACIÓN
La restauración es un proceso que se asiste, puede ser en diferentes escalas, para que una vegetación se pueda recuperar o reestablezca con procesos de reforestación o proyectos de inmovilización.
La recuperación es básicamente inmovilizar, es decir, dejar a la vegetación que se recupere por sí sola y que siga un curso de recuperación.
PROYECCIÓN DEL CLIMA FRENTE A INCENDIOS
El Sistema de Monitoreo de Alerta de Riesgos de Incendios Forestales reporta que las condiciones de sequía se están adelantando y el riesgo de que se anticipen los incendios forestales es alto en comparación al año anterior. En un estudio publicado por la FAN se reporta que en estas regiones se han presentado heladas, provocando la pérdida de humedad de la vegetación en corto tiempo.
A esto se añade que las áreas quemadas en 2019, en el departamento de Santa Cruz, han sufrido un estrés más alto por la helada frente a otro tipo de vegetación no azotada por el fuego. Entonces las áreas quemadas hace dos años son ahora mucho más vulnerables que las áreas no alcanzadas por el fuego. El problema es que estas áreas se pueden volver a quemar todos los años, son muy vulnerables, y si el fuego entra en estas cicatrices se pueden tener incendios de gran magnitud en esta región.
En el Beni está sucediendo lo contrario con un incremento de la humedad. En el año 2019 ya se tenían superficies quemadas mucho más grandes, actualmente se está dando en superficies más pequeñas y esto es por las características climáticas de humedad.
ESTUDIOS DE INCENDIOS EN 2019
Fundación Amigos de la Naturaleza también apoya en el monitoreo de eventos para que la información acumulada ayude a tomar buenas decisiones de manera más coherente. A la vez se apoya a instituciones como la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) y la Gobernación de Santa Cruz en talleres de capacitación para homogeneizar criterios de monitoreo; esto debido a que la cuantificación de focos de calor y de áreas quemadas tiene distinta finalidad y se emiten reportes de manera separada, una a nivel nacional y la otra a nivel departamental.
La FAN es la única institución que genera información sobre riesgos de incendios con base en el modelo de SATRIFO, que está adecuado a las características de seguimiento de incendios, presencia de combustible, recurrencia histórica de áreas quemadas y de fuego para obtener probabilidades de incendio. La Gobernación de Santa Cruz utiliza esa información de pronóstico de riesgo de incendios para lanzar alertas y adelantarse a sucesos en el departamento.
FOCOS DE CALOR
Un punto de foco de calor no necesariamente es un incendio. Para identificar los focos de calor se trabaja con áreas grandes, a fin de tener una coordenada precisa, es decir de alrededor de un kilómetro donde está ocurriendo el fuego; es información de contexto de la región. Entonces, la primera limitación de estos reportes es que no se puede saber si ese foco de calor está en un área deforestada, en un área agrícola o si se está dando un incendio forestal. El reporte tiene una limitación en la resolución de coordenadas, por tanto, se tiene que tener cuidado en el análisis. Este año, entre junio y julio, en comparación con el año 2020, hubo mayor número de focos de calor, pero dentro de áreas agrícolas. Esto no significa mayor cantidad de incendios pues el sensor del satélite va a contar repetidamente en el mismo lugar un foco de calor.
ÁREAS QUEMADAS
Las áreas quemadas se reportan al finalizar la temporada de incendios por las características de alta resolución de las imágenes satelitales, que llegan inclusive a los 20 metros. En este caso sí se puede saber con mayor precisión si esa área quemada está dentro del área agrícola o del área de bosque, así se puede inferir si el suceso fue o no un incendio forestal. La FAN emite dos reportes al respecto, uno al finalizar el semestre y otro al finalizar la gestión.
REPORTES DE FOCOS DE CALOR
Las instituciones públicas emiten información diferente entre sí sobre focos de calor y áreas de quema. Una de las razones de los reportes disímiles, entre la ABT y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), es la fecha de actualización de los datos. La fecha con la que se toman los datos de focos de calor es una hora genérica en un horario UTC (Tiempo Universal Coordinado), entonces para realizar la transformación a hora local, caso de Bolivia, se debe realizar la resta de 4 horas de UTC. Si no se hiciera esta operación, se estaría manejando el número de focos de calor del día anterior porque no está haciendo el corte de horario correctamente. La segunda diferencia es la delimitación geográfica entre departamentos con la que se hace el análisis, en el país hay varios límites, algunos son asumidos como oficiales en un periodo para un departamento y otro para otro departamento, entonces los límites no coinciden si ocurre este foco de calor en un límite que no esté asignado a un departamento contiguo entonces se va a cargar el foco de calor a otro departamento que no corresponde.
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