Por Fundación Voces Libres
Lunes 15 de agosto de 2022.- Este lunes concluyó el juicio oral contra el adolescente que asesinó con 14 puñaladas a Laura Daniela Corrales, a orillas de laguna Alalay, el pasado 5 de mayo. El Tribunal de la Niñez y la Adolescencia 3 de Cochabamba dictó una medida socioeducativa de seis años de privación de libertad, en el Centro de Infractores Cometa.
Cuando se le dio la oportunidad de hablar en el juicio, declaró: "Soy inocente, señora jueza, quiero pedirle disculpas a la señora (la madre de Laura). No pensé en ningún momento en quitarle la vida a una persona, fue por el susto y la desesperación que lo hice. Yo, en este momento, estoy aquí porque sé que Dios tiene un propósito para mí".
La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres Mercedes Cortez dijo que Alex F. S. cumplirá 18 años en unos días, el próximo 24 de agosto y, si hubiese cometido el crimen después de esa fecha, su sentencia hubiera sido de 30 años de privación de libertad, pero, al tratarse de un adolescente, la sanción máxima es de seis años en un centro de infractores, dependiente de Servicio Departamentl de Gestión Social (Sedeges).
La jueza instruyó también que se le otorgue apoyo psicológico y social para promover su rehabilitación. Para ello, dispuso que los profesionales del centro Cometa elaboren el plan de intervención para el adolescente y su familia , en un plazo no mayor a 30 días después de ejecutoriada la medida socioeducativa. Además, deberán remitir informes permanentes.
La autoridad llamó severamente la atención a los padres del adolescente por no haberle brindado la atención necesaria y por no haberle puesto normas y límites a su hijo. También le prohibieron al adolescente relacionarse con la familia de la víctima y consumir drogas o alcohol.
Un peluquero agresivo
Laura Daniela Corrales Barrientos tenía 32 años y aunque residía en la ciudad de Santa Cruz, viajaba a Cochabamba con frecuencia para cumplir trabajos temporales. Tenía dos niños, de 12 y 5 años, de otra relación que resultó violenta y de la que no lograba salir.
Conoció a su verdugo a fines de febrero, cuando llevó a su hijo a una peluquería en Santa Cruz. Él le cortó el cabello al niño y le dijo a Laura que tenía más edad de la que en realidad tiene. Intercambiaron números de teléfono y mantuvieron una conversación porque tenían algo en común: fumaban.
Un mes después, comenzaron una relación y viajaban juntos a Cochabamba, donde tomaron un lugar en alquiler. La decepción llegó pronto, pues el adolescente también tenía un carácter violento y la golpeaba. Su amiga dijo que en una ocasión la vio con huellas de golpes y la alojó en su casa por cuatro días.
Una semana antes de ser asesinada, Laura le contó a su amiga que ya había terminado con la relación porque no estaba dispuesta soportar más violencia en su vida.
Última cena
Siete días después, el adolescente la invitó a una última cena para entregarle unos cigarros que le había encargado. Laura pensó que el encuentro serviría también para cobrarle un dinero que le prestó, y aceptó.
Él la citó a las 20:00 horas del 5 de mayo, cenaron, fueron al Cristo y luego caminaron, fumaron. "Ella le dijo que volvería a su departamento y discutieron por el dinero de la deuda, por los celos de él, hasta que el adolescente la atacó con un cuchillo., a orillas de la laguna Alalay" describió la abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez.
La mató con 14 puñaladas, contadas en el pecho, el abdomen y la espalda. Luego huyó a Santa Cruz, donde fue capturado.
La amiga de Laura declaró que la última vez que la víctima le contestó sus mensajes fue el mismo 5 de mayo a las 21:15 horas. Solo le dijo que aún estaba ocupada. Tres horas después, la hallaron muerta. Su hijito mayor, que la esperaba el 6 de mayo para celebrar su cumpleaños número 12, recibió la dolorosa noticia ese mismo día y quedó devastado.
Iracundo y violento
Sandra Yenni Barrientos, la madre de Laura, lamentó que las sanciones para los adolescentes sean tan leves y que solo tomen en cuanta la edad, pero no los antecedentes o el perfil psicológico de estos menores.
Las investigaciones, por ejemplo, revelaron que el adolescente tuvo antecedentes de ira y violencia contra sus compañeros en el colegio, además de problemas por el consumo de drogas.
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