0

Por Fundación Voces Libres

Martes 22 de abril de 2025.- A un año del terrible feminicidio de Remigia Peña Melendres, el Tribunal de Sentencia de Aiquile dictó 30 años de cárcel para la pareja que la amenazó, planificó y ejecutó el crimen junto al hijo adolescente de ambos.

Serafín Nogales cumplirá la pena en El Abra y Margarita López lo hará en la cárcel de San Sebastián mujeres. Ambos odiaban a su vecina Remigia porque sospechaban, sin ningún fundamento, que ella mató a sus vacas y les había hecho alguna brujería para que fuesen pobres.

Todo ocurrió en la comunidad de Mataral, en Pocona, distante a 139 kilómetros de Cochabamba. Remigia Peña era una agricultora y pastora de ovejas que vivía junto a su único hijo, de 18 años. A sus vecinos, también agricultores y cuidadores de ganado, Serafín Nogales, de 49, y Margarita López, se les habían muerto unas vacas y asumieron, sin ninguna base, que su vecina tuvo que hacerles alguno embrujo para que les vaya mal económicamente y no salieran de la pobreza.

Margarita empezó a hostigar a Remigia y, cada vez que la veía llevar a pastar a sus ovejas no cesaba de amenazarla a gritos, con que un día la golpearían, la violarían, le introducirían un palo en sus genitales y la estrangularían para vengarse de ella.

Remigia jamás pensó que ese día llegaría el 21 de abril de 2024. Había logrado vender un ganado y tenía 32.000 Bs en casa. Su hijo había viajado y ella se quedó sola. En la tarde, salió junto a sus perros a llevar a sus ovejas a pastar. En el trayecto fue interceptada por sus vecinos y se convirtió en la quinta víctima de feminicidio de ese año, en el departamento de Cochabamba.

Fue su hermana la que el 22 de abril vio a los perros y ovejas de Remigia alrededor de un bulto, en una quebrada. Se acercó y vio a su hermana tapada con un aguayo. Pensó que estaba dormida y le gritó que se despertara. Al no obtener respuesta, se asustó y llamó a otros vecinos de Mataral.

Comprobaron que Remigia había sido golpeada brutalmente con una piedra en el rostro, violada, le habían introducido un palo en sus genitales y luego estrangulada con una chalina. El feminicidio sucedió cerca de su casa, pero el cadáver fue trasladado hasta una quebrada y le habían robado el dinero de la venta de su ganado.

La indignación de los vecinos fue muy grande y todos sospecharon de la familia de Serafín y Margarita. El hijo adolescente de ellos, de 17 años, confesó el feminicidio. Dijo que él la violó y la estranguló. Los padres fueron arrestados inicialmente como encubridores, pero, durante las investigaciones, se estableció que el adolescente decidió inculparse de todo porque sabía que la pena máxima, para él, era de seis años de encierro en un centro de infractores, por su minoría de edad.

Si bien participó del feminicidio, porque compartía el odio de sus padres hacia su vecina, no lo hizo solo. Un niño fue testigo de que los tres llevaron el cadáver, cargado en un aguayo y cuesta arriba, hacia la quebrada.

El 26 de abril, los comunarios sorprendieron a Margarita López junto a otros familiares intentando huir en un trufi en posesión de los 32.000 bolivianos de Remigia. Cuestionada por los comunarios, Margarita les confesó que se había deshecho de las pertenencias de Remigia, incluida la chalina con la que fue estrangulada. Temerosa de ser sometida a justicia comunitaria, les dijo dónde podían hallar todos esos objetos y se justificó diciendo que fue una venganza porque Remigia los había embrujado para que sean pobres y sus vacas se murieron.

Los abogados del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Lourdes Tarqui y Marcelo Sánchez, alegaron en el juicio que la familia Nogales López aprovechó que su vecina estaba sola, desprotegida y vulnerable, no sólo para provocarle un gran sufrimiento con los golpes de piedra y el vejamen sexual, sino también para acabar con su vida, por lo que pidieron la máxima pena por feminicidio.

El adolescente ya fue sancionado a seis años de encierro en el centro de infractores y ahora sus padres pasarán los próximos 30 años de sus vidas en distintos recintos penitenciarios.

Los pobladores de Mataral se reunieron, ayer, en su comunidad, para exigir justicia con carteles y gritos. Pidieron una sentencia condenatoria ejemplarizadora contra la familia Nogales López.

Profesor es investigado por proponer matrimonio a su estudiante de 12 años

Noticia Anterior

La justicia argentina reabre el caso contra Evo por corrupción de menores

Siguiente Noticia

Comentarios

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *