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Por Lucía Aliaga Chávez y Guardiana (Bolivia)

Cada 9 de noviembre se recuerda el Día Mundial de la Adopción. Es un buen día para que las mamás y papás del corazón se pongan en contacto con otros y reflexionen sobre el viaje que emprendieron o están por emprender porque así es: la adopción es un viaje.

No todas las parejas están dispuestas a convertirse en una mamá y papá del corazón, llamados así quienes deciden adoptar a una niña, niño o adolescente. En Bolivia el trámite de adopción está dividido en cuatro fases y una de las más importantes es la que está en manos de un juez que tendría que decir en tres meses si podrás o no adoptar a tu hija o hijo del corazón.

Guardiana no pudo obtener el número exacto de niñas, niños y adolescentes que existen en este momento en Bolivia con todo listo para la adopción, porque el número total de niños y niñas que se encuentran en centros de acogida no significa que ellos y ellas puedan ser adoptados mientras no se solucione su situación legal (extinción de autoridad paterna y materna). Sin embargo, como dato se puede indicar que en septiembre de 2021, estaban 5.678 pequeños destinados a la adopción en 180 centros de acogida del Estado y del sector privado, que están a cargo de las gobernaciones (cifra ya mencionada para el año 2019).

En abril de 2021, la Defensoría del Pueblo observó la lentitud con la que marchan las adopciones en Bolivia a pesar de la incorporación de cambios en 2019 con la aprobación de la Ley 1168 que permitió incluir modificaciones como la incorporación de un sistema computarizado para centralizar la información tanto de los solicitantes como de los pequeños en adopción: “De acuerdo a información del Tribunal Supremo de Justicia, el Registro Único de Adopción Nacional e Internacional (Ruani), instalado y funcionando en 70 juzgados a nivel nacional, a diciembre 2020 reportó  449 niñas, niños y adolescentes en situación de adoptabilidad en todo el país; asimismo, se tiene que en 2019 existían 5.678 niñas, niños y adolescentes en 180 centros de acogida de todo el país -de los cuales 136 cumplieron la mayoría de edad-, lo que significaría que sólo el 7,9% de esta cantidad estarían en proceso de adopción”.

Y la Defensoría añadió, entre otras observaciones: "A esta situación se suma las irregularidades denunciadas por la Asociación Boliviana de Familias Adoptivas, que detalló que existirían  procesos de adopción archivados ante la aparente inexistencia de niñas, niños y adolescentes con extinción de autoridad paterna y materna; 145 solicitudes de emisión de certificado de idoneidad en espera; aproximadamente 100 familias a la espera de la admisión de sus demanda de adopción; 85 demandas admitidas, de las cuales 45 habrían sido archivadas al no existir NNA en situación de adoptabilidad; 40 procesos en espera de asignación de niñas y niños; y 167 personas en espera de los cursos de padres adoptivos".

Si bien, como podrás advertido, el camino que tendrás que transitar para adoptar a una niña o niño no estará exento de piedras y dificultades, en todo caso no son las mismas de hace 10 o 20 años en que una adopción podía durar años. Tendrás que cumplir los requisitos y condiciones contemplados en leyes y decretos; deberás ir a una capacitación para padres y madres del corazón que te ayudará mucho a entender desde cuándo tendrás que decirle a tu hija o hijo la verdad; te harán pruebas psicosociales y seguimientos, y tendrás que cumplir plazos hasta que un buen día el juez te diga si finalmente podrás ser un papá o una mamá del corazón.

Y es que no importa qué exactamente desees tú: si una niña recién nacida o un niño súper sano, porque en realidad lo que deberá importar en todo momento será cuidar los derechos de las y los pequeños porque el centro del sistema es el bienestar de las y los niños y adolescentes. Por eso no podrás elegir de manera directa qué pequeño es de tu agrado.

Si tú preguntas a los Servicios Departamentales de Gestión Social (Sedeges) de La Paz cómo andan las adopciones en Bolivia, te responderán que cada vez los procesos de adopción son más rápidos gracias a la nueva normativa. Sin embargo, desde la acera de las personas interesadas en adoptar la apreciación no suele ser la misma porque aún perciben problemas en el sistema que les causa mucha espera.

Aceptar recorrer todo el camino es la muestra de la determinación de las mujeres de ser mamás porque están dando a un niño la oportunidad de tener una familia.

 “Mi experiencia como mamá es muy linda. Creo en Dios y sé que él nos mandó a nuestros hijos. Me siento bendecida y orgullosa de ser la mamá de dos personitas maravillosas”, cuenta Inés Villegas, presidenta de la Asociación de Familias Adoptivas. Sin embargo, ella tiene cuestionamientos al procedimiento que viven los padres adoptantes.

Así como Villegas se siente feliz, hay otras mamás del corazón que aman profundamente a sus hijos e hijas, pero su familia no fue una taza de leche porque tuvieron que lidiar con problemas muy serios que dieron lugar a denuncias de tipo penal e incluso divorcio de los padres que adoptaron. Hay de todo como también ocurre en las familias consanguíneas...

Una computadora centraliza la lista de niñas y niños en adopción

Si alguien asegura que el trámite de adopción en Bolivia es muy largo, se tendrá que ver qué se considera largo y qué no, tomando en cuenta que en otros países de ser más ágiles pasaron a ser en verdad más lentos como ocurre en China, donde el proceso puede demorar 10 años desde que sus autoridades endurecieron las exigencias: ahora los adoptantes en proceso ordinario no pueden tener más de 50 años, ser parejas homosexuales ni familias monoparentales. Otros países son más extremos porque suspendieron durante años las adopciones.

Por eso la psicóloga terapeuta Eliana Aguilar hace notar que el proceso de adopción no es fácil en ninguna parte del mundo, “son procesos complicados”, pero “eso también hace y demuestra” la decisión de las mujeres y de sus parejas de querer tener un hijo o hija.

Y Aguilar hace notar, además, un detalle no menor: mientras las y los padres biológicos no suelen pasar cursos para aprender cómo criar, educar y apoyar a una hija o hijo, quienes son papás y mamás del corazón sí deben capacitarse y "están mejor preparados que algunos papás porque ellos sí tienen ganas de ser mamás y papás, y ese es un punto a su favor. El deseo que tienen es mayor".

Cierto, ni en colegio ni en las universidades enseñan a una mujer y un hombre cómo ser buenos padres; aunque en los últimos años se fue incorporando algunas temáticas al respecto en el ciclo inicial. Sin embargo, como explicó a Guardiana Martine que llegó a Bolivia hace 12 años procedente de Luxemburgo, ella no se conformó con el curso que da el Sedeges, sino que intentó capacitarse mucho más. Y hay razón de ello porque a medida que las y los hijos del corazón van creciendo, hay que decirles la verdad, no mentirles, pero hay que saber cómo hacerlo, además de todo el acompañamiento necesario en cada paso de su vida por cuanto saber que una o uno fue abandonado de pequeño no es un tema fácil de aceptar sin que se convierta en un trauma.

A ello habrá que añadir el hecho de que las y los niños en los centros de acogida, albergues y orfanatos muchas veces carecen de una cobertura de sus necesidades básicas y, por ello, sus derechos también pueden ser vulnerados. Por eso, para un proceso de adopción, las familias adoptivas deben tener presente la necesidad de tratamientos psicológicos para estos niños.

El estudio sobre la situación de niñas, niños y adolescentes publicado el 2020 por Unicef y el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, indica que uno de cada 715 niñas, niños y adolescentes se encuentra privado de cuidados parentales en Bolivia y las causas de ingreso a los centros de acogida son: abandono y negligencia en un 52 por ciento, maltrato físico y psicológico en 13 por ciento y la situación económica deficitaria en un 6 por ciento. 

La psicóloga terapeuta Eliana Aguilar explica que en muchos de los centros de acogida ya se trabaja con psicólogos por las dificultades familiares que los pequeños pudieron presentar antes, tal el caso del maltrato como se mencionó en el párrafo anterior, pero para las adopciones hará falta terapias adicionales, dependiendo de las edades de las y los niños antes de ingresar a su nueva familia del corazón.

 “En todos los centros hay psicólogos que van trabajando con ellos, pero hay que trabajar también en la adaptación: cómo se sienten, cómo aceptan las normas.  Porque también, a veces, les cuesta adoptar normas y límites para que puedan ambas partes, tanto los padres como los hijos e hijas, entender si tienen una buena relación y una buena comunicación, porque la clave también es tener una buena comunicación”.

Psicóloga terapeuta Eliana Aguilar

Consultada la psicóloga Aguilar acerca de si una o un niño puede sufrir traumas si no llega a conseguir una familia adoptiva, dijo que crecer en una casa hogar del Estado no es lo mismo que tener una familia propia: “La historia de vida de cada niño va a ser difícil y hay que trabajar para cuidar su estabilidad emocional”. En efecto, pueden tener dificultades, pero también oportunidades para “aprender a lucharlas”, afrontando los problemas que se presentan en la vida.

Y si te animas a ser mamá o papá del corazón, tienes que saber que no estás yendo a un lugar donde podrás elegir a tu gusto como si estuvieras yendo de compras y, por ello, no podrás identificar al niño, niña o adolescente que más te guste y eso te recuerda la abogada Kattya Peredo Malpartida, especialista en niñez y adolescencia con enfoque de derechos humanos.

“Muchas veces hay personas que nos dicen que quieren iniciar un proceso de adopción porque ya sus hijos son mayores y quisieran una compañía. También hay parejas que lamentablemente no tienen claro este enfoque de derechos humanos de la niñez y adolescencia y, muchas veces, nos piden requisitos como si se estuvieran yendo a comprar un objeto”.

Abogada Kattya Peredo Malpartida

Sí podrás indicar si quieres un hijo o hija y más o menos la edad e incluso si deseas que esté sano o aceptarás que tenga alguna discapacidad. Luego será el sistema Ruani el que tendrá la información sobre los niños y niñas. Hay familias que no comprenden que exigir más características es caer en “discriminación”, reflexionó la abogada Peredo. A ello, la Presidenta de la Asociación de Padres Adoptivos añadió que el sistema Ruani puede parecer “inhumano”, ya que es una computadora que asigna cuál niño irá a qué familia. “Es como un sorteo”, indicó Inés Villegas. Sin embargo, desde el Sedeges aclararon que es el juez quien elige de la lista contenida en el Ruani, no es la máquina la que arroja un solo nombre.

En septiembre de 2019, el Registro Único de Adopción Nacional e Internacional (Ruani), enmarcado en la Ley 1168 de Abreviación Procesal para Garantizar la Restitución del Derecho Humano a la Familia de las Niñas, Niños y Adolescentes, entró en funcionamiento en las plataformas de información a nivel nacional en las capitales de los departamentos y ciudades intermedias a través de la aprobación dada por el Tribunal Supremo de Justicia y las instituciones que trabajaron en el proceso.

Las niñas, niños y adolescentes que cuentan con la Extinción de Autoridad Materna y/o Paterna son quienes aparecen en el sistema del Ruani, considerados como candidatos a una adopción. A ese sistema tienen acceso los jueces, quienes serán los que definan qué niña o niño irá para qué pareja tomando en cuenta lo solicitado por ésta como sexo y edad aproximada.

También hay que tener en cuenta la normativa que protege a los niños, niñas y adolescentes como la Convención sobre los Derechos del Niño de Unicef, la Constitución Política del Estado, la Ley 548 del Código Niña, Niño y Adolescente, y los decretos supremos 2377 y 3960, que reglamentan el código.

¿Quiénes pueden adoptar?

Semanalmente llegan a Guardiana preguntas de personas que viven en y fuera de Bolivia sobre cómo hacer para adoptar en este país.

“¿Soy boliviano, pero tengo una pareja española y somos solteros, ¿tendríamos la posibilidad de adoptar a un niño?”, escribió uno de nuestros lectores. Fue Alison Álvarez, jefa de la Dirección de Certificación Biopsicosocial del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de La Paz, quien respondió a esta y otras preguntas sobre el tema.

Los requisitos para personas nacionales y extranjeras con casi los mismos, pues a quienes provienen del exterior sólo se les aumenta una exigencia: que radiquen en Bolivia dos años antes de la adopción y se queden por otros dos años tras la conclusión del trámite.

¿Quiénes pueden adoptar en Bolivia según las leyes?

  1. Bolivianas y bolivianos o extranjeros que tengan residencia permanente de dos años en el país. A este tiempo se añadirán otros dos años para las personas que vienen del exterior con fines de realizar el control respectivo.
  2. Personas mayores de 25 años y menores de 60 años. Hasta antes de 2019, el requisito exigía ser menor de 55 años.
  3. Ser por lo menos 18 años mayor que la niña, niño o adolescente a adoptar.

Los requisitos para la persona o pareja que quiera adoptar a una niña, niño o adolescente están establecidos en el artículo 84 de la Ley 548 del Código Niña, Niño y Adolescente. Éstos son:

Ah, un detalle, el idioma no es un obstáculo para que una pareja extranjera adopte a una niña, niño o adolescente, pues no hay ninguna normativa al respecto. Álvarez hace notar que cuando un niño se integra a una familia que habla otra lengua, éste aprehende rápidamente al tener en su entorno a personas que se comunican constantemente en otro lenguaje. En realidad, una niña o niño puede aprender varios idiomas, eso ya está demostrado.

Las leyes bolivianas establecen al menos cuatro fases para la adopción de una niña, niño o adolescente: 1) inicial y de idoneidad; 2) adoptabilidad; 3) judicial y 4) postadopción. A continuación, los pasos a seguir en cada una de estas fases que son parte de la “ruta crítica de adopción”.

Fase I: Etapa Inicial de Idoneidad

La psicóloga Alison Álvarez, encargada de las adopciones y los procesos familiares en el Sedeges, señala que su institución cumple “un rol muy importante” porque es donde comienza el trámite de adopción, que finalizará con la sentencia que dará una o un juez aceptando o rechazando la adopción e indicando qué niña o niño le corresponde de acuerdo al sistema Ruani.

El primer paso es asistir a un curso preparatorio para las parejas de una hora al día durante dos semanas con contenidos mínimos elaborados por el Ministerio de Justicia, en el marco de las previsiones fijadas por las normas bolivianas para “hacer prevalecer el bienestar del niño”. Las clases son impartidas por psicólogos, médicos, abogados y trabajadores sociales.

El curso, diseñado para atender a 50 parejas, cuesta 250 bolivianos que deben ser pagados al Sedeges, dinero que sirve para atender algunas necesidades de los hogares de acogida. Al final del mismo se realiza una evaluación biopsicosocial a las madres y padres adoptivos de forma escrita y oral. Todas las actividades se califican: asistencia, participación, trabajos y evaluación final.

Según Álvarez, el curso para madres y padres es “muy rico en información”, pero no todos lo aprueban; aunque pueden intentar nuevamente en la próxima versión. 

Con base en el curso y la evaluación, el Sedeges debe emitir el respectivo certificado de idoneidad en un plazo de cinco días. Ese informe debe pasar a la Dirección Jurídica, la misma que debe emitir su respectivo informe a juzgados en un plazo de 10 días. Este certificado es muy importante porque es un requisito para aparecer en el sistema del Ruani.

Después de aprobar ese primer paso, la persona o pareja aspirante a la adopción debe reunir un conjunto de documentos para presentarlos (los puedes ver en detalle en el primer cuadro de este artículo que tiene el título: Requisitos para adoptar en Bolivia").

El Sedeges te advierte que seas constante con los trámites porque los certificados emitidos tienen un tiempo de vigencia de tres meses a un año. Si te descuidas de los plazos o te olvidas, tendrás que reiniciar los trámites.

Alison Álvarez, jefa de la Unidad de Certificación Biopsicosocial del Sedeges de La Paz
Fase II: Etapa de la Adoptabilidad

Una vez que se cumplen las labores de la primera fase y se ve que la persona o pareja es apta para adoptar a un menor, se cumple con los siguientes pasos en no más de 15 días, según la normativa:

  1. La Defensoría de la Niñez y Adolescencia respectiva remite los listados de niñas, niños y adolescentes en situación de adoptabilidad (si es posible la adopción), además del informe sobre la situación jurídica del menor que se encuentra en un determinado centro de acogida.
  2. Por su lado, el Sedeges emite el certificado médico, informe psicológico y social, de preparación e informe de consideración del informe de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.
  3. Posteriormente, el Sedeges y su equipo multidisciplinario coordinan una reunión técnica de análisis de asignación administrativa de niña, niño y adolescente a los solicitantes idóneos.
  4. Álvarez hace hincapié en que la persona o la pareja que quiere adoptar no puede elegir a la niña, niño o adolescente, sino que debe hacer conocer en el memorial respectivo, suscrito por un abogado, las características de la hija o hijo que busca: como sexo y edad, principalmente.
  5. Luego, el Sedeges acredita la adaptabilidad a través de un certificado.
Fase III: Etapa Judicial

Una vez que se cumplen con esos plazos, Álvarez explicó que se remite el certificado de idoneidad al Juzgado de la Niñez y Adolescencia, para que se considere el proceso legal de adopción.

  1. Una vez que se remite al juzgado el certificado de idoneidad, este proceso entra al Sistema de Registro Único de Adopción Nacional e Internacional (Ruani), precisó Álvarez. Este sistema, como ya se explicó, busca reducir el tiempo de proceso de adopción y tener una base de datos única de niños, niñas y adolescentes que cuenten con sentencia ejecutoriada de filiación o extinción.
  2. De la lista de niñas, niños y adolescentes disponibles para adopción que figuran en el sistema del Ruani, el juez elegirá a uno que cumpla con la solicitud de determinada pareja en sexo y edad aproximada.

3. Luego de identificar al infante, se hará conocer la decisión tanto a los padres adoptivos como a la niña, niño o adolescente asignado, generalmente con dos semanas de anticipación, tiempo en el que se deben crear expectativas en ambas partes, a través de fotos o regalos, para el encuentro.

4. Después de que llega el día del encuentro, se debe esperar hasta unos tres o cinco días para que las encargadas del centro de acogida emitan un informe respecto a cómo se llevan la madre, el padre y el menor en proceso de adopción. Si es que no hay una sintonía entre las partes, el proceso de adopción termina y se busca a otro niño, aunque esta situación no se da, aseguró Álvarez. La información de las funcionarias debe ser remitida al juzgado. Si el informe del Sedeges es desfavorable, todo el proceso concluye. El certificado biopsicosocial que se emita tiene un costo de 270 bolivianos.

5. En los posteriores 10 días, el juez deberá señalar día y hora de audiencia de ratificación y sentencia.

6. En la audiencia, el juez deberá emitir la resolución de asignación respectiva para la adopción.

7. Tras la resolución de adopción, el juez ordena que el menor sea registrado en el Servicio de Registro Cívico (Serecí), con su nueva identidad y ordena al Sedeges realizar el seguimiento durante dos años.

Fase IV: Etapa Postadoptiva

Álvarez indica que el seguimiento se debe hacer durante dos años, con informes semestrales que deben ser presentados al Juzgado de la Niñez y Adolescencia, para verificar cómo se lleva el nuevo hogar. En este caso, indicó que por eso es importante que extranjeros que adoptaron se queden dos años en el país, para acceder a este control.

Un elemento que resaltó Álvarez es que tras los cuatro informes de seguimiento, los padres adoptivos deben “cerrar el proceso judicial” ante el juzgado respectivo, pues el mismo no concluye con la asignación de un menor. Advirtió que, si no lo hacen, el juicio sigue abierto.

Plazos que no se cumplen

Para la presidenta de la Asociación de Familias Adoptivas, debe quedar claro que "el juicio de adopción no debe durar más de tres meses". Eso a partir de la admisión de la demanda de adopción hecha por parte de una pareja.

"La admisión de la demanda procede cuando la o el niño sujeto a la adopción es identificado en el sistema Ruani y preasignado, pero para llegar a esa instancia, muchas veces la espera es larga debido a que, si bien hay muchos niños abandonados en los albergues, no cuentan con la situación jurídica definida y, por tanto, no son sujetos de adopción".

Inés Villegas, presidenta de la Asociación de Familias Adoptivas

Por ello, Villegas pide a las Defensorías de la Niñez y Adolescencia que hay en Bolivia que destinen más personal a la tramitación de los juicios de filiación judicial y a los procesos de extinción de autoridad materna y paterna. Y ojalá el personal del Sedeges y del Servicio de Políticas Sociales (Sedepos) no tuviera que cambiar frecuentemente porque este hecho es perjudicial para las adopciones. "Ese es un perjuicio para los niños y sus trámites".

La abogada Kattya Peredo Malpartida dijo que en efecto hay trámites en la norma con plazos de 24 y 48 horas, de tres días, cinco días, de diez días para los informes del Sedeges, pero en realidad se prolongan más, lo que provoca que los 90 días no se cumplan. “En la realidad como en todos los casos, todos los procesos, los plazos se amplían porque seguramente hay una carga laboral muy alta en los juzgados”, indicó la abogada.

En todo caso, un poco más de tiempo o un poco menos, lo más importante es tomar la decisión de adoptar que será, además, una decisión para toda la vida.

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