Por Camilo Aduviri Yujra y Maribel Pinchi Menacho
Parte I
Miércoles 1 de junio de 2022.- "Hace días empecé a crear mi grupo de ventas (de cuentas de Free Fire), aquí en Cochabamba, para ser administrador; o sea, ser mi propio jefe, podría decirse”, relata Maberid Rojas, administrador de grupos de Facebook y WhatsApp dedicados a la compra y venta de cuentas de Free Fire.
La venta de cuentas de Free Fire se ha convertido en un negocio para jóvenes cochabambinos de entre 15 y 30 años, quienes usan las redes sociales para promocionar y negociar sus productos con el riesgo de ser estafados. En este nuevo mercado, se puede distinguir a cuatro tipos de comerciantes: farmers, revendedores, hackers e intermediarios, para los cuales el precio mínimo de una cuenta es 200 bolivianos y el más alto 8.000 bolivianos, dependiendo de las características que tenga.
Free Fire es un videojuego de modalidad battle royale para celular, lanzado de forma oficial al mercado en 2017 por Garena, y desarrollado por 111dots Studio. Es un juego de acceso y descarga gratuita, disponible en las tiendas de aplicaciones para dispositivos Android y iPhone.
La dinámica del juego es de todos contra todos; es decir, te encuentras en una isla remota donde tendrás que enfrentar a otros 50 jugadores. El último en quedar en pie será el vencedor. Para lograr tu objetivo tendrás que conseguir armas y mantenerte dentro de la zona segura (esta se muestra en el mapa del juego), la cual se va reduciendo poco a poco. Si quedas fuera de esta zona, morirás.
Es uno de los juegos para móvil más populares en Latinoamérica y ha sido elegido como juego móvil eSport del año, tanto en 2020 como en 2021.
Pero, ¿a qué se debe su popularidad? Según la revista Digitaltrends, especializada en juegos y tecnología, “Free Fire es un juego que está diseñado para ejecutarse incluso en dispositivos de gama baja sin ningún retraso, de modo que es más accesible”, en comparación a PUBG o Fortnite que tienen el gran inconveniente de ser aplicaciones muy pesadas y demandantes de varios recursos del celular, por lo que no se pueden instalar en los equipos más básicos.
Otra de las fortalezas, mencionada por Digitaltrends, es que posee características que benefician a los jugadores más inexpertos. Por ejemplo, el apuntado es de forma automática, incluso puedes ir agachado al ras del suelo para que no te vean. De esta forma, los enfrentamientos en Free Fire no están basados en la precisión a la hora de disparar, sino más bien, en la estrategia de cobertura y la sorpresa.
Un nuevo negocio
El mundo de los videojuegos ofrece distracción, pero también una posibilidad de generar ingresos, la forma más conocida es dedicándose a hacer videos para redes sociales en los que muestras tus habilidades y experiencia jugando, según explica Jhamil Quispe, youtuber de videojuegos: “Si tú te metes a un plan competitivo y te vuelves destacado o haces streamings o eres una persona que sube su contenido (videos) a otra plataforma, generas dinero".
La otra forma de ganar dinero es nueva, e igual que el streaming, la mercancía es la experiencia del jugador, pero esta vez no la muestra, sino que la vende a principiantes en el juego. Este negocio es conocido como la venta de cuentas de videojuegos.
En Cochabamba, este negocio existe desde al menos tres años y el juego que más vende es Free Fire, debido a su popularidad entre los adolescentes. Si bien la descarga y la creación de una cuenta en el juego son gratuitas, y cualquiera puede jugarlo, lo que hace que una cuenta tenga valor monetario son los skins antiguos (atuendos), las armas y los rangos, en otras palabras, experiencia.
Según manifiesta Álex, blogger de videojuegos, las cuentas antiguas son aquellas que “llevan desde el 2018 más o menos. En ese tiempo, los creadores del juego regalaban varias cosas para atraer a más personas a su juego y todas esas cosas que en algún momento regalaron, se volvieron exclusivas para los nuevos jugadores. Hay cierto tipo de ropa que actualmente no sale y si hay una cuenta que tiene eso, la quieren y están dispuestos a pagar cierta cantidad de dinero”.
Estas características permiten que menores de edad compren o vendan cuentas sin restricción; algunos tienen
la colaboración de familiares que les ayudan en la negociación, como Gustavo (nombre ficticio), un adolescente de
14 años que usó su bono Juancito Pinto para adquirir una cuenta.
“Compré hace tiempo, mi tío me ayudó en un grupo de Facebook, donde venden cuentas y diamantes, ahí publicó
que quería comprar una cuenta y cuánto podíamos pagar, ya luego escribieron en los comentarios (la oferta) las
cuentas. Yo escogí una cuenta que tenía los skins que yo quería y mi tío fue el que hizo el trato por chat, hizo la transferencia y ya”, relata Gustavo.
Ahora bien, esta actividad no cuenta con un control en cuanto a normativa legal del país, pero está prohibida por
el servidor oficial y “en caso de detectar o sospechar acerca de una transacción de compra de cuenta, Garena tiene
propiedad para suspender preventiva o permanentemente la cuenta”, menciona el artículo número 6, parágrafo 6.2 de los términos de uso del juego.
Interacción
Se preguntará: Si este negocio existe, ¿dónde venden?, ¿tienen tiendas?, ¿cómo contacto al vendedor? Simple, esta
comunidad de comerciantes utiliza redes sociales para vender sus productos. Plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp son las más usadas, pues permiten a los comerciantes crear grupos y páginas, a través de los cuales promocionan, negocian y regulan el proceso de compra y venta de cuentas, convirtiéndose en un mercado digital para jugadores de Free Fire.
Con solo poner en el buscador de Facebook o Instagram “Compra y venta de cuentas de Free Fire”, uno puede apreciar variedad de grupos, en los que existen publicaciones que ofertan cuentas con fotos y videos, o personas que buscan cuentas con ciertas características e incluso muestran el dinero en efectivo que pueden pagar.
Al tratarse de un negocio meramente digital, las estafas son comunes, como indica Álex: “Supongamos, están hablando por Instagram y hablan con la persona que les puede proporcionar una nueva cuenta. En ese caso, tienes que depositar a tal número del banco cierta cantidad de dinero. Y al momento en el que uno deposita el dinero, lo bloquean ni bien tienen el dinero, y es una probabilidad muy baja que todo sea muy confiable”.
Es por ello que los administradores de cada grupo se encargan de poner reglas y verificar cuán confiable es un vendedor; por lo tanto, debe ser “una persona que se haya ganado la confianza de muchos; o sea, tenemos que averiguar si esa persona (el vendedor) es confiable; preguntar por el grupo, averiguar, como tienen grupos de Facebook o Instagram y si me confirman que es confiable”, explica Maberid Rojas, administrador de grupos de Facebook y WhatsApp dedicados a la compra y venta de cuentas de Free Fire.
Ahora bien, en este espacio también se encuentra a quienes se dedican a la recarga de diamantes, pero estos son
más cuidadosos con los clientes, si son menores de edad, piden autorización o compañía de los padres.
“Sí o sí debe estar acompañado de su papá, su mamá o un mayor de edad, porque varias veces se escuchan los problemas que hay: que a veces les estafan, a veces les hacen comprar a la fuerza o a veces los mismos niños
roban de sus papás y es por eso que si un menor viene a preguntar, se le pide que esté acompañado por un mayor de edad o en el mejor de los casos por su papá”, explica Freddy Loayza, vendedor de diamantes.
El proceso de negociación ya es privado y se realiza por medio de WhatsApp o Facebook Messenger y consiste en
mostrar las características de la cuenta para confirmar que es real, después negocian el precio, posteriormente, el vendedor pasa un video de cómo quita cualquier cuenta vinculada para recuperación de ID y entrega el correo de inicio de sesión y contraseña al comprador.
Ya cuando el comprador accede a la cuenta, le cambia la contraseña y vincula un correo personal para inicio de
sesión, luego procede a pagar. Los pagos se realizan, en la mayoría los casos, por transferencias bancarias. Existen pocas veces en las que los interesados piden un trato personal.
Las y los comerciantes
En este mercado existen cuatro tipos de vendedores: farmers, revendedores, hackers e intermediarios, todos tienen el mismo objetivo, pero obtienen las cuentas de diferentes maneras. Los farmers son aquellas personas que se dedican a trabajar la cuenta día a día; es decir, invierten tiempo y dinero en el juego, para obtener los rangos, skins y armas más altos y luego venden la cuenta.
El farmer es el que menos ganancia genera, pero es el que más invierte en tiempo y dinero. "No se gana mucho, es más, a veces, solo recuperas lo invertido", dice la vendedora de cuentas Diana Vega.
La segunda figura surge de la necesidad de algunos usuarios por obtener dinero, que por motivos de salud o de estudio deciden vender una cuenta y, según indica Maberid: "Ellos por necesidad venden muy barato, algo que cuesta 600 (bolivianos), lo venden en 300 o 350 (bolivianos), y ahí es donde nosotros entramos".
Las personas que compran estas cuentas son denominadas revendedoras, que tras comprar una cuenta a bajo costo la ofrecen en diferentes grupos de compra y venta, a un precio "más caro", menciona Maberid.
Este personaje solo llega a invertir dinero y lo demás depende de su capacidad de negociación al momento de ofertar una cuenta.
Ahora bien, en este mercado, hay quienes prescinden de invertir dinero y tiempo jugando, pero de igual forma
generan ganancias, incluso mayores que los anteriores comerciantes. Este tercer tipo de comerciante es el hacker,
quien se dedica al robo de cuentas, para posteriormente venderlas a precios altos.
El método más común al que recurren para robar una cuenta es el ofrecer sorteo de diamantes. "Varios niños o
jóvenes –dice Álex– piensan que son verdaderos y dan sus datos, les dicen: ‘Tienes que pasarme tu cuenta de Facebook, Gmail u otras cuentas’, las cuales ellos inician sesión y les roban la cuenta, les cambian los datos y aquellos jugadores que crearon esa cuenta ya no tienen acceso".
Otra forma es ofrecer trucos para obtener diamantes gratis o cualquier beneficio sin pagar, solo se necesita acceso a su ID o cuenta con la que inicia sesión. También recurren a la programación para hackear cuentas.
Posteriormente, en algunos casos, menciona Jhamil Quispe, "mejoran la cuenta, le ponen hacks (trucos que mejoran las habilidades del personaje) y luego la venden en mínimo 200 dólares".
En este mercado no todo es transparente; las estafas son recurrentes, es por ello que de a poco fueron apareciendo
los intermediarios, generalmente son los administradores de los grupos, quienes garantizan una negociación más segura.
Según explica Maberid, el trabajo del intermediario consiste en “cambiar los datos: el correo electrónico, contraseña y códigos. Una vez que se haya hecho eso me da la cuenta a mí (el comprador) y una vez que la tenga, el que me está vendiendo tiene que mandar un video (claro todavía sin pasar el dinero) cerrando sesión del juego, en el Facebook, eliminando los correos de recuperación de la cuenta que llega a Gmail. Verifico esto y yo le digo al administrador: ‘Está todo bien, deposítale’ y ahí termina el trato”. Por este servicio, cobran entre 30 y 50 bolivianos.
¿Cuánto cuesta una cuenta?
Los precios en los que uno puede comprar una cuenta varían, dependiendo de los elementos y antigüedad
que posea. La cuenta más básica cuesta alrededor de 200 bolivianos, es una que no tiene mucha antigüedad, pero sí rangos y skins. Estas cuentas generalmente son compradas para luego mejorarlas y aumentar su valor monetario.
Mientras más antigua la cuenta, más valor tiene. Estas cuentas son conocidas como chetadas o veteranas, pero ¿qué características tienen?
“Las cuentas chetadas –explica Álex– son aquellas que tienen todo en cuestión a todo lo que te puede ofrecer el
juego. Hay lo que son armas, todos los armamentos que pueden existir para las armas toda la ropa que hay y todo lo exclusivo que te puede dar en todos los eventos que participes en el juego y según a eso el jugador que tenga, incluso desde que se creó el juego, porque en ese tiempo regalaban cosas que actualmente no regalan”.
Estas cuentas llegan a alcanzar un precio de hasta 8.000 bolivianos y son las favoritas de los adolescentes que, en ocasiones, hasta llegan a sustraer dinero de sus padres para poder adquirir una o ahorran con tal de poseer una cuenta. Como cuenta Gustavo: "Tenía guardado lo de mis diamantes (el dinero) y a eso, añadí lo de mi bono, mi bono Juancito Pinto". Este adolescente pagó 350 bolivianos por una cuenta.
En la parte II encontrarás material sobre los efectos en las y los adolescentes de jugar Free Fire.
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