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Por Constantino Rojas Burgos (Bolivia)

Jueves 26 de noviembre de 2020.- Es el título sugestivo del libro escrito por Sonia Castro Escalante, investigadora del Instituto de Investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, libro en el que plantea el escenario de inequidad de la presencia de mujeres en el ámbito de los cargos de autoridad y de docencia en la Universidad Mayor de San Simón, donde existe una marcada presencia de varones y mucho más cuando se trata de ocupar los cargos de autoridad como rector, vicerrector, decano, director académico y direcciones de carrera, donde prevalecen los varones, dejando muy pocos espacios de participación de la mujer.

El libro “La universidad que no amaba a las mujeres” será presentado hoy jueves, 26 de noviembre, a horas 11:00 a través de una transmisión por Facebook Live y por Google Meet, después de tres años de investigación que implicó una serie de descubrimientos que nos permiten señalar que la UMSS privilegió la presencia de varones en todos los espacios de formación académica, docencia y cargos de autoridad. Y a lo largo del tiempo, esa presencia masculina fue cambiando muy poco, a pesar del análisis y reflexión en torno a la temática de género y equidad en la sociedad boliviana, generando espacios de participación a nivel laboral y profesional, tema de preocupación de Castro que propone una serie de reflexiones que, en el futuro, contribuyan a lograr más espacios de trabajo de las mujeres en el ámbito universitario.

En el resumen del libro, Sonia Castro aclara que se trata de un estudio con enfoque predominantemente cuantitativo que le permite identificar los escenarios tendenciales de la equidad/inequidad de género en el periodo 2009–2018, es decir, un periodo de diez años y que apela además a un estudio cualitativo de los discursos y prácticas sociales, desde la vivencia de las mujeres, a través de la presentación de testimonios con una larga trayectoria en la docencia universitaria y que cuentan con una experiencia significativa en los ámbitos de gobierno universitario.

Para el análisis de los datos estadísticos, Castro utiliza la propuesta teórica de Henry Mintzberg, quien señala que las organizaciones complejas se encuentran divididas en forma jerárquica en tres categorías: la cumbre estratégica, la línea media y el núcleo operativo.

Aplicadas estas categorías al ámbito universitario, la cumbre estratégica corresponde al Rectorado como primer nivel y al Vicerrectorado como segundo nivel. La línea media en el primer nivel está compuesta por los decanos y directores académicos; el segundo nivel por los directores de institutos, centros de investigación y directores de posgrado y en el tercer nivel están los directores de carrera. Finalmente, el núcleo operativo está integrado por los docentes y responde a las instructivas, dictámenes y cronogramas de la cumbre estratégica a través de la cadena de la línea media.

Con respecto a la cumbre estratégica que abarca todos los puestos de mayor responsabilidad, ha estado representada por varones en el 95 por ciento en la década 2009 – 2018 tanto por vía de elecciones como por interinato. El 5 por ciento restante del Rectorado fue ocupado por una mujer y confirma la plena vigencia de la teoría del “techo de cristal” que impide la participación femenina en los puestos más prestigiosos de la universidad.

El rector elige a sus estrechos colaboradores, en general, congéneres varones. En cuanto a vicerrectores, la participación femenina alcanza al 31 por ciento y la masculina al 69 por ciento, pero se observa que con el transcurso del tiempo en las gestiones 2017 y 2018 la presencia de mujeres fue atenuándose dando paso a la masculinización.

En esta constatación, Castro ratifica que independientemente de si la autoridad es varón o mujer, se prefiere colaboradores del sexo masculino. Esta constatación implica la poca democratización de oportunidades para el género femenino, provocando una suerte de autoexclusión y relegando a las mujeres a ejercer roles subalternos.

En la línea media de decanos y directores académicos, los decanos fueron en promedio un 68.7 por ciento y las decanas un 35.7 por ciento, lo que confirma que existe la preferencia por elegir mediante voto a decanos antes que a decanas.

En el caso de la dirección académica, se tiene un 32.5 por ciento de mujeres y un 64.5 por ciento de varones, lo que muestra una prevalencia de situaciones de inequidad de género en la denominada línea media organizacional.

Finalmente, en el núcleo operativo, la situación de asimetría de género en el acceso a la docencia universitaria no es privativa de la UMSS, ocurre también en el sistema de la Universidad Boliviana que revela el dato de una composición masculinizada del profesorado: Esa asimetría arroja un promedio de 72,7 por ciento de docentes hombres y el 27.3 por ciento de mujeres en ese puesto.

En este contexto, según Castro, la UMSS no se ubica entre las instituciones más inequitativas, sino entre las de moderada masculinización de su profesorado. De hecho, el estudio señala a la universidad como reproductora de inequidades de género en los puestos de gobierno universitario y en los años 2019 y 2020 el escenario de inequidad presentará tendencias aún más preocupantes, dignas de estudio y de reflexión académica.

*El autor es periodista y docente universitario.

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